La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Cultura
“La poesía es el lenguaje del conocimiento”, afirma el escritor y periodista Juan Antonio Molina (Sevilla, 1956). Un autor en cuya trayectoria destacan diferentes géneros –el ensayo, la poesía, el teatro-. Con su último libro, La poesía insurgente del abismo, Leopoldo María Panero, poeta maldito y mártir –editado en Ediciones en Huida-, Molina combina la biografía, es decir, el conocimiento, con el ensayo literario, es decir, con la poesía y con el lenguaje. Esta síntesis le sirve al autor sevillano para definir la figura, personal y literaria, de Leopoldo María Panero. Ese “último poeta maldito”, heredero de las espléndidas imágenes –y la vibrante música- de la poesía de Mallarmé, de Verlaine, de Baudelaire, de Rimbaud. “Panero fue un poeta del disenso”, puntualizó Juan Antonio Molina.
El libro, presentado en La Carbonería por el abogado Francisco Álvaro, nos descubre a un autor que, en palabras de Juan Antonio Molina, “creó su propio papel para el mundo” y sucumbió a la locura, que es “la madre de los sabios”. “Leopoldo María Panero tuvo una vida muy azarosa, debido a su enfermedad mental. Sin embargo, dio cauce a una poesía de una alta calidad literaria. En este libro he querido reflejar, no la biografía en sí, sino todos los avatares de la vida que estaban unidos a su pasión literaria”, afirmó el escritor y periodista.
La poesía de [Leopoldo María] Panero se ha hecho clásica"
Los intervinientes en el acto recordaron la última vez que Leopoldo María Panero visitó Sevilla. El poeta -apuntó Francisco Álvaro- salió al escenario, insultó a sus lectores y se marchó. El público respondió con aplausos. “La gente miraba la locura como algo necesario de su arte”, recordó el presentador. Respecto de esa personalidad difícil, hoy consustancial a la obra del poeta, Juan Antonio Molina consideró que “Leopoldo María Panero tenía un grave problema con su familia, una relación familiar muy caótica. Estaba enamorado de su madre. Hablaba abiertamente, en algunos de sus poemas, del incesto como algo deseado. Y con los hermanos la relación era muy agria. No se llevaban bien”.
“La poesía de Panero –sentencia Molina- se ha hecho clásica. En el sentido de que tiene un elemento surrealista y, además, recoge las tendencias de la poesía europea. Ahí hay una fuente muy atractiva para que beban los nuevos poetas. Es un autor vigente. Es un clásico. Una referencia”.
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