Juan Daniel Morgado Márquez: "En el Renacimiento se quiso connotar peyorativamente a la religión"
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Músico, profesor y novelista, Morgado Márquez publica 'La gaita', una historia en la que nos adentramos en la Sevilla del siglo XIII
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Dante es un joven que vive en una aldea gallega y tiene una aspiración: construir una gaita de un material distinto al habitual. Toma entonces madera de olivo –una rareza en el género- y con ella da forma al instrumento. Un instrumento cuya música, a causa de ese extraño material, suena a un episodio que nos desconcierta. Es este el inicio de la novela La gaita, del también músico y profesor Juan Daniel Morgado Márquez (Sevilla, 1985). En estas páginas deambulamos por la Sevilla del siglo XIII y conocemos más acerca de personajes históricos como Alfonso X El Sabio, el arzobispo don Remondo o el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II, apodado El Anticristo.
-¿A qué suena esta gaita de Juan Daniel Morgado Márquez?
-Como sabrás soy músico en la especialidad de clarinete. Por lo que quería incorporar algo de mi identidad, de la música. La gaita es un instrumento peculiar, es un instrumento exótico para nosotros, aquí en el sur. En la novela, este instrumento suena a ese viaje del protagonista, de Galicia a Sevilla, para hablar de su gaita mágica al rey Alfonso X El Sabio. Una de las tramas que aborda la novela.
-¿Cuál era la importancia de la música en la Edad Media?
-Tuvo una importancia, digamos, relativa. La mayoría de la población en la Edad Media vivía en la subsistencia, en la agricultura, en el comercio. No había tiempo para el ocio. Los únicos que tenían esa posibilidad fueron los de la clase privilegiada, la nobleza. La gente que se dedicaba a la música, la gente del pueblo llano, no estaban vistos con buenos ojos. Se les consideraba gente que no quería ganarse la vida con el sudor de su frente. Gente que se dedicaba a una vida nómada, itinerante. Una vida considerada “menos rigurosa”. Esa era la situación social de la música en la Edad Media.
-Imagino que para la construcción de esta novela –detalles, paisajes, descripciones de la vida pública- ha habido una documentación exhaustiva y minuciosa.
-He manejado muchísima documentación durante los cuatro años que me llevó la elaboración del libro. Más aún al incorporar personajes reales a la trama. Me documenté de Alfonso X, de sus hermanos, del arzobispo don Remondo –un personaje histórico importante en la Sevilla del siglo XIII-, del villano, Federico II, el Anticristo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
-¿La Edad Media es una época mal contada? ¿Mal divulgada? ¿Poco conocida?
-Hay quien trata de reducir la Edad Media a un periodo oscuro, un periodo involutivo. Pero no fue tan así. Eso fue una interpretación que se hizo a posteriori. Quizá yendo en contra de la religión. En la Edad Media la religión tuvo mucho peso. Esa presencia se quiso eliminar desde la óptica renacentista. En el Renacimiento se quiso connotar peyorativamente a la religión. Pero no fue un periodo tan oscuro. Fue un periodo amplísimo. Con magníficas aportaciones científicas. Yo, que soy ingeniero, sé que se habla a veces de la Edad Media como un tiempo sin evolución alguna. No fue así.
Sé que se habla a veces de la Edad Media como un tiempo sin evolución alguna. No fue así"
-En esta la novela es clave el material de la gaita. Más allá de la ficción: ¿es tan importante el material a la hora del sonido de este instrumento?
-Sin duda. Es determinante. Te hablo en primera persona. Yo soy clarinetista. El clarinete debe hacerse con madera de ébano sí o sí. No se puede emplear otra madera. Para la gaita, en la Edad Media, se empleaban árboles frutales. También el roble o el fresno. Sin embargo, en mi caso jamás había oído hablar del olivo. Esto quise que fuera el leitmotiv de mi novela, donde el protagonista construye una gaita, pero con madera de olivo. Tiene esa excentricidad, y le sale bien. Obtiene un instrumento mágico que, al tocar la cantiga particular de Alfonso X, tiene un efecto mágico.
-Hablando de Alfonso X –un protagonista de esta historia-, ¿qué ha descubierto usted de él al escribir la novela?
-Alfonso X El Sabio fue un rey de un perfil que no responde al típico perfil del rey medieval, del rey guerrero y poco más. Él fue un erudito. Una persona con inquietudes musicales. Compuso las famosas Cantigas de Santa María. Bajo su mecenazgo se impulsó la escuela de traductores de Toledo, en la que se tradujeron al castellano infinidad de textos astronómicos, científicos, médicos. Eran textos que estaban escritos en árabe o en latín. Alfonso X El Sabio fue un adelantado a su época. Se le podría definir como un hombre del Renacimiento, pero con dos siglos de adelanto.
-En La gaita contamos con un antagonista, un villano, que es Federico II de Hohenstaufen. Un hombre quizá más desconocido para los sevillanos.
-Él fue el emperador del Sacro Imperio Germánico. Fue el tío de Alfonso X, quien por cierto quiso optar a la corona del imperio, aunque fracasó. El final de Alfonso X no fue muy halagüeño, pues acabó retirado en Sevilla, como se sabe, suspendido de sus funciones reales. Su hijo Sancho, apodado el Bravo, logró que lo suspendieran de las funciones reales. Alfonso X quedó aquí en Sevilla retirado y acuñó esa famosa frase de Sevilla no me ha dejado, emblema de la ciudad. Federico II fue un hombre poderosísimo. Casi se le podría igualar al Papa. El Papa Gregorio IX lo excomulgó y a partir de entonces a Federico II se lo conoció como El Anticristo. El motivo de la excomunión es que se negó a llevar a cabo una cruzada que le encargó el Papa. La reacción del emperador, respecto de la excomunión, fue una cruzada a título particular. Tomó las ciudades Belén, Nazaret y Jerusalén. En esta última ciudad, en la basílica del Santo Sepulcro, se autocoronó.
Federico II fue un hombre poderosísimo. Casi se le podría igualar al Papa. El Papa Gregorio IX lo excomulgó y a partir de entonces a Federico II se lo conoció como El Anticristo"
-En la novela se percibe la lucha entre las diferentes facciones de la familia de Alfonso X.
-El hermano de Alfonso X El Sabio, Fadrique, estuvo en la corte de Federico II. Hubo rivalidades entre los hermanos. También con Felipe de Castilla, quien fue arzobispo de Sevilla, aunque al final se casó. El hijo de Alfonso X El Sabio, el heredero al trono, falleció en una batalla en Ciudad Real. Esta situación provocó que Sancho quisiera el trono, y fue contra su padre. No hubo conflictos solo entre los hermanos, también entre los hijos de Alfonso X. El ansia de poder. Algo de toda la vida.
-Un último personaje: don Remondo. No despierta demasiada simpatía en la trama.
-Fue alguien muy poderoso en la ciudad. Y discrepante con el rey. Tenía su difícil personalidad.
-La música tiene un papel fundamental en la novela. De principio a fin. Usted es músico. ¿Cuál es la finalidad última, según su criterio, de la música?
-La música es connatural al ser humano. La música es un primer arte. Totalmente antropológico, que surge del propio ser humano. En mi novela es el motor de la misma. Esa gaita que, con su melodía, tiene efectos mágicos, y es el hilo conductor de la trama.
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