Gonzalo García Pelayo: maneras de seguir desobedeciendo
Cine
El cineasta concluye 'El año de las 10 + 1 películas', doce meses de rodajes en España, India o Kazajistán
La primavera pasada, Gonzalo García Pelayo aseguraba en una entrevista que no sucumbiría a la tentación de la añoranza, que no quería caer en esa fea costumbre que a veces tiene la memoria de enredarse en las conquistas del ayer. Este septuageniario (Madrid, 1947) de biografía asombrosa podría haberse aferrado al recuerdo –no en vano la suya es una de las biografías más sorprendentes que puedan imaginarse–, pero esa misma mente inquieta que le había llevado a ser cineasta, productor musical, editor, apoderado, locutor, también el hombre más temido por los casinos, tramaba esta vez una estrategia para esquivar la melancolía: dirigiría, anunciaba entonces, en abril de 2021, siete películas en un intervalo de doce meses. El tiempo ha pasado y García Pelayo no sólo ha cumplido lo propuesto, pese al plazo récord, sino que aquel año de las siete películas ha acabado sustituyendo su número por un 10 + 1. "Aunque hayamos estado implicados en los proyectos, ha sido una emoción para nosotros ver los tráilers seguidos", contaba ayer el autor mientras celebraba la proeza de haber terminado los rodajes en destinos tan dispares como Jerez, Kazajistán o India, "después de estar de un lado para otro, luchando con el Covid, las pcrs y el tema de las fronteras", y admitía albergar algo de nostalgia, "pero de futuro: por estrenar las películas, por ver si las seleccionan en los festivales a los que nos hemos presentado".
El singular maratón al que se han enfrentado García Pelayo y su equipo arrancó con Dejen de prohibir que no alcanzo a desobedecer todo, título que le inspiró una pintada, un "documental humano" alrededor del estudio de grabación de Pepe Ortega y el corralón de la Plaza del Pelícano, "donde ahora se reúnen mucha bohemia y muchísimo underground". De ese "trozo de Sevilla" el director pasó a Nur-Sultán, en Kazajistán, con Ainur. "Estas películas me han permitido repetir viajes que había hecho en los últimos años. Cuando fui a Kazajistán por primera vez no se me ocurrió exactamente un argumento, pero sí tuve una sensación muy poderosa de que quería rodar allí. Había cosas que me interesaba explorar: la fascinación que tienen por el ciclismo, y que había un perfil de mujer muy diferente".
Que nada es previsible en el cine de García Pelayo lo demuestra Así se rodó Carne quebrada, el making of de una película ficticia, rodado entre España y Portugal, que se apoya en la filosofía de Spinoza. "Yo no conocía bien su pensamiento, pero gente del rodaje sí y se adaptaba como anillo al dedo a la idea de la película, la mitificación del cuerpo igualándolo en importancia con el alma". Esta obra es una de las preferidas del productor Gervasio Iglesias, que ha recobrado la "emoción" de los "nuevos caminos" de la mano de García Pelayo: "En Así se rodó Carne quebrada Gonzalo vuelve a un estilo narrativo absolutamente rompedor, al que no se le puede poner ninguna etiqueta, y en ese sentido veo un claro paralelismo, no en la temática pero sí en la forma, con lo que supuso Vivir en Sevilla", opina. "Y el hecho de que motivara una película gemela, Alma quebrada, una reflexión sobre la espiritualidad, es tremendamente llamativo". La imaginación de García Pelayo es propensa a los desdoblamientos: en India, el interés de las localizaciones en Kerala y Tamil Nadu, dos estados del sur, convenció al cineasta para rodar dos largometrajes en vez de uno, Chicas en Kerala y Diario Tamil. "Son las que estamos montando, y son mis favoritas", indica García Pelayo, "por eso de que uno está enamorado de lo último que ha hecho. Ahora tengo la cabeza llena de música india". El flamenco también tiene hueco en esta aventura: Siete Jereles, codirgida por Pedro G. Romero, se grabó durante el pasado Festival de Jerez.
Entre otras cuestiones, García Pelayo se ha acercado en estas obras al misterio del sexo, especialmente en Tu coño, la octava de las producciones. "Mis primeras películas [Intercambio de parejas frente al mar, de 1978, o Corridas de alegría, 1982] tenían una carga erótica que yo echaba de menos", apunta sobre un filme que dialoga con ¡Arde!, la cinta 10+1 que Paco Campano dirigió en Argentina y en la que se acerca a la figura de la actriz Isabel Sarli.
El otro lado de la realidad, adaptación del libro de Luisa Grajalva que el cineasta ha editado en su sello Gong, y Pensamiento insurrecto, con el filósofo Agapito Maestre, completan la lista. "El título de pensamiento incorrecto lo sugirió Agapito, y me gusta:viene a decir que tras todos estos rodajes", concluye orgulloso García Pelayo, "seguimos desobedeciendo".
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