Ese fuego dentro de nosotros
Artes escénicas
La Ejecutora / Teatro a Pelo cierran la temporada del Central este fin de semana con 'Las que arden', una pieza sobre "la necesidad de celebrar"
Unos amigos se encuentran en un paseo por el campo con un ciervo. Ese contacto entre los humanos y la naturaleza siempre resulta emocionante, pero sucede esta vez en un momento único. En primer lugar, porque ha habido una catástrofe, también porque el animal observa a ese grupo fascinado, sin poder apartar la mirada: todos los integrantes arden, "con una fina llama que les rodea el cuerpo". Con este hermoso punto de partida se presenta este fin de semana en el Teatro Central Las que arden, la propuesta con la que La Ejecutora / Teatro a Pelo regresan tras protagonizar con sus anteriores Las dependientas y Melodrama dos capítulos felices en la historia reciente de la escena sevillana. La pieza, que cierra la temporada del Central, trata sobre "la necesidad de celebrar por encima de las dificultades. Como en cualquier momento podemos morirnos, vamos a no morirnos. Como en cualquier momento podemos apagarnos, vamos a arder", defienden sus responsables.
Un planteamiento vitalista que parece inspirado por los estragos de la pandemia, pero que curiosamente sus creadores concibieron antes del confinamiento. "Era una idea que teníamos previa al momento actual", apunta el dramaturgo Julio León Rocha, "pero se ha resignificado con todo lo que hemos pasado. Le mandamos una premisa al Central en enero de 2020, antes de encerrarnos, sin sospechar que acabaría dialogando con el entorno de esta manera. El enfoque nos surgió más como una evolución natural en nuestra historia. En Melodrama hablábamos del desastre, a través de una especie de piedra que había caído, de algo que ocurría y nos ponía más sensibles, hacía que afloraran los monstruos y los miedos. Nos preguntamos qué viene después de la vulnerabilidad, cómo sanábamos ahora, y decidimos que a través de la fiesta, de celebrar juntos. Luego llegó la pandemia, un desastre real en la vida, y todo adquirió otra dimensión. Esa necesidad de estar juntos, de tener una comunidad, se hizo más patente".
Apoyándose de nuevo en "nuestro filósofo de cabecera, Byung-Chul Han", señala el director Fran Pérez Román, y en su libro La desaparición de los rituales, la compañía se adentra en un viaje "en busca de una liturgia común. En este hablar de la fiesta como algo que necesita el ser humano, hemos encontrado trascendencia en gestos que antes nos parecían banales. Considerábamos que salir un fin de semana con la gente, o bailar, era algo trivial, frívolo. Hoy lo vemos de otro modo: que quizás ahí estamos levantando un espacio de encuentro, creando códigos, una mitología, igual que la gente se reunía antes para ir a misa o compartir sus creencias".
Está claro que a La Ejecutora les estimula la idea de comunidad, el diálogo que surge de las sinergias: Las que arden reúne a los equipos de sus anteriores producciones, Las dependientas y Melodrama: Beatriz Arjona, Celia Vioque, José Luis Bustillo, Julia Rodríguez,Tatiana Sánchez Garland, Verónica Morales y el propio Julio León, "aquí con un papel de más peso", integran el reparto. "Salvo Koldo [Arostegui, uno de los intérpretes de Melodrama] están todos", detalla Pérez Román, que destaca el "ritmo" en los textos de León Rocha. "No sé si sus textos suenan cada vez mejor o es que yo he aprendido a escucharlos, pero me encanta la cadencia de su palabra, cómo las secuencias se van alineando". Al dramaturgo, entretanto, le parece que la labor de Pérez Román en la dirección "da valor a todo. Es como si trabajara por capas: si nos quedamos en lo que dicen los actores ya hay algo interesante, la escenografía en sí misma es como una instalación que puedes contemplar, y lo mismo pasa con el vestuario, el movimiento... Fran sabe aunar todo eso".
Tras haber pasado anteriormente por la sala B, la compañía ocupa ahora el espacio grande del Central. "Nos da vértigo, y más cuando cerramos una temporada detrás de Jan Fabre o de Baro D’ Evel. Pero sabemos que en este teatro nos van a cuidar, nos sentimos como en casa, y eso rebaja la presión", dicen. Las que arden ha agotado las entradas: los espectadores también necesitan celebrar que están vivos, sacar ese fuego que llevan dentro.
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