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"¿Y tú dónde estabas el 23F?". El cartel de Solos en la noche, el segundo largometraje como director de Guillermo Rojas, sabe que hay fechas que son como pólvora que se prende en la memoria colectiva, hechos que pararon el mundo en su momento y tiempo después aún avivan una cascada de recuerdos. A Rojas, que nacería nueve meses después de aquel intento fallido de golpe de Estado, la inquietud y el revuelo que provocó el asalto al Congreso de los Diputados le llegó como un relato que se repetía en las sobremesas familiares, un testimonio que sus padres presentaban cargado de emoción y de humor. De ahí que Solos en la noche, la película que estrena el próximo jueves en el Festival de Málaga, sea para el creador uno de esos proyectos personales que se rumian durante toda una vida.
"Yo llevo pensando casi 30 años en esta historia", asegura el director de Una vez más (2020). "Empecé a escribirla en el instituto como una novela", dice el cineasta sobre un libreto, la peripecia de unos abogados laboralistas que siguen con sobresalto los sucesos del 23F, para el que se inspira en lo vivido por sus progenitores y sus amigos, "que entonces tenían 26, 27, 28 años y vieron el golpe de Estado como una amenaza al oasis de libertad de la democracia, con el miedo de que todo lo que estaban construyendo se podía ir al garete". Pero el filme evita el tratamiento solemne para reconstruir ese episodio y escoge un tono de comedia dramática. "Cuando mi padre me contaba lo que sucedió aquella noche, lo rememoraba con un humor absurdo propio de Woody Allen", declara este cordobés afincado en Sevilla, para quien "el 23F, si nos fijamos, fue como una gran farsa que por fortuna acabó bien, pero que tuvo algo esperpéntico. Yo siempre pensé que el tono de comedia podía venir bien para relajar el ambiente, para acercarnos a los hechos de otra manera".
El actor Pablo Gómez-Pando da vida a un tipo apocado, incapaz de declarar su amor a una compañera (la argentina Andrea Carballo) y abrumado por la magnitud de los acontecimientos. "Es el prototipo de español medio que retrata muy bien José Sacristán en infinidad de películas. Ese perfil sintetizaba a la perfección lo que el ciudadano común pudo experimentar esa noche de incertidumbre y de miedo", señala Rojas, que dedica un homenaje a José Luis Garci ya desde el título, que remite a Solos en la madrugada. "En esa película, y en Asignatura pendiente o Las verdes praderas, se describe muy bien la juventud de ese momento, que se abría a una sociedad nueva, ya sin dictadura, pero que no sabía muy bien cómo relacionarse. Un desconcierto que se prolongaría: en las primeras películas de Fernando Colomo y Fernando Trueba, como Tigres de papel y Ópera prima, ves a los personajes todavía descolocados".
El reparto incluye también a Alfonso Sánchez, "que ofrece aquí una cara distinta a la de los compadres. Nos conocimos en Grupo 7, de la que yo hacía el making of y donde él interpretaba un papel dramático", apunta Rojas, y ya en esos años se imaginaba el director a Sánchez como un líder "que tiene algo de Hemingway" y que en su infidelidad encarna "las contradicciones de esos hombres de izquierdas, con valores inquebrantables, que son como castillos de naipes a los que tocas un poco y se vienen abajo". Félix Gómez, Paula Usero, Beatriz Arjona y Jacinto Bobo completan un elenco "muy empastado. A veces corres el peligro de coger a un actor de aquí y otro de allí y que salga un pastiche. Pero yo me emocionaba en el rodaje: me parecía creíble que fueran una pandilla", explica Rojas, productor de los documentales de Laura Hojman –los celebrados A las mujeres de España. María Lejárraga, Los días azules y Tierras solares– con su empresa Summer Films, que levanta este proyecto junto a La Claqueta.
Solos en la noche, filmada en Utrera y en Priego de Córdoba, "donde no se rodaba una película desde que Joselito protagonizó en sus calles Saeta del ruiseñor", propone desde la comedia un retrato certero de España, un país que debería creer más en sí mismo y aligerar esa tendencia al desencuentro. "Resulta curioso cómo la situación política tan convulsa que vivimos ahora ha reforzado el diálogo con el presente que plantea la película. Cuando empecé a escribir el guión en serio fue hace 10 o 12 años, y el contexto era completamente distinto", lamenta Rojas. Quizás el largometraje, que tiene previsto su estreno comercial en septiembre tras su paso por festivales, viene a decirnos que "deberíamos retomar el espíritu de la Transición, eso de no mirar al otro como a un enemigo".
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