Gru (y los minions) siguen triunfando

Desde que en 2010 se estrenó Gru: mi villano favorito como la apuesta de Universal y el estudio Illumination por la nueva animación digital revolucionada por Pixar, la franquicia no ha dejado de crecer y obtener éxitos, no solo pero sí sobre todo por la estupenda creación de los minions. Le siguieron -entre secuelas, precuelas y spin-off- Gru 2: mi villano favorito (2013), Los Minions (2015), Gru 3: mi villano favorito (2017), Minions: el origen de Gru (2022) y ahora Gru 4: mi villano favorito. Seis títulos en 14 años y miles de millones recaudados, sumando taquilla y merchandising, creciendo de entrega en entrega -solo la anterior obtuvo más de mil millones-, expresan el veredicto del público. El éxito del talento y la creatividad siempre es una buena noticia.

Esta nueva aventura exprime con ingenio un limón que sigue dando jugo. Están los personajes de siempre, por supuesto, porque la clave está en satisfacer las expectativas de los seguidores de la serie; pero también hay brillantes incorporaciones, porque es obligado sumar novedades a lo conocido y sorpresa a los esperado, como Gru Jr., los Mega Minions, la aprendiza de mala Poppy o el estupendo y mutante malvado Maxime, antiguo compañero de nuestro villano favorito pero actual antagonista que pondrá a la familia en apuros hasta el punto de obligarles a convertirse en testigos protegidos, como si fueran los protagonistas de una película policíaca (las citas, parodias y bromas con otros géneros -y con la mejor tradición de la animación disparatada desde Chuk Jones y Tex Avery a DePatie y Freleng- siguen siendo una marca de la casa).

Es tan ingeniosa, divertida y disparatada, además de técnicamente perfecta y visualmente atractiva por su uso del color, como las anteriores; pero también mejor que las últimas, quizás gracias al regreso a la dirección de Chris Renaud, creador junto a Pierre Coffin de las dos primeras entregas de 2010 y 2013. Catorce años sin decaer y sin perder frescura es un logro poco habitual.