La libertad de volar

Charo Urbano fue recibida con aplausos cuando se abrió el telón. Un reconocimiento reservado a las grandes divas de la escena. Amén de que la Urbano se ha ganado el cariño del público con su participación en éxitos clamorosos de la cartelera andaluza como Estrella sublime y En Sevilla hay que morir (vivir) y ha adquirido una notoria fama con sus videos de youtube, el trabajo conjunto con Mané Solano desde que decidió crear su compañía teatral ha estado marcado por la aceptación de un público de todas las edades que se sienten reflejados en sus monólogos.

Si estrenó hace dos años en plena pandemia del Covid su Esto NO es lo que era en la que daba vida a la gitanilla creada por Marín y que generaciones de españoles tuvieron encima de sus televisores, ayer, en la première de su segunda obra, se enfrentó nada más y nada menos que a un partido España-Japón (en pleno mundial) y llenó la Sala Cero de incondicionales que jalearon esta fábula en la que Charo Urbano da vida a una ninfa (un loro pequeño de las familias de las cacatúas).

Libertá, escrita a dos manos por Mané Solano que también dirige la obra y Charo Urbano es una prueba más de la increíble química creativa que poseen estos dos artistas que forman parte de un nutrido grupo de humoristas, con raíces en el mundo clown, y que han creado un humor andaluz occidental que se caracteriza por el uso del lenguaje con un fuerte surrealismo que sirve para reflejar nuestra sociedad.

Charo Urbano es una ninfa que vive en una jaula en un balcón de un barrio obrero de Sevilla. Su dueño es un señor al que debido a sus taras físicas poco o nada tiene que agradecerle a la naturaleza. Pero antes de estar presa, nuestra ninfa, con un espectacular traje de Cristina Royo, recorrió mundo, conoció el amor, vivió como una verdadera pájara y disfrutó de la vida.

El emperifollado traje de nuestra ninfa convierte a la Urbano en una Sara Montiel en sus mejores momentos, los juegos de palabras, los dobles sentidos, la rapidez con la que se desarrolla el monólogo genera una riada de carcajadas en el público que disfruta este espectáculo con su mucho de descaro pero siempre teniendo de la mano los sentimientos. Aunque la obra se ríe de Aristóteles, otro griego, Aristófanes, habría estado encantado de que la ninfa de Urbano-Solano hubiera sido uno de sus personajes en su famosa obra Las aves. Libertá se convierte en una fábula en la que los animales, todos del mundo de la ornitología, reflejan a los humanos, con sus comportamientos, sus miserias, sus decepciones y sus virtudes.

Urbano prefiere crear personajes en los que sentirse segura para recrear sus monólogos. La ninfa es una pájara que se ha criado en Doñana donde se lo pasa divinamente con los flamencos de farra por las noches. Con la llegada de la juventud se enamora de un pato con andares chulescos y acaba recorriendo Europa y América haciendo cine, inevitable la referencia a la película Los pájaros de Alfred Hitchcock. Su amiga Merche, una paloma mensajera que trabaja en Correos en Nueva York se la trae a Sevilla. Aquí se relaciona con vírgenes y santas, son de la familia del espíritu santo (un palomo). La llegada de un gorrión saleroso pondrá a prueba el cariño de las dos amigas.

Libertá es un espectáculo con una excelente presentación, una jaula gigante hace de escenario y el traje diseñado por Cristina Royo resume todo el plumerío de la revista. Charo Urbano está maravillosa, divertida, atenta a lo que ocurre entre el público y domina el humor inteligente adobándolo con sus miajitas de procacidad con la acertada dirección de Mané Solano. Aún así, el formato permite que el espectáculo vaya creciendo y se vayan incorporando temas según la actualidad del momento.

La obra hará temporada en Sala Cero Teatro con nueve representaciones.