Nueva edición de Lilith Fest
Lilith Fest | festival de protagonismo femenino
El próximo viernes tendrá lugar la segunda edición de 'Lilith Fest', un festival que reivindica el papel fundamental de la mujer en la música
Se celebrará en la sala Even con la participación de Paraíso Seis, LaGore y Amphetamine Discharge
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El próximo viernes, día 25, tendrá lugar la segunda edición de Lilith Fest, esta vez muy localizada en la escena local, porque contará con la participación de tres bandas sevillanas, Paraíso Seis, LaGore, y Amphetamine Discharge, sobre el escenario de la sala Even, que abrirá sus puertas a las 9 de la noche. Las localidades para acceder al festival pueden adquirirse en venta anticipada en la web de entradium.com al precio de 12,37 euros, gastos de gestión incluidos.
Este festival, que saca adelante la productora sevillana Music Out, respeta así las premisas con las que nació el año pasado, cuando partió con la idea de convertirse en una referencia para la visibilidad del talento femenino en la música, celebrándose con periodicidad anual por estas fechas otoñales, creciendo poco a poco, sin autoimponerse límites. El nombre de Lilith hace referencia a este protagonismo de la mujer en las bandas y artistas participantes porque ella está considerada por algunos textos antiguos como la primera mujer de la Creación -primera esposa de Adán, anterior a Eva-, que no quiso permanecer en el Paraíso obediente y sumisa, por lo que es un símbolo de rebeldía e independencia y un espíritu que buscaba la libertad. La declaración de intenciones de los promotores queda, por tanto, meridianamente clara ya desde la denominación. “El año pasado leímos en muchos medios que Lilith Fest reivindicaba el papel de la mujer en el metal y en el rock, cuando nunca hicimos alusión a ningún género concreto”, aclara Ángel Durden, uno de los promotores del festival, saliendo al paso del pensamiento generalizado de que ese es su enfoque, debido a que las cuatro bandas que participaron en la primera edición se encuadraban en diferentes facetas del metal. “El festival no está asociado a ningún género; lo único que buscamos es que las bandas participantes tengan como cantante principal a una mujer. Este año hemos decidido hacerlo muy ecléctico, con estilos muy distintos entre sí. El año que viene puede ser de hip hop, de metal de nuevo, o incluso de flamenco; no tenemos ninguna predilección”. Durden también nos habla sobre el cambio de sala de esta edición. “Cuando pensamos en hacerlo con tres bandas en lugar de cuatro nos pareció necesario el cambio. La cantidad de público que esperamos que asista dará en la sala Even una impresión de lleno que no se conseguiría en la Custom, como ocurrió el año pasado, y pensamos que esa sensación de calidez será mejor incluso para las bandas participantes”.
En Paraíso Seis la voz cantante es la de Memphis Jiménez, que repite protagonismo en el festival porque en la anterior edición también lo fue del grupo Pinball Wizard. En este nuevo proyecto se ha asociado a Elena Atencia, polifacética teclista con una experiencia de casi veinte años sobre los escenarios con la banda Ars Nova, entre otras. Juntas interpretan un repertorio a piano y voz, respaldado en muchas de las canciones por las bases instrumentales que estas tienen en sus ediciones grabadas. Viniendo desde el mundo del rock progresivo y del hard, las dos se conocieron en otro festival sevillano dedicado a la mujer, el Rockin´ Ladies, interpretando juntas una canción de Janis Joplin, y decidieron unirse para adentrarse en territorios más poppies e indies en el que están cosechando mucho éxito con canciones tan buenas y bailables como Tomando el control, 30 años y vivo con mis padres, o Café, por mencionar tan solo algunos de los singles que tienen publicados en los últimos tres años en las plataformas de escucha, de los que el más reciente, Punto de inflexión, comienza como una balada desgarradora para romper en un ritmo que te hace imposible mantener quietos los pies.
Quien dice que en las mujeres no hay firmeza es que no las ha conocido. Memphis y Elena son las mujeres infinitas del poema de Alfonsina Storni, las que hacen que florezca la palabra en sus labios. La suya, una unión producto de la compatibilidad personal y artística, según nos cuenta Memphis, “nace de la idea de transmitir nuestro mundo interior, nuestro mundo más íntimo; al fin y al cabo, nos sentimos un poco la voz de nuestra generación, en el sentido de que estamos entre los 20 y los 30 años y hemos estado asolados por las diferentes crisis económicas; hemos sufrido múltiples problemas: la búsqueda de empleo, muchas profesiones frustradas…”
Contra esa evolución de la sociedad muestra también una actitud de destrucción y rebeldía la utrerana Lidia Gore en su proyecto personal de LaGore, llevado al directo junto a Manu Cañero a la batería, Javi Muñoz a la guitarra de siete cuerdas, Ángela Durán al sintetizador y la consola de DJ, y ella misma como cantante y productora. “Con nuestra mezcla tanto folclórica como punk, oscura, liberamos nuestra actitud más canalla, y más rebelde del sur, con un estilo un tanto casi apocalíptico”. Así nos define la propia Gore su estilo, basado en las raíces flamencas y ramificado hacia el rock, el punk, el metal, a través de ritmos de breakbeat y drum and bass que empujan a nuestros cuerpos a bailar. “Somos un fiel reflejo de los cambios en la música donde se pierde lo purista y lo jondo a cambio de fusiones de todo tipo. Representamos una era en la que prima la búsqueda continua de raíces y de total cambio de lo conocido, de modernidad, del deseo evolutivo en las artes; la búsqueda de nosotros mismos”.
Como cabeza de cartel, cerrará el festival Amphetamine Discharge, en una deseadísima reaparición, desde que se frustró hace cuatro años su festivo concierto para celebrar sus por entonces 25 años de vida rodeados de amigos e invitados en la Sala X -donde, por cierto, iba a ser yo el DJ de la velada- ya que iba a tener lugar en la víspera del día que comenzó el confinamiento por la pandemia y se tomó la decisión de suspenderlo pocas horas antes del comienzo, como prácticamente todo lo que había programado en esos momentos de incertidumbre. Desde entonces hasta hoy la banda ha tenido un cambio fundamental porque la batería ha pasado a manos de Raquel Lao, a la que describe de esta manera Aurora López, su vocalista. “Es una chica muy joven a la que conocí a través de Corea Grupo Musical cuando colaboré con ella y sus compañeras de banda en el proyecto Pioneras del Rock Femenino con un concierto escénico que tuvo lugar en noviembre del 2021 en la Fábrica de Artillería. Ella tiene su propio estilo, pero se ha integrado muy bien, aunque nunca había trabajado en un grupo tan espídico como el nuestro. A mí particularmente me encantaba la idea de tener a una chica en la batería y hemos conseguido engranar su lado femenino con nuestros diversos aspectos”. Este del viernes será, obviamente, el primer concierto en el que Raquel aparezca en directo con Amphetamine Discharge, con quienes lleva ya algún tiempo ensayando y ajustando las nuevas composiciones que la banda incluirá en su próximo álbum, que ya están preparando. Los otros componentes del grupo siguen siendo los mismos de su formación clásica, el bajista José Antonio López, hermano de Aurora, y el guitarrista Joaquín Díaz, a los que se unió en 2019 también a la guitarra el autraliano William Marron, al que presentaron en el festival RockOn celebrado en el CAAC, para completar la actual formación como quinteto. Ofrecerán un concierto de hora y media en el que alternarán sus canciones más conocidas con algunas de las nuevas, salpicadas por varias versiones de otras ajenas que nunca han interpretado anteriormente.
Amphetamine Discharge habita en un mundo aparte, gigantes en su menuda modestia, dueños de una rara sensibilidad y de un instinto musical que vale su precio en oro, por lo que es una de las bandas de más éxito de las que han surgido en nuestra provincia, desde que nació en Bollullos de la Mitación cuando la década de los 90 enfilaba su segunda mitad. Grabaron dos discos gloriosos, Rotaflex en 1994 y Parking en 1996, llenos de punk que no perdía de vista la vitalidad del pop; compartieron escenario con Oasis y The Cure, abrieron conciertos para Elastica, participaron con la canción Glamour en la banda sonora de la película Abre los ojos, de Alejandro Amenábar, y se colaron durante meses en todos los hogares españoles a través de la pantalla del televisor con el anuncio de una marca de refrescos en el que un monstruo verde salía de un frigorífico para devorarnos al ritmo de I Just Wanna Kiss. En 1998, después de publicar un disco de versiones -entre las que se incluía El Trip de las 5, la sintonía compuesta por Compañía Malpaso para el programa de radio que hice durante bastantes años con ese nombre- y llegar a hacer hasta 150 conciertos en un año, el grupo quedó en dique seco, quemado física y emocionalmente por la industria musical, apareciendo solo en ocasiones muy puntuales como los festivales de Villa de Pizarra y Radiópolis, sin otro ánimo que el de colaborar con amigos y pasarlo bien, hasta que en 2017 volvió a aparecer con Raise Your Addiction, un EP de cuatro fantásticas canciones que marcó un nuevo comienzo, interrumpido esta vez por la plaga global del covid. Nunca, por tanto, se han acumulado más razones que en esta ocasión, para estar con Amphetamine Discharge en uno de sus conciertos. “Teniendo en cuenta, además, que es en un festival en el que se trata de hacer notorio el papel fundamental de la mujer en el mundo de la música”, remarca Aurora. “Algo para lo que tanto yo como el grupo al completo siempre estaremos dispuestos, por lo que en cuanto nos lo propusieron nos unimos sin pensarlo a este Lilith Fest”.
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