Las que tienen que servir
Limpia | Estreno en Netflix
La ficha
** 'Limpia'. Drama, Chile, 2025, 102 min. Dirección: Dominga Sotomayor. Guion: Gabriela Larralde, Dominga Sotomayor. Fotografía: Bárbara Álvarez. Intérpretes: María Paz Grandjean, Rosa Puga, Ignacia Baeza, Rodrigo Palacios, Benjamín Westfall.
Dominga Sotomayor despuntaba con De jueves a domingo (2012) y Tarde para morir joven (2018) como una de las voces a seguir dentro del nuevo cine chileno que, de una década a esta parte, se ha abierto paso en los festivales y la distribución internacionales. Su correspondencia filmada con Carla Simón confirmaba ese estatus y Limpia, a partir de la novela de Alia Trabucco, lo corrobora con producción de los hermanos Larraín y difusión de Netflix.
La película se sitúa en terreno conocido (de Una segunda madre a Roma, pasando por la reciente Calladita), dentro de ese marco de clase que pone el foco en la servidumbre doméstica de la burguesía acomodada y pudiente. Estamos en un barrio residencial y protegido de Santiago, allí vive y trabaja Estela (María Paz Grandjean) al cuidado de la casa y la hija de un matrimonio siempre ocupado.
El impresionismo de aquellos primeros filmes se diluye ahora en una puesta en escena más estandarizada y con ciertos tics innecesarios: seguimos a Estela en sus quehaceres diarios, llevando a la niña a clases de natación, en la intimidad de su pequeño cuarto, en sus conversaciones telefónicas y vídeo-llamadas con una madre enferma o en los recados por el barrio donde conocerá a un hombre con el que inicia una relación sexual.
Limpia traza de manera clara sus dialécticas de clase y el retrato de esa mujer que se debate entre las obligaciones, el afecto vicario y la autoconciencia del encierro y explotación. La película se escora empero hacia el golpe de efecto dramático (el robo, la valla electrificada, la piscina como amenaza) como solución tal vez fácil y moralizante para desanudar las rutinas cíclicas que encierran su discurso.
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