De la herencia de Mateos Gago hasta la actualidad

Un dato resulta ilustrativo de la importancia de la colección artística del Ayuntamiento: tan sólo el edificio de la Plaza Nueva alberga pinturas de Valdés Leal, Carreño de Miranda, Gonzalo Bilbao o Rico Cejudo; el Consistorio tiene cedidas al Centro Velázquez de la Fundación Focus-Abengoa pinturas de Velázquez o Zurbarán. El pasado de la ciudad atraviesa los fondos municipales, una selección diversa que no se limita a la pintura o la escultura y que contempla también piezas de arqueología y numismática, cerámica, de corte industrial o de cartelería. La mayor parte de esta colección, recuerda Sánchez Estrella, más de 4.000 piezas, procede de las joyas reunidas por Mateos Gago, una adquisición que fue impulsada por el célebre José Gestoso y que conformaría los contenidos del primer museo municipal junto a objetos prehistóricos hallados en yacimientos de Carmona, que desde la colección Peláez se donarían a Sevilla. Estas piezas se exhibieron en el Ayuntamiento hasta mediados del siglo pasado, cuando se depositaron en el Museo Arqueológico, destino inicial de un legado que más tarde iría a parar al Museo de Artes y Costumbres Populares y que hoy está almacenado, como le ocurre al controvertido y majestuoso Tesoro del Carambolo.

El recuento de la valiosa colección municipal tiene otro apartado notable en la colección pictórica "que ahora está en vías de estudio y que fue la primera en difundirse gracias a la marca y la web creada por el ICAS, www.patrimoniumhispalense.com". La web muestra en alta resolución las obras que posee el Consistorio y detalla asimismo los espacios a los que pertenecen. Además, "las colecciones de artes suntuarias e industriales, la colección de carteles de fiestas de primavera del siglo XIX y XX que guarda el Museo de Artes y Costumbres Populares o la colección de pintura contemporánea del ICAS" son otros atractivos que repasó Sánchez Estrella.

El acto en el que se anunciaba la declaración de la colección municipal como Colección Museográfica de Andalucía sirvió también para recorrer los distintos proyectos de museos de la ciudad que se esbozaron a lo largo de las décadas. Intelectuales como Collantes de Terán demandaron la creación de un museo histórico, una propuesta "que fue lanzada por el que fuera Archivero Jefe del Ayuntamiento en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en 1960, en la que proponía diferentes sedes como la del Pabellón Mudéjar o la Casa de los Pinelo", rememora Sánchez Estrella.

Tras este planteamiento llegarían otros como el del Partido Andalucista, que barajó San Clemente y Santa Clara como espacios para una iniciativa que quería ser un centro de interpretación de la ciudad, en el que se iban a exponer maquetas y se apostaba por las nuevas tecnologías. Ahora, una vez estudiada la colección municipal -en la que han sido cruciales las aportaciones de Benito Navarrete y Fernando Amores-, se ha optado por otro patrón, una red de espacios que favorecerá, anticipa Sánchez Estrella, "nuevos flujos de visitantes por otros sectores de la ciudad".