El humor como antídoto

Leo Bassi, como bufón, no puede permanecer ajeno al resurgimiento del fascismo en Europa y su deriva en España. Resucita a Mussolini, con el que guarda un inquietante parecido físico, y nos lo devuelve desde una quinta dimensión a nuestro tiempo.

Sobrecoge escuchar al Duce darle la bienvenida al partido que según él, representa el fascismo en la actualidad en nuestro país y que ha obtenido unos resultados electorales que han permitido el cambio de gobierno en Andalucía.

Poseedor de un estilo ‘Bassi’, el clown Leo se ha documentado muchísimo para darle vida a Benito Mussolini. Lejos de caer en la ridiculización facilona lo que hace es enfrentarnos a la historia que no supo ver en el Duce a un político peligroso sino que, muy al contrario, lo convirtió en ‘hombre del año’ de la revista Times del año 36, o que fue apoyado por el actual padre de Netanyahu, primer ministro israelí en la actualidad.

Nos advierte de la mediocridad del mensaje del fascismo y de cómo está calando en generaciones desinformadas que, sin embargo, creen estar muy bien documentadas gracias a las redes sociales. Leo Bassi es un clown y como tal posee una depurada técnica para hacernos reír pero las carcajadas que nos provoca el bufón, inevitablemente, se nos congelan en la cara.

La escenografía, un atril, bandeloras y pantalla de vídeo nos sitúan en un mitin del líder de los camisas negras. Salvo el número de las manzanas y la sandia (explotando en la cara de los espectadores) nos encontramos con un Bassi menos histriónico, más preocupado. El humor como fórmula para contrarrestar el miedo, es una buena fórmula pero el payaso, como los bufones de Shakespeare, nos avisan, nos alertan, nos cuentan la verdad.