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Concierto de Alejandro Sanz en Sevilla
Su madre lo apuntó a kárate pero él quería cantar. Con siete años desenfundó una guitarra y tal era su empeño por tocarla que su madre, cansada de escucharlo, le terminó por romper el instrumento. Pero él, con una cabezonería desmesurada, arregló su guitarra con el recorte de una revista en el que aparecía un pequeño pájaro. De aquel apaño se ganó el apodo de Niño pajarito y hoy, más de cuarenta años después, aquel chaval testarudo lleva más de veinticinco años en la música, ha sacado doce discos (sin contar recopilatorios) y tiene en su haber veintitrés Premios Grammy (tres Grammy y veinte Grammy Latinos). Ahora, Alejandro Sanz está a punto de comenzar la gira de presentación de su nuevo trabajo #ElDisco, que arranca en Sevilla este sábado en el Estadio Benito Villamarín.
El del corazón partío ya no esconde su pasión por la ciudad. Acostumbrado a terminar sus giras en Sevilla, a la que "le debe mucho porque muchos de sus amigos son de aquí", Sanz cambia sus planes en esta ocasión para hacer de la ciudad el primero de los escenarios de su gira.
Ansioso por subirse a un escenario, y más en el Estadio Benito Villamarín, el recientemente nombrado Hijo Adoptivo de Sevilla mostraba su expectación a través de redes sociales. "Sevilla mía de mí. Así me tienes el corazón...iluminado, preñado de risas y bailando a tu alrededor. Ya voy vida mía", declaraba en su cuenta de Instagram en plena Feria de Abril.
Ahora, a escasos días de dar el pistoletazo de salida, el artista le habla a sus fans, a esas que llevan desde el pasado domingo en la cola del estadio. "Os cuido, os quiero y soy yo quien os espera", sentencia.
Tanta es la expectación que Alejandro Sanz ha generado con esta gira, para la que sólo hay cinco fechas, que desde la organización han tenido que reubicar el escenario para que hubiera más localidades disponibles. En el caso de Sevilla, las primeras entradas se agotaron en solo un día y las segundas duraron disponibles horas.
Sanz mueve mareas y muchos son los que desean verlo cantar en el campo del Betis. Bético de corazón, como ha reconocido en incontables ocasiones, el madrileño estuvo presente en la celebración del centenario del equipo en el año 2007 en un multitudinario concierto.
Beticismo y sevillanía para el cantante van de la mano. En más de una ocasión, los hinchas verdiblancos le han pedido ser presidente del club y el cantante le ha dedicado palabras en estadios lejanos. El desaparecido estadio Vicente Calderón fue testigo en el aniversario de su disco Más. Letrillas para Triana y un viva el Betis se pudo escuchar en boca del artista.
Acostumbrado a interactuar con su público, los conciertos de Sanz en Sevilla siempre se antojan idílicos. Al Hijo Adoptivo le gusta recordar sus años de juventud en la ciudad, donde cuentan que lo vieron comiendo caracoles con gorra y en pleno arrabal.
Nunca faltan sus referencias a la utopía y los horizontes. "La utopía es una línea que está en el horizonte y que cuando te acercas dos pasos se aleja tres. Para eso sirve la utopía, para caminar. Caminemos", suele invitar en cada concierto.
A veces la luna llena lo acompaña, como en el concierto en el Estadio de la Cartuja en el año 2013, otras el público le canta a coro Para volver a volver y así evitar que abandone el escenario.
Siempre hay magia cuando Sanz canta en Sevilla, ya sea cuando se sienta al piano e interpreta su clásico Lo ves o cuando se arranca con una pataíta ante el grito de ¡bulería, bulería! También la hay cuando se reúne de amigos para cantar algunos de sus temas míticos. Niña Pastori, Bisbal, Manolo García, Vanesa Martín, Malú, Pablo Alborán o su íntimo amigo Junior han acompañado al del corazón partío en alguna de sus visitas a Sevilla.
Con ellos ha cantado Cuando nadie me ve, Desde cuándo, Mi soledad y yo, No me compares... temas considerados más pops y muy aclamados por el público. Pero Sanz, que lleva varios años desligado de sus comienzos musicales, también innova con temas que cuentan con arreglos musicales más actuales y menos convencionales.
Aunque para la mayoría Alejandro Sanz se dio a conocer con su disco Más, que se hizo muy popular gracias a temas como Corazón partío, el artista tuvo su primer contacto con la industria musical en 1989. Con un álbum titulado Los chulos son pa cuidarlos, una estética de lo más kitsch y unos ritmos propios de los autos de choque, se dio a conocer un joven Alejandro Magno (pseudónimo con el que Sanz quiso presentarse al mundo).
El disco, del que apenas quedan ejemplares, resultó ser un fracaso. Por suerte para él -y para sus seguidoras-, el artista cambió el Magno por el Sanz (apócope de Sánchez, su verdadero apellido) y se subió al carro de la música pop. En 1991 vio la luz su primer trabajo, Viviendo deprisa, del que destacan el tema homónimo, Pisando fuerte o Los dos cogidos de la mano.
Esas canciones convirtieron al artista en ídolo de masas entre el público femenino, que hacía colas para sus firmas de discos y forraba sus carpetas con fotos suyas. A este trabajo le siguieron Si tú me miras, Básico, 3 y su obra culmen: Más. Con más de cinco millones de copias vendidas, el álbum supuso un antes y un después en su carrera y los temas que lo conforman ya forman parte de la banda sonora de los españoles.
Después de Más el cantante se vuelve atrevido con sus ritmos y más enrevesado con sus letras, pero sigue cosechando el mismo éxito. El alma al aire y No es lo mismo conservan la esencia Sanz pero es con El tren de los momentos cuando el cambio se hace más patente. Vuelve a tener éxito con este trabajo pero no goza de la repercusión del resto, algo que se traduce en la ausencia en sus conciertos (la mayoría de las veces) de temas de este trabajo.
Paraíso express (2009) supuso una reconciliación con parte de su público y con la crítica, a los que Sanz lanzaba una advertencia en su siguiente trabajo en forma de canción. No me compares (La música no se toca, 2012) fue la forma de Sanz de decirle al mundo que "si ya no es el mismo que cuando tenía 20 años, sus canciones tampoco han de serlo".
De aquella advertencia, su último álbum. Titulado #ElDisco, el trabajo se compone de diez canciones en la que se aprecian los ritmos latinos, el estilo urbano, las colaboraciones y hasta el inglés, idioma con el que ya se atrevió en Looking for paradise.
Su tema con el reaggetonero Nicky Jam (Back in the city) suena en las discotecas, Mi persona favorita, con Camila Cabello, es tarareado por los más pequeños y los gaditanos ya han hecho suyo Te traigo un son. El Sanz de ahora juega a los experimentos y, aunque a los seguidores más puristas les disguste, parece saber a la perfección cómo ganar la partida.
Con un público cada vez más heterogéneo -atrás quedaron las adolescentes alocadas- el cantante sabe darle a cada uno su sitio. En sus conciertos nunca faltan Lo ves, Amiga mía o Viviendo deprisa, que se entremezclan con temas más movidos como No es lo mismo, Capitán tapón o Llamando a la mujer acción.
En el concierto de este sábado se descubrirán las nuevas incorporaciones y se rescatarán grandes clásicos. Todo para que Sevilla se quede contenta con la visita de su nuevo niño y como toda madre vuelva a llorar su ausencia cuando se baje del escenario
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