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Argentina. Cantaora
Suena la voz de Argentina con el eco de otras épocas, con ese regusto de las grabaciones en blanco y negro. Es la marca de esta joven onubense de 28 años a la que los aficionados llevan siguiendo desde hace un lustro. Porque la suya ha sido, es, la carrera de una aficionada al flamenco a la que le gustan los pasitos cortos y bien dados. Dos discos, Argentina y Las minas de Egipto, han precedido el brillante Un viaje por el cante, una suerte de recorrido por esos palos que ya no se acostumbran que estrenó con éxito hace un año en Sevilla. Hoy martes regresa al Lope para hacer flamenco y adentrarse por primera vez en la copla en una velada que, con Marina Heredia como artista invitada, promete. Y mucho.
-Es su tercer álbum. ¿A la tercera va la vencida?
-Con este disco, quizás le haya quedado claro a alguna gente que lo que quiero ser es cantaora. Pero yo no lo veo así. Es verdad que en trabajos anteriores he hecho temas más comerciales, pero siempre he cantado por seguiriyas, soleá, fandangos de Huelva, granaínas, malagueñas... Yo quiero ser cantaora, aunque haga excepciones. Como aficionada, estaba deseando tener este disco, de flamenco clásico.
-Sin cumplir los 30, su voz suena añeja. ¿Es genética?, ¿es trabajo?
-Forma parte de mis cualidades, sí, pero también hay mucho trabajo para que se ponga profunda, redonda. Es igual que el cuerpo de un atleta, se va haciendo con los entrenamientos. Un artista se va haciendo con el tiempo: se va llenando de sabiduría, experiencia y es eso, sobre todo, lo que quiero.
-En su paso por la Fundación Cristina Heeren, tuvo la oportunidad de conocer a maestros como José de la Tomasa, Paco Taranto... pero la suya es también una generación que se alimenta de todo ese material disperso en internet, grabaciones y directos que salen a la luz en Youtube...
-Sí, claro. Gracias a este legado y a su discografía, al menos podemos apreciar la esencia que ellos nos han dejado, su forma cantaora, su actitud frente al público... Es donde hay que beber. No paran de repetírmelo: puedes escuchar a tus compañeros, pero donde tienes que aprender es en la fuente de los antiguos. Esa es la raíz.
-¿En qué cantes y figuras ha encontrado la raíz por esta vía?
-Por ejemplo, conocía el garrotín de La Niña de los Peines y de Rafael Romero El Gallina y de hecho cogí las letras de ellos, pero sabía que era un palo que interpretaba mucho Chano Lobato. Fui a Youtube y me encontré con una actuación en la que cantaba garrotín, cantes del Piyayo y farruca. He adaptado los dos primeros palos en el disco, en Acordándome de Chano. Sólo tuve la suerte de verlo en directo en Los Palacios.
-¿Ha habido algún palo que se le resistiera?
-Me ha costado aprender la cabal del Serna. Cada vez que la canto en directo, dudo... pero es la que más me llega. Y así entiendo yo el flamenco. Lo que me llega es lo que quiero hacer.
-Hace lo que quiere porque tiene su propio sello.
-Muchos somos en ese momento que estamos como Juan Palomo.
-Tiene ventajas e inconvenientes.
-Lo malo es que las puertas a las que llamas no se abren con tanta facilidad, pero si vas poco a poco, con buen asesoramiento, se consiguen cosas. La carrera va más lenta, pero estoy contenta con lo conseguido en tan poco tiempo.
-Tampoco la suya ha sido una apuesta por un pelotazo.
-Las carreras de pasito a pasito son las que consiguen llegar a donde cada uno se propone y mantenerse. Yo me puedo dar con un canto en los dientes de estar en las programaciones en las que he estado. Y todavía no me lo creo, porque ha pasado todo muy rápido. Hay quien dice eso de para atrás, ni para coger impulso pero yo miro y veo todo lo que he evolucionado. Lucho a diario por la seguridad en el escenario, por subir y tenerlo todo controlado para hacer disfrutar con mi cante.
-El Lope de Vega se ha vuelto un escenario talismán.
-Este recital [el de mañana] nació en los ensayos del que di el año pasado. El director del teatro [Juan Víctor Rodríguez Yagüe] nos pidió volver en 2013 pero incorporando copla al repertorio. Y se encendió la bombilla: la copla y el flamenco son dos géneros que van de la mano, uno aporta al otro. Levantarme a la hora de cantar me va a beneficiar en la expresión, en el directo.
-¿Era aficionada a la copla antes?
-Mi casa siempre ha sido más de flamenco. Aunque desde que empecé, me he fijado en esos grandes nombres, en Juanita Reina, en Rocío Jurado, en Marifé... Marifé, para mí es la que más me ha llegado.
-Y es a ella a la que rinde tributo.
-Sí. Interpretaré Cuchillito de agonía, En una esquina cualquiera y Torre de arena. Y también he querido recordar algunos temas de Carlos Cano.
-Poveda se ha abierto al gran público con sus Coplas del querer. ¿Le tienta seguir este camino?
-Hay gente que me lo pregunta... Será la primera vez que interprete copla en un espectáculo y sí, estamos pensando incluir este género en futuros trabajos. Se llega al corazón de mucha gente a través de la copla, porque es más conocida y a los cantes profundos del flamenco cuesta entrar, aunque cuando te llegan, enganchan. Son géneros que han ido de la mano, ahí están Farina, Valderrama...
-Vendrán algunos a decirle que quiere cambiar su rumbo.
-No es cambiar, es ampliar repertorio, condiciones, y cantar desde otro punto de vista.
-Trae a Marina Heredia de artista invitada, ¿qué le une a ella?
-José Quevedo Bolita [productor y guitarrista] es el vínculo entre las dos. Estoy deseando cantar con ella. Es la primera vez que tengo una colaboración así en un espectáculo propio. Creo que va a ser muy bonito. Cuando empecé no sabía que había tangos de tantos sitios y los de Graná los aprendí por ella. Nunca se lo he dicho.
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