Las humanidades en la era digital
A DEBATE
Profesores de distintas especialidades analizan la situación de las humanidades en las universidades
Los datos demuestran que la mayor parte de financiación pública está dirigida a proyectos de investigación relacionados con la ciencia y la tecnología.
Málaga/En la era tecnológica, los estudios de humanidades parecen estar al final de la clase. Las noticias sobre nuevas investigaciones, prototipos ligados a la robótica o estudios científicos relacionados con la alimentación o la salud se multiplican. Mientras, disciplinas como Geografía, Historia, Filosofía o las filologías suenan cada vez menos. En las universidades públicas andaluzas el debate ya está abierto. "El tema es candente porque existe una ola relacionada con lo tecnológico, lo útil, lo productivo, algo que va en contra de las humanidades", explica Enrique López Lara, profesor del Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla (US). "Hay una crisis de humanidades, pero no por ellas, sino por cómo son percibidas por la sociedad", subraya.
López Lara es también es asesor del rector y uno de los pocos miembros del equipo de gobierno de la institución sevillana que pertenece a la rama de humanidades. "Las universidades, como la nuestra, cumplen su papel en dichos estudios, otra cosa es cómo la sociedad los ve", afirma el profesor de la US. Para ello, pone el ejemplo de que, mientras es habitual que los padres vean con buenos ojos que sus hijos estudien grados relacionados con la tecnología, "no lo ven tan bien en el caso de que se decidan por alguno de humanidades". López Lara asegura que en los últimos años la institución sevillana ha notado la disminución de la demanda en las facultades de humanidades en relación a otros tipos de estudios más técnicos como ingenierías o medicina. "Por ahora las humanidades no han sido barridas, pero sí que están al final de la clase", añade Juan Marchena, catedrático en el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). "Creo que este es un debate muy rico e interesante porque el pensamiento se crea desde las humanidades y éstas han dado muestra, desde el inicio de los tiempos, de que han participado del pensamiento científico", detalla Marchena, que en las últimas semanas ha pasado por universidades de Chile, Bolivia y México para analizar precisamente este tema. Y que tiene una opinión rotunda: "Quitarlas no tiene ninguna lógica, es algo que debe ser impensable".
La menor atención por parte del alumnado a las tradicionalmente llamadas carreras parece generalizada en las universidades andaluzas, pero a veces no lo es tanto. Lo confirma el decano de la Facultad de la Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, José Antonio Pérez Tapias. "Aquí la demanda se ha mantenido e incluso es superior en algunos grados", asegura. "Se cree que las Humanidades están perdiendo peso en la sociedad, pero en realidad están muy vigentes. Y desde esta facultad estamos dispuestos a que nunca pierdan su sitio. No es sólo es salud democrática, también mirar al futuro manteniendo lo mejor de nuestras tradiciones culturale", añade Pérez Tapias, que defiende que "en la vida necesitamos también el por qué y para qué de las cosas, conocer la propia realidad humana y cultural, y si no queremos volver a viejas situaciones históricas no deseables, los saberes de las Humanidades son importantes", asevera.
Pero, ¿y los proyectos de investigación? ¿Se financian más los relacionados con las ciencia y la tecnología? Si repasamos los proyectos preseleccionados por el Ministerio de Economía y Competitividad hace poco más de un mes, las cifras ayudan a conocer la respuesta. En la convocatoria de Proyectos I +D del Programa estatal de fomento de la investigación científica y técnica de excelencia, de los 173 aprobados para las universidades públicas andaluzas, 85 son de humanidades y 88 de ciencias. Una cifra pareja que, eso sí, se distancia en la financiación: 3,1 millones de euros los primeros y 8,7 los segundos. Y ello a pesar de que salvo en la de Sevilla, todas las universidades cuentan con más proyectos aprobados en letras que en ciencias.
Por su parte, en la convocatoria de Proyectos I+D+I del Programa estatal de investigación, desarrollo e innovación orientada a los retos de la sociedad, las diferencias se agrandan: de los 173 proyectos aprobados para las universidades públicas andaluzas, 130 pertenecen a ciencias y 43 a letras. La distancia es aún mayor en la financiación: los primeros recibirán algo más de 16 millones de euros frente al casi millón y medio de euros de los segundos. Desgranando los datos se pueden observar diferencias significativas, como que de los 46 proyectos otorgados a la Universidad de Sevilla sólo cinco son de humanidades y ciencias sociales, con apenas 125.000 euros de financiación, frente a los casi seis millones de euros de los 41 proyectos de investigación relacionados con ciencias y tecnologías. En total, de los 346 proyectos preseleccionados en las universidades públicas andaluzas, 218 son de ciencias y 128 de humanidades, recibiendo los primeros casi 25 millones de euros frente a los casi cinco de los segundos.
"Yo creo que hoy día obtener un proyecto de investigación es complicado en cualquier disciplina", asegura Manuel López Muñoz, que enseña lenguas latinas, retórica, poética y la tradición clásica en la Universidad de Almería (UAL). "Pero también creo que es más rentable investigar en humanidades", subraya el docente, que explica que la menor necesidad de equipamiento científico o grandes infraestructuras hacen mucho más baratas estas investigaciones. Eso sí, López Muñoz también deja claro que "es más importante curar un cáncer que transmitir cómo se construye un genitivo". El profesor titular de la UAL es uno de los grandes de defensores de las carreras de letras, sobre todo porque éstas "ayudan a estructurar el pensamiento de las personas", pero también para otras muchas cuestiones. "Yo pienso que las humanidades aportan la correcta expresión de los conceptos, la correcta evaluación de los conceptos en su desarrollo a través de los tiempos, el correcto reconocimiento de los elementos del pasado en el presente, los comportamientos del pasado y sus consecuencias para saber si ahora pasará lo mismo... Las letras permiten a la sociedad no estar todo el día analizando su ombligo", subraya López Muñoz. El profesor relata cómo se encuentra, cada inicio de curso, con las mismas cuestiones entre su alumnado de Filología Hispánica y Filología Inglesa el primer día de clase: ¿De qué nos sirve hoy estudiar el latín? ¿No es una pérdida de tiempo? "Yo siempre respondo que hoy hablamos un latín evolucionado y que, por ejemplo, el 80 por ciento de las palabras del inglés vienen del latín. Está demostrado que saber este idioma te facilita a aprender otros", explica López Muñoz.
Para Alejandro Jiménez Sierra, arqueólogo de la Universidad de Jaén (UJA) que lidera el proyecto público español de mayor envergadura en Egipto, las humanidades tienen que ver con el propio espíritu del ser humano. "Filología, Historia, Filosofía... todo es, al fin y al cabo, entender qué somos como seres humanos y no tanto qué podemos hacer como seres humanos", afirma. Y va más allá: "Necesitamos saber de dónde venimos". Aunque manida, la frase de que el pueblo que no mire su historia está condenada a repetirla es más que válida en la actualidad. Pero, ¿Queda Egipto demasiado lejos? ¿Qué nos aporta conocer mejor dicha cultura? "Egipto forma uno de los pilares a partir de los que se construye nuestra civilización. Nosotros tenemos más de Grecia y Roma, sobre todo de esta última. Pero claro, Roma no se puede explicar sin entender el Mediterráneo oriental, así que para saber cómo Roma llega a ser Roma, hay que entender los pasos previos, como Egipto", aclara Jiménez Sierra.
ALEJANDRO JIMÉNEZ
"Los seres humanos necesitamos el conocimiento trascendental o espiritual, es algo que nos ayuda a entender cómo somos pero también a ser individuos críticos"
El arqueólogo de la UJA resalta además que las sociedades más desarrolladas en la actualidad "invierten tanto dinero en las humanidades como en las nuevas tecnologías". "Los seres humanos necesitamos el conocimiento trascendental o espiritual, es algo que nos ayuda a entender cómo somos pero también a ser individuos críticos", asevera. Es un punto donde coincide con otros expertos en humanidades, como Enrique López Lara, que destaca que, en países como Estados Unidos o Inglaterra, los estudios tecnológicos se hacen más híbridas con las humanidades y van integrando un mayor número de asignaturas de éstas. "Cada vez se demandan no sólo buenos profesionales de la materia en sí, también personas que sean capaces de gestionar con creatividad, pensamiento crítico, empatía… algo que suelen dar la humanidades", afirma el profesor. "También hay que contrarrestar el malentendido sobre si las Humanidades tienen pocas salidas laborales: nuestros egresados ni están condenados al desempleo ni al mal desempeño de un trabajo en el futuro. El mercado es difícil, pero para todos", añade José Antonio Pérez Tapias.
La conjunción entre letras y tecnologías parece ser un buen camino a seguir. López Lara destaca así como, por ejemplo, en el campus Andalucía Tech, puesto en marcha por la Universidad de Sevilla y la Universidad de Málaga, las acciones académicas allí realizadas no han dejado de lado las humanidades y se han puesto en marcha seis grados conjuntos, cinco tecnológicos y uno humanístico: el de estudios de Asia oriental. "Es un área emergente donde se cocinan muchos aspectos del mundo y creemos qué es importante formar en ello al alumnado", subraya López Lara. De hecho, hay líneas de investigación que buscan unir ambos campos, porque "la realidad es que no se pueden disociar", según afirma Nuria Rodríguez, directora del departamento de Historia del Arte en el campus Andalucía Tech. Su equipo está desarrollando un trabajo en el que buscan la forma en que se pueden conjuntar el pensamiento humanístico, la tecnología computacional y lo digital. "La idea es ver cómo unificar la reflexión, crítica y análisis del pensamiento humanístico con lo científico-tecnológico y el mundo digital", asegura Rodríguez, que se encuentra inmersa en el análisis de datos dentro de su proyecto Exhibitium, que busca reflexionar sobre el mundo de las exposiciones artísticas desde el punto de vista de tecnologías de grandes cantidades de datos.
"Lo que nosotros investigamos, en definitiva, es cómo la tecnología computacional puede hacer avanzar el pensamiento humanista, pero también cómo éste es necesario para reflexionar sobre la sociedad tecnológica que estamos construyendo donde la tecnología invade ya toda nuestra vida", concluye Nuria Rodríguez. Una misma idea que subraya el americanista Juan Marchena: "Yo creo que las ciencias y las humanidades son dos campos que se entienden y deben funcionar muy bien". "Otra cosa es el manejo político que se hace de ello", añade Marchena, que ha participado en debates por latinoamérica tratando con diferentes universidades, rectores y alumnado el tema en numerosas ocasiones. "No podemos dejar atrás la tecnología, de la misma manera que la tecnología sin destino o crítica también nos lleva a la catástrofe, como vemos en el mundo contemporáneo", concluye Marchena. Es el momento, pues, de que las Humanidades vuelvan encontrar su hueco en el espacio de convergencia entre ambos campos y ayuden a reflexionar sobre la sociedad actual.
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