Un ensueño detenido en el tiempo

Julia Duggan Quartet | crítica

En una nueva cita del ciclo de Noches en los Jardines del Real Alcázar, el cuarteto de Julia Duggan nos emocionó con la belleza de sus interpretaciones en clave de jazz sobre grandes clásicos de maestros americanos y brasileños

Doble belleza

Ambicioso recital de melodías

Julia Duggan
Julia Duggan / Actidea

La Ficha

***** Julia Duggan Quartet. 'Pannonica'. Voz: Julia Duggan. Guitarra: Álvaro Vieito. Contrabajo: Javier Delgado. Batería: Javier del Barco.

Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Miércoles, 21 de agosto. Aforo: Lleno.

De ascendencia argentina y brasileña, formada musicalmente en Barcelona y residente en Extremadura, Julia Duggan nos hizo ayer en su concierto del ciclo de Noches en los Jardines del Real Alcázar una demostración de lo mucho que ha madurado en términos de confianza y técnica. Cualquiera que fuese la fuente del material al que ponía su voz, utilizada con su incomparable dicción penetrante y clara, directamente desde el corazón y el estilo vocal del alma, con la combinación de ligereza y sensualidad, ritmos flexibles y emociones fundentes de sus interpretaciones enalteció a Antonio Carlos Jobim, con una magnifica Dindi iniciada a capela para poner en marcha la velada; a Thelonious Monk, con una exégesis de delicada belleza de Pannonica, la canción que da título al disco que ha grabado al frente de este cuarteto, con la que nos transmitió el amor tranquilo, la intimidad, con tonos más oscuros de los que tintan la versión del tema en la película Las amistades peligrosas; de Cole Porter, rememorado hasta en tres ocasiones con Every Time We Say Goodbye, What Is This Thing Called Love y Just One That Things; no solo por su trabajo vocal, sino también por la increíble maestría musical de los instrumentistas estelares que participaron: Álvaro Vieito a la guitarra, Javier Delgado al contrabajo y Javier del Barco a la batería y suavísimas percusiones.

En el mundo moderno, la música es parte de una industria cultural que se caracteriza por su rápida obsolescencia y desechabilidad, pero las canciones que muchos grandes autores americanos y brasileños compusieron a mediados del siglo pasado nunca pierden vigencia cuando se traen como los músicos de anoche lo hicieron aquí, respaldando el trabajo vocal de Duggan en canciones de amor, a menudo teñidas de amargura y arrepentimiento, de una forma que conmovió al público que llenaba el recinto. O canciones más luminosas, que ella cantó con la naturalidad artística de las mejores vocalistas brasileñas, deslizándose por las melodías con un toque de suspiro y deteniéndose en indicios de amor y ternura. Muchas veces el protagonismo fue de Vieito, pulsando acordes sincopados en su guitarra que mantenían las canciones en el aire, y dos o tres veces Delgado nos hizo comprender por qué es el contrabajista más solicitado de la ciudad. Aun así, las canciones no tuvieron muchos lujos ni solos instrumentales extendidos; más bien, los músicos crearon un acompañamiento elegante para la voz plenamente realizada de Duggan.

Julia Duggan Quartet
Julia Duggan Quartet / Actidea

Hicieron que Samba e amor, la canción de Chico Buarque a la que Caetano Veloso le dio el feeling que envolvió la rendición de Duggan, brillara con reverencia a la luz de la luna con sus sutilezas instrumentales; sobresalientes Delgado y Vieito esta vez sí propagando las notas de sus instrumentos en solos más extensos. Convirtieron el divertimento Never Will I Marry, que grabase originalmente Cannonball Adderley, en una melodía de jazz enérgicamente vibrante, con los músicos profundizando en las armonías del jazz moderno. En I’m Confessing That I Love You, una balada a cámara lenta, las frases flotantes de Duggan estuvieron llenas de delicada empatía. Y en Pennies From Heaven, el bis que nos regalaron para terminar el concierto, ella elevó su voz todavía más, libre de gravedad. En una fantástica noche, el cuarteto de Julia Duggan hizo brillar el legado de las grandes divas del jazz vocal; por el aire navegaron sus memorias y llegaron a nosotros como en ensueño, en el tiempo para siempre detenido.

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