A la industria estadounidense no le basta con la 'Ley Sinde'
El 'lobby' norteamericano de los derechos de autor vuelve a incluir a España en un puesto destacado de su informe sobre descargas de internet
"El mercado musical español se ha evaporado ante los ojos de su gobierno, que permaneció impasible frente a la marea de la piratería". Así lo anuncia el informe de la IIPA (International Intellectual Property Alliance), la asociación que agrupa a diversas multinacionales de los sectores del cine, la música, el software, la televisión y los periódicos en el mercado estadounidense. La IIPA acaba de enviar a la administración Obama su informe para la elaboración de lo que denomina "la lista de la vergüenza".
Para la industria de contenidos norteamericana, España debería continuar ocupando una posición de dudoso privilegio (.pdf) en la llamada Lista 301, el informe que elabora la Oficina de Comercio de los Estados Unidos sobre la situación de los mercados digitales en todo el mundo. Se trata de una lista negra que toma su nombre del artículo de la ley americana del comercio, por el que las autoridades instan a "identificar a aquellos países donde no se proteja de forma adecuada y efectiva la propiedad intelectual de los estadounidenses". En los casos más extremos, esa ley recoge, incluso, la posibilidad de imponer sanciones a los países infractores.
El documento (publicado por IIPA esta madrugada) vuelve a utilizar un tono severo con España. Entre otras cosas, asegura que el mercado musical español ha decrecido en más del 55% durante el último quinquenio y lamenta que "no haya aparecido ningún artista local nuevo entre el top 50 de los discos más vendidos en los ejercicios de 2009 y 2010".
De cumplirse las previsiones, la recomendación de la IIPA provocaría nuevamente, y pese a la reciente y muy polémica aprobación de la Ley Sinde, la inclusión de España en la Lista 301 por cuarto año consecutivo. Con el "agravante", en esta ocasión, de figurar como objetivo de especial denuncia por parte del gobierno estadounidense, al "nivel crítico" de otros países como China, Rusia, India, Filipinas, Ucrania, Vietnam o Indonesia: la lista de vigilancia prioritaria.
Siempre según IIPA, "en el caso concreto de la industria de la música, la piratería digital se trata de una cuestión de máxima prioridad, pues se enfrenta a un problema mundial de piratería en Internet que se estima en un 95 por ciento".
Pese a lo que denomina como "deficiencias", una de las entidades integrante de la IIPA, la todopoderosa RIAA, equivalente en Estados Unidos a la SGAE española, admite que, "tras años y años de inacción", el gobierno español "ha dado un importante primer paso para introducir la realidad de las redes digitales en su legislación".
Neil Turkewitz, máximo responsable internacional de la RIAA, entiende que esta última edición de la Lista 301, aun siendo muy crítica, deja entreabierto "un margen para la esperanza". "Desgraciadamente, el informe demuestra que, a lo largo de la última década, los músicos han perdido cada vez más y más oportunidades para vivir de su trabajo. Pero desde Europa hasta Asia y Latinoamérica, las administraciones comienzan a darse cuenta de los enormes costes sociales, culturales y económicos que ha acarreado la pasividad frente a la piratería", asegura el defensor del copyright.
Por su parte, Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, asociación que agrupa en España a las principales multinacionales del sector discográfico, no ha tardado en asegurar "tener un sabor agridulce" al conocer estos datos. "Internet no es el futuro, efectivamente, es ya el presente, pero en el caso de nuestro país podríamos decir que es un vergonzoso presente", dice recordando las palabras de Álex de la Iglesia en la pasada edición de los Premios Goya.
"La aparición destacada del nombre de España entre los países menos respetuosos de la propiedad intelectual en todo el mundo constituye una deshonra nacional. Y con todo, queda un hilo de esperanza ahora que, por fin, parece que algo se mueve entre las autoridades", indica Guisasola, sin hacer referencia, lógicamente, a que es la propia industria estadounidense la que confecciona el informe.
Como ya ha declarado en otras ocasiones, para Guisasola la denominada Ley Sinde "se queda corta, y va a haber que trabajar mucho en su desarrollo y puesta en marcha para que tenga algún efecto positivo real. Quizá lo mas importante de esta norma no sea su contenido sino el constituir un primer paso en favor de la concienciación social y que se haya conseguido un amplio consenso político para su aprobación, pues resulta imprescindible que este problema por el que pasa nuestro país se aborde como una cuestión de Estado, superando los criterios partidistas".
A juicio de Guisasola, "España debe proponerse el reto de no seguir apareciendo en más listas negras y asumir un papel de vanguardia, que es el que debiera corresponder a un país con tan rica y diversa tradición cultural como el nuestro".
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