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"Al futuro también se puede ir mirando al pasado"

Ander Tellería. Acordeonista

El joven músico donostiarra asocia en 'Ancient Doors' la música para órgano del barroco español con tres obras de compositores españoles de nuestro tiempo.

"Al futuro también se puede ir mirando al pasado"
Pablo J. Vayón

25 de septiembre 2016 - 05:00

ANCIENT DOORS.Ander Tellería, acordeón. Orpheus.

Sin antecedentes musicales en su familia, Ander Tellería (San Sebastián, 1988) recuerda sus andanzas con un acordeón de juguete desde su más tierna infancia y luego su insistencia en estudiar música, lo que empezó a hacer de forma reglada a los 10 años. Su camino le llevó hasta Musikene, donde se graduó con Iñaki Alberdi, y a Alemania, donde hizo un máster con Stefan Hussong. Hoy es profesor en el Conservatorio de Zaragoza y uno de los acordeonistas más aclamados del país. "Las posibilidades técnicas y expresivas del instrumento son inmensas. Puedes tocar lo mismo a Bach y Mozart que música pop o contemporánea", afirma con entusiasmo. Lo demuestra en este disco, en el que reúne piezas originalmente organísticas de Cabanilles y Correa de Arauxo con obras de Sánchez Verdú, Antonio Lauzurika y Agustín Charles.

-Interpreta las obras antiguas con un acordeón mesotónico, que es un invento suyo. ¿En qué consiste exactamente?

-Es un acordeón de concierto normal, que he adaptado cambiándole el sistema de afinación para que se parezca a los instrumentos españoles del siglo XVI, de forma tal que siendo algo antiguo es también muy moderno, porque nunca se había probado. Me parece una idea muy bonita, esa de que al futuro también se puede ir mirando al pasado.

-Se le ocurre a partir de esa idea mezclar en un CD obras antiguas y contemporáneas…

-El CD surge por una pura necesidad. Hoy día sólo se concibe un disco que pueda ofrecer algo nuevo en el escenario musical. El acordeón mesotónico es algo único, que no se había hecho, y me pareció que su sonido merecía ser conservado en un disco. Conozco ya a mucha gente, dentro y fuera de España, interesada en esta idea. La parte contemporánea deriva de la propia identidad del acordeón de concierto, un instrumento muy reciente, cuyo repertorio específico nació en los siglos XX y XXI. Además, las tres obras modernas no se habían grabado nunca.

-¿Encuentra una relación específica entre ambos repertorios?

-Veo gran afinidad. Al cambiar el sistema de afinación del acordeón, a veces probaba a suprimir algunas notas de las piezas antiguas y la sonoridad era coherente, pero hipermoderna. Creo que en la música barroca y en la contemporánea las disonancias y tensiones se crean a partir de un guion muy similar. El acordeón me sirve para potenciar esa afinidad.

-¿Puede comentarme algo de las obras actuales?

-Trama de aire y de sombras de Antonio Lauzurika es bien conocida en el mundo del acordeón en España [fue compuesta en 2001], pero no tanto fuera. Es una obra de unos 12 minutos de duración que se hace en realidad muy corta. Está muy bien escrita y es muy variada. La obra te va guiando y te lleva desde una parte más calmada, con pasajes íntimos, a otra en la que hay mucha acción, hasta el punto de que llegas a oír casi una orquesta. Tiene un gran poder comunicativo, además de ser un muestrario perfecto de las posibilidades del acordeón.

-Arquitecturas de espejos (2008) de Sánchez Verdú es para dúo de acordeones, una formación muy poco habitual.

-El acordeón es uno de sus instrumentos favoritos. Así que escribir para dúo de acordeones le permite multiplicar por dos todas sus posibilidades. La obra juega permanentemente con los extremos, con sonidos muy sutiles. Hay que escuchar con mucha atención, con mucho detalle todo. Musicalmente es de una extraordinaria calidad. Da gusto prepararla. En cuanto te pones a estudiarla enseguida viene el sonido a tu cabeza y se hace clara la idea del compositor.

-Finalmente, Trans-it! de Agustín Charles es de 2015 e incluye junto al acordeón un saxo y electrónica, una parte que desarrolla el propio compositor.

-El acordeón y el saxo tienen acoplados micrófonos, de forma que su sonido sale ya distorsionado por unos altavoces, pero a la vez con ese sonido, Agustín va haciendo otra voz, por llamarla de algún modo, que es la parte electrónica. Todo lo que tocas pasa por un filtro que transforma el sonido. Debo reconocer que con la de Lauzurika es una de las obras más difíciles que he tocado nunca. Además, cambia cada vez que se toca. De hecho para esta versión Agustín introdujo novedades. Se fue haciendo más larga mientras la trabajábamos para la grabación. La electrónica tiene una importancia vital; a veces nos tapa, se convierte casi en una orquesta, pero una orquesta que se crea a partir de los sonidos que han salido antes de nuestros instrumentos.

-Obras complejas en todo caso. ¿Cómo fue la grabación y la relación con el sello discográfico?

-Muy bien. Orpheus es un sello que fundó hace unos años un joven pianista de San Sebastián, Félix Ardanaz. Decidió hacer una discográfica pensada para los artistas. Dan el máximo por cada intérprete, nos hicieron sentir muy bien y nos ayudaron en todo. Además la grabación la hicimos en la iglesia de San Telmo de San Sebastián, un templo renacentista que tiene obras contemporáneas en su interior. Un lugar que le va de perlas al disco.

-Es también profesor de conservatorio. ¿Cuál es la situación del acordeón en los conservatorios españoles?

-No sé si son cinco o seis los conservatorios que lo ofrecen. Todavía no hay demasiados alumnos, pero es normal y es algo que va cambiando a medida que la gente lo va conociendo y el acordeón va teniendo una mayor presencia en la sociedad como instrumento adecuado para los conciertos clásicos.

-Para muchos el acordeón no deja de ser un instrumento folclórico. ¿Cómo se puede cambiar esa imagen?

-A mí me parece una de las facetas más divertidas del acordeón. Es un instrumento que ha estado tan ligado a las fiestas populares que su nuevo papel en la música culta supone toda una metamorfosis. Es cierto que mucha gente recuerda ese papel del acordeón en festejos de todo tipo, y de repente asiste a un concierto y se lo encuentra transformado en algo totalmente diferente. Eso es genial. Es una faceta nueva del instrumento: nosotros también nos comportamos de manera distinta cuando estamos de fiesta con la familia que cuando asistimos a algún evento social.

-¿Cuáles son sus más inminentes proyectos?

-Tengo ahora conciertos por España con adaptaciones de Cuadros de una exposición y de Petrushka. Y en enero ofreceré un concierto completo de música del renacimiento con el instrumento mesotónico. Eso me permite adentrarme más todavía en un terreno que me interesa mucho. Estoy haciendo una búsqueda dentro del repertorio de danzas renacentistas, de forma que unimos lo antiguo con lo moderno, lo popular con lo culto. Es otra vez el acordeón en su faceta popular,pero ahora en un repertorio de hace varios siglos.

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