Las incógnitas de Paulino Plata
En sus tres meses al frente de la Consejería de Cultura, el flamenco ha acaparado sus comparecencias públicas · El desmantelamiento de Espacio Iniciarte ilustra su distancia respecto al arte contemporáneo
Tres meses después de su toma de posesión como consejero de Cultura, su tercera experiencia en el Gobierno andaluz tras su paso por Agricultura y Pesca (1994-2004) y Turismo, Comercio y Deporte (2004-2007), Paulino Plata ha ido tomando contacto con las particularidades del departamento que ahora lidera. La aplicación de un plan de austeridad, la apuesta por una economía de la cultura, la búsqueda de sinergias con el turismo y la incorporación de los ámbitos de la creación al entorno digital son algunas de las preocupaciones mostradas por el político en los primeros tramos de su nueva andadura. La impresión que proyecta su equipo, sin embargo, es que el giro tardará en producirse: los grandes proyectos anunciados por el momento pecan de cierta terminología brumosa (¿se trata de premisas aún poco definidas?) y se tarda en responder a algunos de los retos. Un ejemplo al respecto: Plata lleva meses asegurando que la firma del convenio para la ampliación del Bellas Artes de Sevilla se producirá "en las próximas semanas" sin que el asunto llegue a resolverse en ningún momento. Estas demoras son preocupantes porque el horizonte temporal que tienen Plata y su equipo para concretar sus cambios culmina a finales del año que viene, ya que la Cámara se disuelve unos meses antes de la convocatoria electoral, que llegará previsiblemente en la primavera de 2012.
El pasado mayo, en una intervención en el Parlamento andaluz en la que el consejero defendió las líneas maestras que iban a definir su gestión, Plata habló de la "racionalización y ordenación del sector público cultural" y expuso como una de las iniciativas estrella la creación de la Fundación Andaluza de Patrimonio Histórico, que nacía con la pretensión de ser "un potente órgano" que transformara "el modelo de gestión de nuestro patrimonio en los próximos años".
Se dijo entonces que el objeto de esta propuesta era "valorar, difundir y promocionar los valores del Patrimonio Histórico de Andalucía", y que esta reestructuración lograría "una administración más ágil y cercana al ciudadano, dotándola de un modelo de organización basado en los principios de eficacia, modernización y proximidad para mejorar la calidad de los servicios y la implementación de las nuevas tecnologías". Más allá de que la nueva fundación gestionaría un amplio abanico de ámbitos que incluiría las bibliotecas, los museos y los espacios culturales, apenas algún detalle concreto trascendió del proyecto. Un mes después de su presentación, se mantiene la misma imprecisión sobre la entidad, un silencio que se ha prolongado cuando responsables de la Consejería de Cultura con los que contactó este periódico eludieron hacer declaraciones sobre el proyecto.
El anuncio este miércoles en el Parlamento autonómico de que el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), el Patronato de la Alhambra y el Instituto Andaluz de las Artes y las Letras, entre otros, se fusionarán en la nueva Agencia de las Instituciones Culturales de Andalucía, una medida presentada por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, crea aún más confusión sobre qué ocurrirá con esa cacareada Fundación Andaluza de Patrimonio Histórico.
Entre tanto cambio de nombres que nadie sabe bien qué significan, los recortes presupuestarios se generalizan y las actuaciones de Plata van apuntando los campos por los que el consejero muestra más interés. El flamenco sería una de sus materias predilectas, a juzgar por el número de veces que ha apoyado la causa: el consejero no ha dudado en respaldar la gira de la Carmen de Salvador Távora, ha promovido en Bruselas la candidatura del flamenco para ser elegido patrimonio inmaterial de la humanidad, y ha presentado el festival francés de Mont-de-Marsan. Un episodio relacionado con el arte jondo ilustra la sensación de parálisis que proyecta su gabinete: después de meses de suspense sobre quién sucedería a Francisco Perujo al frente de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, se ha optado por un discutido Consejo Asesor con Fosforito como presidente.
En el lado opuesto, llama la atención el desinterés por el arte contemporáneo de Plata, que en más de una ocasión se ha definido ante los medios como "un hombre de gustos clásicos". Al tijeretazo que ha dado Cultura a los presupuestos del CAAC -que pasa de 6 millones de euros a algo menos de 5 para la próxima temporada- se suma ahora el desmantelamiento de Espacio Iniciarte en Sevilla, justo cuando acababa de inaugurarse la sede de Córdoba y la mayoría de las restantes provincias, como Cádiz, habían manifestado su interés por acoger un espacio propio de esa red dedicada al arte emergente.
Así las cosas, la gestión de Plata no ha avanzado más allá de los cambios en la nomenclatura -se han renombrado las cuatro direcciones generales, la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales ha pasado a denominarse Instituto Andaluz de las Artes y las Letras- y de ambiciosas etiquetas -léase el Plan de Industrias Culturales en el que se trabaja-. El tiempo dirá si el todavía borroso organigrama de la Consejería de Cultura responde a las muchas asignaturas pendientes que Plata encontró sobre la mesa.
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