'Horizonte y límite. Visiones del paisaje' en CaixaForum Sevilla: un golpe al cambio climático a través del arte
La muestra reúne 40 obras de 24 artistas y estará expuesta hasta el 30 de marzo
'Horizonte y límite. Visiones del paisaje', en imágenes
Un laboratorio con paredes y lámparas que emiten luces rosas. En su interior, un conjunto de plantas está siendo cultivado de forma automatizada. Así imagina el artista alemán Thomas Demand los viveros del futuro, con una naturaleza recluida, controlada y alejada del imaginario idílico que ha representado históricamente. Contrasta con la libertad que desprende el vídeo L'Écho en el que la artista Su-Mei Tse toca el violonchelo y espera el eco que la naturaleza le devuelve, con la quietud de las montañas como telón de fondo. El diálogo entre ambas piezas es un claro ejemplo de los contrastes que se abrazan en la muestra Horizonte y límite. Visiones del paisaje que se expondrá en CaixaForum Sevilla hasta el 30 de marzo.
La colección reúne 40 obras de 24 artistas del calibre de Perejaume, Joan Fontcuberta, Tacita Dean, Miquel Barceló, Miguel Ángel Rojas, Carlos Irijalba, Anne Imhof, Albert Merino y Andreas Gursky, entre otros. Una nómina de creadores que evidencia la amplitud de miradas alrededor de un fin: "articular la idea de paisaje como representación de la naturaleza, que simula certificar o evocar lo real con la conciencia de que es puro artificio". Para ello, la muestra combina diferentes soportes: fotografías, pinturas, vídeos, dibujos, música y elementos escultóricos.
"Es un tema muy contemporáneo, pero veremos la reflexión que se hace desde el pasado", explica la comisaria de la exhibición, Arola Valls. Y es que el ser humano ha experimentado, desde el romanticismo, el deseo de fundirse con la naturaleza. Sin embargo, en la actualidad este deseo se presenta bajo nuevos aspectos como las imágenes de alta tecnología, la música y las postales idílicas. En esta misma línea, la directora de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación "la Caixa" y comisaria, Nimfa Bisbe indica que el centro que dirige cuenta, desde los años 80, con un conjunto muy significativo de obras alrededor del paisaje y recientemente han adquirido varias piezas centradas en la amenaza medioambiental. "Un tema de actualidad, que nos permite poner el foco en los efectos de la crisis climática sobre el paisaje", recalca el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz.
Así lo evidencia la primera obra que sirve como antesala a la colección. El humo en tonos rojizos y azulados inunda el sobrecogedor óleo Cloud IV de la artista alemana Anne Imhof. "Hemos perdido la relación de escala y no sabemos de dónde viene esa nube, pero los colores dan indicios de toxicidad", señala Valls. La carencia de horizontes contrasta con Els quatre horizons de Perejaume, en la misma sala, una pieza compuesta por cuatro molduras de madera dispuestas en paralelo que dibujan líneas irregulares y cuyo color dorado remite a los marcos clásicos "en cuyo interior hemos podido ver innumerables representaciones del paisaje".
Arte a partir de un billete de 200 euros
La primera parte de la muestra lleva el título de La ficción del paisaje. En este terreno fértil para la imaginación, artistas de todas las épocas han creado parajes irreales y también han reformulado lugares conocidos. "Aunque tiene algunos tintes de ficción podría ser verosímil", manifiestan entre bromas las comisarias en referencia a Paisaje de la seguridad: billete 200 € de Joan Fontcuberta. A pesar de su autenticidad, la estampa de un lago azul que baña una vasta extensión montañosa ha sido generada por un programa informático. "El artista forzó al programa a elaborar una fantasía al pedirle que interpretara la imagen de un billete de 200 euros en lugar de darle los datos cartográficos de un mapa", apuntan las expertas. Una evocación económica que conversa con Dow Jones 80-09 de Michael Najjar. El artista realizó en 2009 una expedición por la cumbre de Aconcagua y tomó diferentes instantáneas de su hazaña. Fotografías que después manipuló digitalmente para hacer coincidir el contorno de los picos con el gráfico de los principales índices bursátiles.
"¿Quién no ha querido detener el tiempo?", pregunta Valls al entrar en la segunda parte de la exposición, Las vivencias del paisaje. Se refiere a un pequeño ordenador que muestra una puesta de sol. El responsable de la pieza es Andrea Galvani que ha colaborado con un grupo de ingenieros y pilotos para filmar el sol suspendido sobre la línea del horizonte del mar, mediante una cámara fijada a un avión supersónico a 1.700 kilómetros por hora. Una velocidad imperceptible hasta que no te acercas a la pantalla y ves el mar en movimiento. Contrasta con Sunsets from... de Oriol Vilanova, expuesta justo enfrente. 1.000 postales dan testimonio de un mundo analógico que ha quedado obsoleto por la tecnología. El artista realiza una especie de mosaico compartiendo temática con Galvani: las puestas de sol. Probablemente, una de las estampas más populares y que más se han compartido.
El tercer bloque, La naturaleza enmarcada, pone en valor la habilidad humana para organizar y acotar la percepción del territorio. Es el caso de Pannotia (Ribera) con la que Carlos Irijalba traslada al visitante a un supercontinente que ya existió hace 540 millones de años y a la explosión de la vida que en él se dio durante el periodo Cámbrico. Comparte espacio con el internacional Miquel Barceló y su Une poignée de terre. En la pieza, el artista enmarca un pedregal -inspirado en el desierto del Sahara- a través de diferentes rocas dispersas sobre una superficie que parece encendida por una luz brillante.
Emergencia climática
La última parte quizás sea la más sobrecogedora por señalar con el dedo El impacto humano en la naturaleza. La práctica artística contemporánea se hace eco de la situación de emergencia climática que vivimos y que puede conducirnos a escenarios insospechados. Es el caso de Les Mées, obra en la que Andreas Gursky retrata un paisaje montañoso bañado por innumerables filas de paneles solares. Pero también es el de la pieza Santa 2 con la que Miguel Ángel Rojas denuncia los estragos que causaron las fumigaciones de glifosato para erradicar los cultivos de coca en el ecosistema del bosque andino de Colombia.
Cierra la muestra el poema El pueblo que falta de Cristina Lucas. Una composición en cuyos versos se unen las voces de naturalistas clásicos como Alexander von Humboldt o filósofos como Gilles Deleuze y Claude Lévi-Strauss con declaraciones de negacionistas de la talla de Donald Trump para reivindicar que "Nosotros somos el medio ambiente, / naturaleza y política no se pueden dividir. / Estamos aquí, / no hay planeta B".
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