Opinión
Eduardo Florido
El estancamiento retórico de García Pimienta
Kiti Mánver | Actriz
Málaga/Kiti Mánver (Antequera, 1953) llega al Festival de Málaga exultante y agradecida por la Biznaga Ciudad del Paraíso y con película bajo el brazo, ya que protagoniza El inconveniente, de Bernabé Rico. "Pensé que hasta que no saliera la vacuna no se haría el festival y que el premio ya me lo darían un siglo de estos...", bromea.
–¿Cómo está llevando la pandemia?
–Debo decir que bastante bien, excepto por el tema mental, que no sé dónde nos va a llevar. Tengo la esperanza de que aprendamos algo de esto, estaría bien no insistir en una forma de vida que ya sabemos que no funciona. Más bofetones no nos puede dar la naturaleza para advertirnos...
–¿Qué supuso el confinamiento para su trabajo? ¿Le dejó proyectos paralizados?
–No. Ya tenía previsto desde hace más de dos años darme una excedencia a mí misma, pero no de tocarme las narices porque por mi carácter sería imposible. Pero sí necesitaba parar un poco. Estaba cansada, saturada de trabajar a destajo, con prisas, enganchando una cosa con otra, compartiendo, a veces, tele y teatro, esas salvajadas que hacemos. Y notaba que tenía que parar para nutrirme otra vez. Ya me veía en pantalla y no me aguantaba.
–¿Qué supone para usted la Biznaga Ciudad del Paraíso?
–En el primer año del festival tuve el premio a la mejor actriz, pero entonces no era Biznaga, era la escultura de Seguiri. La Biznaga y Málaga para mí tienen mucho significado, es mi infancia y parte de mi adolescencia, las primeras sensaciones. Esa memoria sensorial que es tan importante para los actores, para desarrollar nuestro oficio, están aquí, son de aquí, lógicamente esto le da valor añadido que sea esta ciudad la que decida premiar mi carrera. Que ya me han dicho que no significa que me vayan a echar.
–¿Con este tipo de premios hace repaso mental al pasado o es más de vivir el presente?
–Soy muy de vivir el presente, aunque tengo quizás el defecto de planificar el futuro, fíjate qué cosas, ahora me da risa de todo. He intentado vivir más el presente y no preocuparme tanto por lo que vendrá, aunque quizás sea una manera algo genético, mi padre era también muy organizado y algo de eso he sacado. Pero para ir para atrás no. Guardo recuerdos maravillosos que siempre son agradables, si es para pasar un rato bonito no me importa ir al pasado, pero si es para estancarte, no.
–¿Con qué enseñanza se quedaría de sus años de carrera?
–Éste es un oficio muy difícil e ingrato en muchas ocasiones, tiene muchos altibajos, te enseña a que no te puedes acostumbrar ni creerte nada porque en un rato te puede pegar un bofetón la vida. Pero eso te hace ser constante en que hay que seguir estudiando, preparándose y te hace saber que nunca es tarde para aprender, que no pasa nada porque un día hagas una protagonista y al día siguiente solo tres frases. Es un oficio maravilloso al que hay que darle todo lo posible. Y hay que aceptar que no siempre puedes estar en el candelabro, como dijo aquélla.
–¿Pero qué hay que tener para estar siempre ahí?
–En 51 años de profesión me ha dado tiempo a hacer muchas cosas, pero me he retirado anteriormente de la profesión seis o siete veces. En los primeros años, cuando todo es tan difícil y no hay manera de subsistir, te retiras porque crees que no tienes cabida. Soy productora desde los 25 años y eso me ha permitido procurarme los garbanzos a mí misma, hacer textos que nadie me proponía y conocer la profesión desde muchos lados más, con lo cual te haces más consciente de la sensación de equipo que tiene que ser eso. Esto me ha permitido seguir trabajando.
Kiti Mánver es "el inconveniente" de un piso que se vende con inquilina dentro; una situación ya nada extraña en el voraz mercado inmobiliario y contra la que la actriz se rebela. "A los mayores –advierte– hay que cuidarlos más". "Con estas pensiones que acogotan a los mayores, lo que pasa en la película va a ser cada vez más frecuente. Algunos ancianos ya están vendiendo su piso así para luego tener una persona que les cuide o poder ir a una residencia", lamenta Mánver, protagonista junto a Juana Acosta de El inconveniente, un mano a mano que ésta califica como un "ejercicio actoral maravilloso".
Dirigida por el sevillano Bernabé Rico, la película cuenta la historia de una ejecutiva de éxito que tiene la oportunidad de comprar la casa perfecta en Sevilla: espaciosa, muy luminosa y extremadamente barata... debido a la condición de que se vende con la casi octogenaria dueña del piso dentro y sin posibilidad de ocuparla hasta su muerte, esto es, la ya frecuente compra en nuda propiedad.
El inconveniente, dice Mánver, "nos hace pensar en la unidad desde otro lado". Y destaca que "la película es ejemplar en ese sentido porque une a dos personas solas, una, triunfadora, y la otra un vejestorio. Y sale bien". Acosta apunta que "es la historia de dos mujeres aparentemente muy diferentes pero que se van encontrando y creando una amistad entre ellas".
Sin fecha de estreno definida –pero próxima en cualquier caso–, el filme cuenta también en su reparto con Carlos Areces, José Sacristán, Daniel Grao, Daniel Muriel y Ana Fernández.
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