'Happening', la fiesta del talento

El Estadio de la Cartuja podría parecer desde fuera una construcción abandonada a su suerte, adormecida en el sueño de las aspiraciones con que fue levantada, pero esa impresión resulta engañosa: cuando uno se adentra en las tripas del recinto, descubre que está lleno de vida y que surca sus arterias una estimulante savia nueva, una energía feliz y contagiosa. Además de sede del Ballet Flamenco, el espacio acoge el Centro de Creación Coreográfica y el Centro de Formación Escénica de Andalucía, puntos que conforman un "hervidero" por el que pasan 300 artistas al año gracias a residencias y programas formativos, una cifra que para el secretario general de Innovación, Cultura y Museos, José Ángel Vélez, revela la "buena salud" del sector. Para divulgar todo este talento, el Instituto Andaluz de las Artes Escénicas y la Música que dirige Violeta Hernández promueve hoy la tercera edición de Happening, una cita de carácter festivo que muestra las últimas propuestas de los coreógrafos e intérpretes andaluces.

El encuentro, que propone a los asistentes elegir entre los itinerarios diseñados por La Ejecutora, brinda entre su oferta la reunión de Juan Luis Matilla y Fran Torres, que vuelven a coincidir muchos años después de la fundación de Mopa con Ética para pollos, una pieza en la que trabajan sin la presión de una fecha de estreno "como cuando éramos jóvenes" y en la que reivindican el maridaje entre comedia física y danza. La edad no les pesa: los creadores presumen de haber alcanzado "una sabiduría para estar en escena y buscar tiempos lentos".

Rocío Barriga y Sergio R. Suárez han titulado su pieza No estamos aquí para bailar, pero comparten con el público -ayer lo hicieron con la prensa en un ensayo- una exhaustiva y deliciosa lección en la que se preguntan cuánto valen pasos como el grand jeté o el Pas de Bourrée. "Queremos compartir con los espectadores el imaginario de la danza", explican.

La gaditana Rosa Romero lleva a las salas del Estadio de la Cartuja Soy un baile breve, una variación de su espectáculo Soy un baile. "Quería investigar a partir de una pieza ya estrenada", cuenta la artista, que ahonda de nuevo en su "relación con el cuerpo" y trabaja con un repertorio de electrónica que le aporta David Ion. "Mi familia es flamenca, y en el flamenco la bailaora manda. Aquí hemos creado un código en el que le mando a David señas para modificar la música, subir, bajar o quedarme dependiendo de lo cómoda que esté".

El bailarín Roberto Martínez exhibe su trabajo en su faceta de diseñador de vestuario, una labor que fue premiada esta misma semana por la PAD, la Asociación de Profesionales de la Danza Andaluza. Una vertiente en la que colabora con figuras como Antonio Ruz, Rocío Márquez y Bronquio o Luz Arcas y en la que revela una personalidad colorista y barroca, como en un traje compuesto por 6.000 cristales inspirado en las molduras de las iglesias sevillanas. "Soy bailarín, y sé lo que necesitan los artistas para poder moverse y estirarse en el escenario", defiende.

Alberto Cortés, Bárbara Sánchez, Rocío Guzmán y Tania Sánchez son otros artistas programados para este Happening, en el que los intérpretes del Joven Coro de Andalucía y de la Orquesta Joven se pondrán a las órdenes del músico Daahoud Salim y que se cerrará con un concierto de Música Prepost. La cobertura técnica, los montajes de iluminación y sonido, corren a cargo de los alumnos que se forman en el Estadio.