Kiki Morente: "El amor es un misterio, un juego de descubrimiento continuo"
El benjamín de la familia Morente acaba de publicar 'Azabache', su tercer disco de estudio, en el que se rodea de las voces de sus hermanas Estrella y Soleá, además de las letras de su madre, Aurora Carbonell
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Un cuidadoso maridaje de tradición y vanguardia, Granada como musa imperecedera y un romanticismo a flor de piel son los atributos en los que Kiki Morente (Granada, 1989) ahonda en su último trabajo, Azabache, recién publicado por Universal Music con la producción de Enrique Heredia El Negri y Antonio Púa. Cocinado en el calor del hogar, e inspirado por las letras de su madre, la bailaora y pintora Aurora Carbonell, el trabajo culmina un proceso en el que menor de los Morente conquista una personalidad propia sin apartarse un ápice del legado familiar.
Pregunta.El título de su disco, Azabache, ¿es una manera muy flamenca de decir negro o algo más?
Respuesta.Es un color oscuro y misterioso, efectivamente muy flamenco, el preferido de mi madre. Pero también leí que ese mineral es un amuleto para los peregrinos, y yo me siento un peregrino cuyo camino es el flamenco.
P.En ese peregrinar, Azabache se percibe como un tramo más íntimo y sereno.
R.Lo achaco a la madurez. Antes tenía la voz de un gato, ahora de un perro -bromea-, pero lo cierto es que uno va cambiando, evolucionando, adquiriendo perspectiva y ganando peso artísticamente, y eso sinceramente se aprende a base de darte hostias, atreviéndose a equivocarte.
Tengo ganas de irme un rato de España y empaparme de otras cosas
P.Este es un trabajo fraguado en familia, con continuas referencias a su tierra y con videoclips en los que nos adentramos en su barrio y hasta en su casa, ¿no siente claustrofobia?
R.Me tengo que despegar un poquillo -ríe-, tengo mucho apego a mi hogar, a mi familia, a mis amigos, pero al mismo tiempo es mi fuente de energía, en casa todos tocan, cantan, bailan y tienen ideas. Son dinámicas muy potentes que se cuecen en nuestra cocina.
P.¿De chaval nunca tuvo la tentación de rebelarse contra ese ambiente?
R.De rebelarme no, pero quiero y necesito abrirme, trato de codearme con músicos de otras disciplinas. Tengo ganas de irme un rato de España y empaparme de otras cosas.
P.¿Dónde le apetece vivir ese exilio?
R.Me tira mucho Ámsterdam, la veo muy moderna y llena de cultura, puedes ver cosas de todo el mundo.
P.Hablando de ciudades: en este disco Granada es la gran protagonista, pero usted también se crió en Madrid, ¿cómo conviven en su sensibilidad dos ciudades tan distintas?
R.Granada es una ciudad muy rica en pasión, racial, la música se toma muy en serio. Mi barrio, el Albaicín, y también el Sacromonte, todavía tienen gente pura, gitanos que viven a la antigua usanza y te enriquecen solo de hablar con ellos, descubrir de primera voz cómo se fraguó el flamenco allí. Por otro lado, todo ello se mezcla con la efervescencia musical que hay siempre en Granada, y eso incluye todo tipo de géneros. Todo el mundo sabe quién es Saiko, la Plazuela, el indie, el rap… Todo se mezcla de alguna manera porque es una ciudad relativamente pequeña y eso es bonito. Madrid es la gran ciudad en su máxima expresión. En lo que respecta al flamenco, te diría que Madrid aporta ese refinamiento que eclosionó en la década de los 80 con Ketama, la Barbería del Sur, Ray Heredia, los Chorbos. Yo sigo metido en ese espíritu y ese bullicio, a ver si me escapo -ríe-.
P.Usted es uno de los artistas flamencos que más público joven atrae, una preocupación constante para los artistas de su disciplina, ¿cuál es el secreto?
R.Esa es la pregunta que nos hacemos todos, porque es justo lo que queremos: transmitir el cante tradicional pero que suene moderno, a hoy. Me obsesiona que los jóvenes sepan escuchar a Rancapino y a Los Yakis, porque ahí también pasan cosas muy interesantes. Te diría que atraer público joven se consigue con trabajo, creo que las carreras tienen que estar enfocadas en esa dirección. Yo parto de mi origen pero me exijo desarrollar conceptos, sonidos, producciones que encajen con cómo se hace la música hoy día. En este disco se percibe esa doble condición. Por ejemplo, me ha encantado recuperar una guitarra de Parrilla de Jerez y una voz de mi padre del año 71 en las alegrías, pero también grabar unos tangos de Granada con una base electrónica apretadita y que los chavales lo gocen.
Algún día haré un disco que no hable nada de amor y así no estar cantándole todo el rato a una tía
P.Su padre fue pionero en el uso de sintetizadores, loops, y toda la cacharrería electrónica que hoy parece obligatoria. ¿Cómo se relaciona con esos elementos?
R.A mí me encantan, cada vez me gustan más las máquinas. Ahí existe un mundo por desarrollar, y es una maravilla, porque toda esa tecnología es una herramienta súper potente. Pero obviamente hay que saber utilizarla, porque sino, somos monos con metralletas. A ver qué pasa con la Inteligencia Artificial, viene una era muy interesante con todo eso, a ver cómo nos manejamos con ella, espero que sepamos sacarle partido y no metamos mucho la pata, pero lo que está claro es que te puede ahorrar muchísimo trabajo. Es un reto gigante.
P.Navegaré y Adiquerala, son los temas más románticos del disco, una faceta que sus seguidores celebran de usted.
R.Muchas veces pienso que algún día haré un disco que no hable nada de amor. Yo conozco el poder de las letras y por tanto todo lo que se puede expresar con ellas, y así no estar cantándole todo el rato a una tía. Pero el flamenco es que es así, es muy romántico, muy pasional, y yo pensé, bueno, antes de que me haga viejo voy a cantar romanticón. El amor es un misterio, es un juego de descubrimiento constante.
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