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El libro interminable

Abdelfattah Kilito aporta una serie de claves para acceder a 'Las mil y una noches', una obra inabarcable y fastuosa llena de tesoros escondidos.

El escritor marroquí Abdelfattah Kilito (Rabat, 1945).
M. Ángeles Robles

10 de abril 2016 - 05:00

EL OJO Y LA AGUJA. ENSAYO SOBRE LAS MIL Y UNA NOCHES. Abdelfattah Kilito. Trad. Marta Cerezales. Menoscuarto Ediciones. Palencia, 2015. 136 páginas. 16 euros.

Las mil y una noches es desde el Romanticismo el paradigma de la literatura exótica de Oriente Medio. Llegó al lector occidental por primera vez en 1704 a través de la traducción del francés Antoine Galland, que se deshizo de un plumazo de los detalles escabrosos y los pasajes comprometidos. Las versiones dulcificadas, manipuladas y reducidas de esta obra, incluidas las versiones infantiles, parecen haber prevalecido en el imaginario occidental sobre esta compilación medieval de cuentos tradicionales. Por eso, leer el ensayo de Abdelfattah Kilito El ojo y la aguja significa redescubrir esta obra y empezar a valorarla en algo de su inabarcable dimensión.

Explica Kilito en el prefacio de su ensayo que "todo el que leyera Las mil y una noches de cabo a rabo estaba condenado a morir". Las dificultades para acercarse a esta obra son evidentes. Su extensión es una de ellas, quizás las más palpable, aunque no la única. Como recopilación de relatos tradicionales, es un libro vivo que cambia y se extiende o se acorta en sus muchas versiones. Nadie puede acabar las Mil y una noches con vida porque es una obra, por definición y génesis, siempre cambiante. Como anticipa Kilito, acaba con la vida porque es la vida misma.

El ojo y la aguja ofrece al lector un puñado de claves para acceder a los tesoros escondidos en este fastuoso libro y lo adentra en un mundo desconocido del que es difícil salir intacto; lo invita a mirar con ojos nuevos en el interior de una serie de relatos magistrales en su sólo aparente sencillez, que, como sugiere el autor del ensayo, acaban apuntando a nosotros mismos.

El ojo y la aguja está estructurado en siete capítulos que inciden en diferentes aspectos cruciales para entender esta obra. En el primero se reflexiona sobre la génesis de Las noches y se anticipa uno de los temas centrales de este ensayo: el protagonismo de los libros como contendores, sancionadores y transmisores de la sabiduría, también de la vida. La misma relatora de los cuentos, la famosa Sherezade, dista mucho de ser únicamente el estereotipo de mujer seductora al que ha sido reducida. Su poder reside en su conocimiento. Es una mujer fuerte, que ha aprendido en los mil libros que atesora, que es capaz de plantearse una estrategia para sobrevivir. Una mujer poderosa gracias a la palabra y a su capacidad para usarla como arma de redención del que escucha. Por eso, la protagonista de Las mil y una noches, la transmisora de las mil y una historias contadas en ese largo intervalo, tiene un papel fundamental en este ensayo. Es ella la que decide el comienzo y el final de todo. Sobre sus motivos, sus incentivos y sus motivaciones reflexiona Kilito abriendo las posibilidades interpretativas de este maravilloso personaje.

De los libros extrae Sherezade sus historias. Estas historias no adquieren toda su dimensión hasta que no están sancionadas por el poder de lo fijado por escrito. Libros "ahogados", libros "que matan". Libros que simbolizan la herencia cultural y moral transmitida de padres a hijos, de maestro a aprendiz, de generación en generación. Libros para entender el libro de las mil y una historias. Al esclarecer este motivo crucial, al revelarnos su simbología y su significado en el contexto de Las noches, Kilito arroja al lector a un camino sin final posible: el de su propio aprendizaje a través de estos o de otros muchos relatos.

Sobre el carácter ejemplarizante de las cuentos contenidos en Las mil y una noches también se ha dicho y escrito mucho, pero hay que leer este ensayo para comprender, o al menos atisbar, hasta qué punto estos cuentos de viajes extraordinarios, de encuentros mágicos con genios, monstruos y muertos vivientes contienen la semilla de una revelación. Historias que nacen para permanecer, para servir de ejemplo, para ser escritas "con una aguja en el ángulo interno del ojo", para estar siempre presentes, para pervivir en el soporte indeleble del propio cuerpo. Kilito llama la atención sobre esta impactante fórmula utilizada en algunos relatos de Las noches para significar cómo estas historias deben ser incorporadas en el propio ser del que escucha. Una propuesta extrema que Galland simplemente elude en su versión.

Quizás el lector moderno, y occidental, no esté dispuesto a admitir muchos de los presupuestos que Abdelfattah Kilito desgrana en esta obra. Tal vez le resulte duro que entre las páginas de este ensayo se ponga en relación las fantástica historia de Simbad el marino, para muchos un cuento de niños, con algunos de nuestros héroes mitológicos más prestigiosos. Conviene estar atentos y despojarse de todo prejuicio para disfrutar de un libro que pretende acercarnos a la resolución de un enigma, el de la comprensión de Las mil y una noches, y que es un enigma en sí mismo.

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