Los horrores de la guerra

Este ejemplar que sostienes en tus manos es más, mucho más, que un cómic. Aún muchos de nosotros no nos hemos recuperado del tremendo golpe que fue el fallecimiento de Carlos Pacheco, que nos cogió a la mayoría con el paso cambiado. Personalmente, habíamos coincidido en numerosas ocasiones, dejando patente su calidad humana.

Es por ello que en los últimos meses se están sucediendo numerosos, y merecidísimos, homenajes hacia su figura. Ya sea con charlas protagonizadas por aquellos con los que compartió vida y amistad, o bien con sentidas exposiciones, donde parte de lo mejor de la profesión ha dejado patente la inmensa admiración e influencia artística que han tenido por este sanroqueño universal.

Y Dolmen, la editorial a la que estuvo tan, tan unido, también quería aportar su granito de arena. Y lo ha hecho publicando una nueva edición de una de las obras que más marcó la trayectoria artística de Carlos, curiosamente alejada de los cómics protagonizados por tipos con mallas y capas, que tanto éxito le dieron en el mercado internacional.

Tras el tremendo bombazo que supuso la saga Avengers Forever, Pacheco y su guionista, Kurt Busiek, un escritor que se ha caracterizado por tener un perfil más 'clásico' a la hora de abordar sus historias, siendo uno de los principales defensores del ese movimiento al que se denominó como 'back to basics', tenían ganas de volver a trabajar juntos en algo propio, original, surgido directamente de sus talentos como guionista y dibujante.

Y así nació Arrowsmith. Si queréis conocer los pormenores de la génesis de este cómic, Busiek lo explica a la perfección en más de un texto incluido en el volumen, en el que además podemos conocerla propuesta original que se le hizo a los editores de Wildstorm, donde fue finalmente publicada tras el fiasco del sello Gorilla.

En ella vamos a trasladarnos a una realidad paralela, sita en los terribles y oscuros años del primer gran conflicto bélico que sacudió a Europa, pero en este caso, los rifles y las bayonetas van a ser sustituidas por hechizos, y las tropas de soldados van a tener que enfrentarse a algo mucho más peligroso, letal y terrorífico que un tanque.

Trolls, vampiros, hombres lobo… Todo tipo de monstruos van a protagonizar muchas de las viñetas de este cómic, donde conoceremos cómo su protagonista, el joven Fletcher Arrowsmith, obnubilado por esos soldados que surcaban los cielos junto a sus dragonets, se alista en el ejército y abandona su pueblo en Connecticut junto a su amigo Jonathan. Y así, largo del argumento, seremos testigos de que la guerra no tiene nada de bonito, más bien todo lo contrario.

En su camino, Fletcher dejará atrás la inocencia cuando vea los desastres provocados por el conflcito, que le van a salpicar de lleno en más de una ocasión. Y aunque en su camino conozca el amor, de la mano de la joven Grace, con la que iniciará una intermitente relación, la oscuridad más completa anidará en su pecho cuando él también tenga que lanzarse de cabeza a la batalla.

Creo que no me equivoco al decir que éste es uno de los mejores trabajos de Carlos Pacheco, acompañado por el mejor entintador que nunca ha tenido, su amigo Jesús Merino, que comprendió sus lápices como nadie, dejándonos páginas que son para enmarcar directamente.

Esta nueva edición trae, además de un formato mayor, alguna que otra agradable sorpresa, como es la nueva traducción de Rafa Marín, 'primo' de Carlos Pacheco.

Lo dicho al principio, éste cómic es mucho más, es un sentido homenaje a un autor que, por méritos propios ha ascendido, demasiado pronto, a ese imaginario Olimpo donde reposan todos esos grandes nombres que han dejado huella con su arte y buen hacer en el noveno arte.