Ismael Jordi: cantar a Sevilla desde y fuera de Sevilla
El tenor jerezano regresa al Maestranza el sábado, junto al pianista Rubén Fernández Aguirre, con un recital dedicado a la ciudad.
De la oscuridad a la luz

El Teatro de la Maestranza, junto al Teatro Villamarta de Jerez, son dos espacios escénicos que ocupan un puesto privilegiado en la memoria musical de Ismael Jordi. En Sevilla ha cantado desde sus apasionantes inicios hasta la espléndida madurez actual, tanto en óperas como en recitales, siempre de la mano del pianista de Barakaldo Rubén Fernández Aguirre, que también forma parte de la memoria sonora de nuestro teatro desde hace más de veinte años. Fernández Aguirre acaba de triunfar dirigiendo la ópera de Manuel García I tre gobbi y será el compañero de viaje de Ismael Jordi en este recital que sirve de homenaje a Sevilla. Músicas escritas desde Sevilla y para Sevilla.
Arranca el recital, en un primer bloque con canciones de autores sevillanos, precisamente con Manuel García, nacido en la calle Galera hace justo dos siglos y medio. Serán tres canciones publicadas en 1830. Encontramos aquí el espíritu satírico y crítico de Quevedo en canciones que, como los caprichos de Goya, ponen en solfa las costumbres y creencias de la sociedad española, como es el caso de Caramba, una velada crítica al interés de las mujeres por el dinero de los hombres. Pero también encontramos canciones líricas, amorosas, neoclásicas, de una delicadeza en la melodía sumamente refinada, como Parad, avecillas y Floris, ambas con texto de Juan Meléndez Valdés.
Seguro que para la inmensa mayoría de los aficionados resultará una sorpresa conocer la música de Isidoro Hernández (1847-1888), también sevillano y compositor de un muy interesante corpus de canciones, además de zarzuelas. Cultivó especialmente las canciones antillanas como las habaneras y, como en este caso, la guajira. Además de ser uno de los primeros compositores interesados en llevar a los pentagramas los cantes flamencos de su época (entre ellos los de Silverio Franconetti), fue buen amigo de Gustavo Adolfo Bécquer y puso en música algunas de sus Rimas, una de las cuales, titulada Su visión y basada en la rima XLVIII (Como se arranca el hierro de una herida), se podrá escuchar en esta velada. Cultivó también la música de salón más romántica, como la barcarola incluida en el programa.
No necesita presentación Joaquín Turina. A pesar de su inspiración netamente andaluza, en su música es frecuente encontrarse con el ritmo sincopado del zortziko, que es la base de la Danza vasca que abre el bloque. El apartado de las canciones con acompañamiento de piano es uno de los más interesantes de su catálogo. Aquí escucharemos algunas de las más difundidas: Anhelos, Farruca, Saeta en forma de salve: a la Virgen de la Esperanza op. 60 y Cantares.
En Sevilla Jordi ha cantado desde sus apasionantes inicios hasta la espléndida madurez actual, tanto en óperas como en recitales
Y de la música desde Sevilla a la música inspirada en la ciudad desde fuera. Más de cincuenta óperas diferentes han hecho de don Juan Tenorio el personaje sevillano por excelencia. Ni que decir tiene que la mejor de todas es Don Giovanni, título del que sonará el aria Il mio tesoro. Alfonso XI de Castilla era el rey que protegía al Tenorio en la comedia de Claramonte El Burlador de Sevilla y es también el rey que tuvo como amante en Sevilla a Leonor de Guzmán, madre de la estirpe de la casa de Trastámara. Sus amores inspiraron La favorite de Donizetti, estrenada en París en 1840. Su más famoso fragmento, el aria La maîtresse du roi?, se escuchará en el Maestranza. No se desarrolla en Sevilla, pero en su título ya aparece la mención a la ciudad: El huésped del sevillano, la famosa zarzuela ambientada en Toledo en tiempos cervantinos escrita por Jacinto Guerrero y estrenada en Madrid en 1926. La romanza Raquel es una delicada y bella serenata a esa “mujer de perfil gitano/que tiene sangre agarena”. No tan conocida como Granada pero no menos inspirada es la canción Sevilla de Agustín Lara.
El país que con más fuerza abrazó la pasión por lo español fue siempre Francia. De la importante nómina de compositores galos que frecuentaron la música española quizá no sean tan conocidos hoy Henri Collet y Francis López. Del Album d’Espagne de Collet viene la danza orientalizante para piano titulada Morisca. Fallecido en 1995, Francis López era hijo de exiliados vascos de la Guerra Civil. Vasco y también de carrera francesa fue Luis Mariano, el famoso tenor para quien López compuso diversas operetas, algunas de las cuales fueron llevadas al celuloide. De la opereta Andalousie proceden la Chanson du sereno, en la que se evoca la noche sevillana, y Andalucía mía. La más clásica españolada musical sonará en la alegre y pegadiza La fiesta bohémienne.
Y se cerrará el concierto con una popular creación de Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez, más conocido como Manuel Alejandro. Sevilla, escrita para Rocío Jurado, sonará en el arreglo para voz y piano de Carlos Ímaz.
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