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Sevilla/El convento de Santa Inés de Sevilla inició este lunes unas obras de emergencia en sus zonas más deterioradas, caso del compás de entrada. La intervención la acomete y gestiona la Fundación Alqvimia Musicae, designada para este proceso por la comunidad de monjas de clausura de la que es priora sor Rebeca Cervantes, y cuenta con el visto bueno de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento y del Arzobispado.
Según declararon este lunes a Efe fuentes de Alqvimia Musicae, "estas obras de emergencia deberían haberse realizado hace 25 años por la Junta, que firmó un convenio en el que, a cambio de cederle el convento las actuales salas de exposición durante 50 años, se comprometía a restaurar todo el conjunto arquitectónico y patrimonial del convento". Sin embargo, tan sólo se restauraron las salas que usa la Consejería de Cultura -actualmente acogen la nueva exposición del programa Iniciarte-, pero no el resto de este convento de economía precaria y menguante pese al prestigio de los dulces -como los bollitos de Santa Inés- que elaboran y venden sus monjas tras el torno. En 1983 el convento fue declarado como Bien de Interés Cultural.
Dado el riesgo de derrumbe inminente de algunas zonas, entre ellas el compás de entrada, Alqvimia Musicae decidió intervenir aportando de sus propios fondos los casi 20.000 euros necesarios para iniciar los trabajos, que arrancaron este lunes con un corte de tráfico que afectará a la calle María Coronel hasta el dos de julio. El coste de las obras, por debajo del precio del mercado, ha sido posible gracias a los arquitectos Cristina Cruz, José Ángel González y Venancio González, que según la Fundación han aportado su trabajo sin coste, junto al constructor sevillano Antonio Rodríguez Cuberos, de la empresa AICO, que también se ha comprometido a ayudar a la comunidad.
Alqvimia Musicae estrechó sus lazos con estas franciscanas clarisas tras asumir en diciembre de 2016 la restauración del emblemático órgano del convento, que tiene un papel protagónico en la leyenda Maese Pérez, el organista, de Gustavo Adolfo Bécquer. Además, la Facultad de Bellas Artes ha comenzado la restauración de dos grandes lienzos que estaban destrozados y caídos del bastidor en el convento fundado en 1374 por María Coronel, viuda de Juan de la Cerda.
Estos trabajos intentarán paliar los riesgos de derrumbe que sufre esta joya patrimonial que, junto al resto de clausuras femeninas sevillanas, fue incluida a finales de 2015 por la prestigiosa fundación World Monument Fund en su lista de monumentos en peligro y, por tanto, quedó vinculada a una acción de largo recorrido que se llevará a cabo de la mano del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) y el Ayuntamiento con la supervisión del Palacio Arzobispal. Esas intervenciones, que cuentan con una subvención de 200.000 euros de American Express, arrancarán con la restauración de la portada del convento de Santa Paula. Aún está pendiente la firma del convenio que deben suscribir todas las partes y que concretará las actuaciones integrales a seguir también en los conventos de Madre de Dios y Santa Inés, los más deteriorados de un patrimonio -material e inmaterial- realmente único.
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