Borgo | Crítica
Una mujer en Córcega
Artes escénicas
Lorca, fertilísimo manantial para las artes escénicas, incluido el flamenco, sigue inspirando a las nuevas generaciones. Entre otros a Patricia Guerrero (Granada 1990), una artista en la cima de su carrera personal, Premio Nacional de Danza 2021 y reciente directora del Ballet Flamenco de Andalucía.
Del inagotable corpus lorquiano, Guerrero ha elegido Mariana Pineda, una pieza de juventud de Federico -su estreno tuvo lugar en 1927- escrita a partir de la historia de una mujer granadina cuya defensa de la libertad le costó la vida en 1831.
“Yo sabía que antes o después Lorca iba a aparecer en mi carrera; por mi ciudad natal, por las veces que he participado como bailarina en el ciclo ‘Lorca y Granada’… Y el personaje de Mariana Pineda casa a la perfección conmigo y con los personajes que he interpretado anteriormente. Me siento muy identificada con esas mujeres fuertes y luchadoras, capaces de todo por defender sus ideales”, afirmaba Guerrero este martes en la presentación del espectáculo, en la sede del Instituto del Flamenco.
Pineda fue el proyecto presentado por la granadina a la convocatoria de la Junta de Andalucía y que le valió la dirección del BFA, tras el veredicto favorable de una comisión de expertos.
“Me siento realmente feliz. Me recuerdo hace unos meses sola, en mi casa de Madrid, dando forma a este proyecto para presentarme a la dirección del BFA y ahora veo cómo mi sueño se ha convertido en realidad. Estoy feliz, además, porque tengo un elenco maravilloso y con él voy a presentar a una nueva generación de creadores, jóvenes y llenos de ilusión, que vienen pisando muy fuerte en este momento”.
Los bailarines y bailarinas actuales del BFA, elegidos hace poco mediante una audición, son Claudia ‘La Debla’, Lucía ‘La Bronce’, María Carrasco Sofía Suárez, Araceli Muñoz (la más joven con apenas 18 años), Álvaro Aguilera, Ángel Fariña, Hugo Aguilar y Pablo Egea. Un grupo demasiado reducido para un ballet público, por lo que será reforzado en este montaje con otros cuatro intérpretes: Cristina Soler, Blanca Lorente, Agustín Barajas y Jasier Nahín.
Junto a ellos estará el cante de Amparo Lagares y Manuel de Gines, las guitarras de Jesús Rodríguez y José Luis Medina y la percusión de David Chupete.
Además de interpretar el papel titular, Guerrero ha asumido la dirección artística y escénica y la coreografía de la pieza, aunque para esta última ha contado con su mano derecha y repetidor del Ballet, Eduardo Leal, con Alfonso Losa y con La Venidera, una joven compañía creada por dos bailarines del Ballet Nacional de España, Albert Hernández e Irene Tena.
El vestuario ha sido obra de Pablo Árbol, “otro granadino jovencísimo cuyo talento va a dar mucho que hablar”, según la directora, y la escenografía de Laura Ordás y Bengoa Vázquez, merecedora del Premio ADE a la Mejor Escenografía precisamente por su trabajo en la Mariana Pineda que realizara el Teatro Español en 2020.
Junto a esa juventud y esa frescura, la madurez artística ha sido otro de los requisitos irrenunciables de la nueva directora. Un criterio que la ha llevado a poner un elemento tan crucial en un espectáculo flamenco como es la composición musical en manos de dos de sus grandes colaboradores de siempre, el guitarrista Dani de Morón y el percusionista Agustín Diassera y, recurriendo, para los arreglos, al joven compositor y director de orquesta andaluz Manuel Busto. Las letras de los cantes, elegidas por Conejero, han sido adaptadas a los ritmos flamencos por el cantaor Sergio ‘El Colorao’.
Otro elemento fundamental para los espectáculos de danza con argumento, la dramaturgia, es obra del autor y director teatral jiennense Alberto Conejero, quien afirmó que “como lorquiano, como andaluz y como dramaturgo estoy absolutamente encantado con este segundo encargo para ballet (tras la Electra que hice para el Ballet Nacional de España) que para mí ha supuesto un auténtico regalo”.
El personaje de Mariana Pineda casa a la perfección conmigo. Me siento muy identificada con las mujeres fuertes y luchadoras", dice Patricia Guerrero
El resultado, tras sus conversaciones con la directora, es una obra más abierta que la de Lorca, dos de cuyas tres estampas tienen lugar bajo techo, y muy granadina. Según el dramaturgo, ambos han intentado explorar las muchas marianas que subyacen en el personaje e indagar en la batalla que Mariana libra en su corazón, sin olvidar las batallas que se producen en la calle, dentro del contexto histórico de la obra.
“Yo he intentado buscar su esencia, convertirla en pólvora y dársela a los cuerpos de los bailarines y bailarinas, en los que confío plenamente, para que la hagan estallar”, declaraba Conejero, que ha mantenido a todos los personajes creados para la pieza por Federico, aunque algunos, como los niños, no estén presentes físicamente.
Frente a Mariana-Guerrero, el cruel Pedrosa estará interpretado por Alfonso Losa (artista invitado), un bailaor que, en palabras de Guerrero, “ha sido fundamental en mi carrera en los últimos años porque me ha llevado a otros terrenos que yo aún no había explorado”.
Losa, con el que la bailaora ha compartido su último y premiado espectáculo Alter Ego, ha tenido que lidiar con la personalidad sombría y poderosa de un personaje que crea tensión en cada una de sus apariciones.
Finalmente, el veterano iluminador Juan Gómez Cornejo, responsable de iluminar otros espectáculos del BFA, agradeció “que contaran con un senior para encargarse de la luz, que también pertenece al mundo de los sueños”.
La obra se presentará el día 23 de septiembre, dentro de la XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla, en el Teatro de la Maestranza, el mismo en el que vio la luz, en la Bienal de 2002, la primera versión flamenca de este poema dramático de Lorca, interpretado a la sazón por Sara Baras con la música de Manolo Sanlúcar.
Pero antes, el estreno absoluto de Pineda tendrá lugar el día 3 de agosto en los mágicos jardines del Generalife granadino. Allí podrán acudir a cualquiera de las 16 funciones que se van a llevar a cabo y de las que ya van vendidas 11.000 entradas.
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