"Se fue la 'loba', la del fuego en la garganta"

No cabía nadie más en la capilla ardiente abierta desde el sábado en el Ayuntamiento de Torremolinos cuando llegó la hora de trasladar el féretro a la iglesia de San Miguel. Era la despedida definitiva de Marifé de Triana, "uno de los puntales de la copla", como dijeron de ella Chiquetete y Gracia Montes, amigos que no quisieron faltar a su última cita. En la plaza, centenares de personas se agolpaban cuando ya no había ni un hueco dentro del templo.

Martirio, María José Santiago, Macarena del Río, Joana Jiménez, Marta Quintero, Erika Leiva, Antonio de Canillas y Antonio Cortés también asistieron, emocionados, al servicio religioso. Artistas, músicos, aficionados y familiares estuvieron acompañados por la corporación municipal del Consistorio torremolinense, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el delegado del Gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo.

Al terminar la misa, el periodista Diego Gómez leyó las palabras de la poeta malagueña María López Sarria. "Se nos ha ido la loba, la del fuego en su garganta, la que ponía de pie al púbico que la amaba", decían algunos de los versos. Y los vítores, aplausos y lágrimas daban fe en la abarrotada iglesia de que verdaderamente su pueblo amó a Marifé de Triana. "Se me va una amiga", dijo tremendamente emocionada Gracia Montes tras el sepelio. "Era sencilla, noble, buena y amiga de sus amigos, nunca fue diva, ayudó a todo el que pudo", recordó esta cantante y aseguró que "la seguiré queriendo y recordando toda la vida".

María José Santiago, que lamentó no haber tenido tiempo de disfrutar de un encuentro prometido hacía tan sólo diez días, destacó su faceta de "gran creadora, porque ella no copió a nadie" y esa voz "tan flamenca, tan potente". Para la cantante Joana Jiménez, igual que para la generación joven de la copla con la que se volcó la veterana Marifé, ya en vida "ella era un ángel sin alas, ahora ya las tiene, ya está arriba".

Juanita Reina, Concha Piquer, Lola Flores y Marifé de Triana. Esos eran los cuatro puntales de la copla que ayer destacó Chiquetete y "ella ha sido la última en irse", apuntó. Pero, como también señaló "para los flamencos, como ha cantando Marifé no ha cantado nadie, era bravía y noble, tenía un quejío flamenco único, que era exclusivo y se lo ha llevado con ella". Si eso consideraba de ella como artista, como persona "ganaba aún más en las distancias cortas".

Chiquetete forma parte de la Comisión de Homenaje y Reconocimiento de Marifé de Triana, fundada hace unos diez años. El periodista Alfonso de Miguel es su presidente y destacó ayer que "era bondadosa, generosa, no se le va a poder hacer un museo porque ha regalado todo lo que tenía a las jóvenes que empiezan, ha sido la maestra y la referencia de las nuevas generaciones de la copla".

Ambos destacaron que la sevillana era poco amiga de premios, distinciones o medallas. "No quería más reconocimiento que el de su público, nos costó horrores que aceptara la medalla al mérito del trabajo", explicó Chiquetete y Alfonso de Miguel añadió que "como todos los genios era humilde". El calor de su público, el cariño de todos los que se acercaban a mostrarle su respeto ya era suficiente homenaje para ella. Por eso, De Miguel consideró que ayer Marifé estaría orgullosa de ver que fue el pueblo realmente el protagonista de su adiós: "Ha venido su pueblo a despedirla, lo que ella quería".

No hubo coplas pero sí un tarareo espontáneo durante el entierro. La voz quedó silenciada por el dolor de perder a una artista trabajadora, humilde y sobre todo, buena personas. Su gente más cercana y seguidores como Herminia Sánchez, que llegó el viernes desde La Línea ante las noticias de su gravedad, ensalzaron la virtud que tuvo la de Triana de tocar el corazón de cuantos pasaron por su lado.