Juan Diego, el maestro generoso

Muere Juan Diego

Benito Zambrano, que trabajó con el actor en 'Padre Coraje', lo recuerda como "compañero de sus compañeros, muy solidario"

Juan Diego, con Benito Zambrano cuando grabaron 'Padre Coraje'.
Juan Diego, con Benito Zambrano cuando grabaron 'Padre Coraje'. / D. S.

El director Benito Zambrano se apoyó en una extraordinaria interpretación de Juan Diego Juan Diegopara Padre Coraje, una miniserie que obtuvo un gran éxito de crítica y público que se emitió en 2002 y por la que su protagonista obtuvo el premio de la Unión de Actores a la mejor interpretación televisiva. En aquella producción, que llevaba a la pantalla la historia real de Francisco Holgado, un hombre que movió cielo y tierra para llevar a la justicia al asesino de su hijo, Zambrano descubrió de primera mano al intérprete dotado y generoso que era Juan Diego.

"Todo lo que pueda decir de él es poco", comenta el director de Solas e Intemperie a este periódico. "Las palabras que me inspira ahora mismo son respeto, cariño, agradecimiento, admiración. Cuando tuve la oportunidad de trabajar con él me encontré con un profesional muy serio, muy riguroso, muy currante. Un amante de su trabajo", dice, antes de señalar su perfeccionismo y su búsqueda de la excelencia. "Nunca se conformaba con lo mínimo y siempre quería lo máximo. Creo que es un ejemplo para los actores de su país, porque nunca quiso transitar por los caminos transitados. Cada personaje que interpretaba lo hacía desde un lugar distinto, nada para él era suficiente", valora el realizador.

A la calidad profesional suma Zambrano, en su retrato de Juan Diego, la calidad humana, su calidez. "No sólo me encontré con un grandísimo profesional con un enorme talento, obviamente, aparte vi a un actor dispuesto siempre a todo, dispuesto al riesgo, y algo muy bonito que me encontré: que era muy compañero de sus compañeros, muy honesto y muy solidario. Eso se aprecia cuando un actor está fuera de cámara y tiene que darle la réplica a los demás, y él lo hacía igual de bien fuera de cámara que dentro. No ahorraba nada, lo daba todo, incluso cuando no lo estaban grabando a él. Esa fue una de las mayores lecciones que aprendí al colaborar con él, su generosidad, su implicación".

"Como amigo, cuando nos fuimos conociendo un poco más", añade Zambrano, "vi a un profesional muy comprometido con la cultura, con su sector, un luchador que se preocupaba por los derechos de los trabajadores de esta industria. Eso es otro de los grandes valores que yo destacaría de él", afirma, antes de concluir: "Nadie es eterno, pero Juan Diego en cierto modo sí. Va a estar ahí cuando veamos su obra, las muchas películas que deja, los muchos buenos trabajos que hizo. El cine español tiene una deuda con él".

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