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Rosalía. Cantaora
Sevilla/Dueña de una voz arcana, oscura y misteriosa, la cantaora Rosalía (Barcelona, 1993) protagoniza uno de los debuts más comentados del año en Los Ángeles (Universal) junto al productor de los últimos discos de Rocío Márquez, Raül Fernández, más conocido como Refree, que aquí además empuña la guitarra. El álbum se presentará el próximo viernes en el Monkey Weekend de El Puerto de Santa María (Cádiz), ocasión idónea para descubrir a esta joven que comenzó a estudiar música a los 13 años -solfeo, piano, canto moderno, técnica lírica-, momento en que descubrió en las calles, junto a sus colegas, la voz y el quejío de Camarón de la Isla. Ahora, cumplidos los 23 años, está a punto de licenciarse en cante flamenco por la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc). Por esas aulas pasó también Silvia Pérez Cruz, la voz detrás de Granada, otro disco con producción de Refree.
A Rosalía, cuyas facultades vocales pudieron llevarla hacia la lírica, por ejemplo, le trastocó la vida el flamenco "por su intensa carga pasional, por ser una música de raíz", dice. "Escuchaba con mis amigos todo el rato lo más típico de Camarón: Como el agua, La vida, la vida es, los Tangos de la sultana, las bulerías Con la luz del cigarro... Desde entonces quise centrarme en el flamenco, investigarlo, profundizar. Tener cimientos sólidos para abordar una música tan compleja y exigente".
-¿Por qué hacer un disco conceptual y llamarlo Los Ángeles?
-Por Los Ángeles de California o por el arcángel Rafael... Para mí California aglutina mis referencias musicales y estéticas. Pero creo que el título tiene igual que ver sobre todo con la finura, con lo espiritual, con eso que media entre lo divino y el hombre, algo que te espera cuando te mueres y te tutela. Porque la muerte está muy presente en todo este disco, es la idea fuerza en torno a la cual seleccionamos los temas.
-En el álbum reivindica y descontextualiza canciones populares, varias de ellas asociadas a La Niña de los Peines. ¿Qué le atrae de su figura?
-Llevo desde los 16 años estudiando cante tradicional, lo más antiguo. Aunque me introduje en el flamenco por una línea más aperturista, por Camarón, mi maestro José Miguel Vizcaya Chiqui de La Línea me llevó pronto hasta las fuentes. El Gloria, Valderrama, Vallejo, Marchena, La Niña de los Peines... son los referentes de los que he bebido para hacer este disco. Y como perfil artístico me inspira especialmente La Niña de los Peines, a la que en su momento le hacían críticas muy malas porque se daba mucha libertad como cantaora y hacía muchas otras cosas. Fue una mujer que se profesionalizó en un momento en que era más fácil que lo hicieran exclusivamente los hombres. Y por la arquitectura de sus melodías, por como enriquecía los cantes y los engrandecía, su figura me resulta cautivadora.
-¿En qué momento su trayectoria se cruza con la de Refree?
-Sabía de él por los trabajos que había producido para Kiko Veneno y la Mala Rodríguez pero nos conocimos en Rumba surreal, un homenaje en el Mercado de las Flores de Barcelona a Maruja Garrido. Lo dirigía Luis Troquel y en él participamos muchos artistas flamencos, como La Moneta, Chicuelo... Raúl estaba allí y de alguna manera le sorprendió mi voz y me quiso conocer. Cuando nos pusimos a hablar vimos que teníamos referencias musicales muy parecidas, desde los cantes flamencos clásicos a la electrónica. Empezamos quedando para compartir música hasta que le invité a que cantara conmigo en la sala underground Heliogàbal. Hasta entonces yo cantaba sobre todo en tablaos. Cuando acabamos aquel concierto decidimos que teníamos que ampliar el proyecto y grabarlo. Busqué durante dos años letras y cantes populares en cintas de casete, vinilos, bibliotecas, internet... y decidimos hacer un disco conceptual. En todo momento ha sido un proceso creativo a cuatro manos. Aunque él se ha encargado más de la producción y yo de la investigación, todas las decisiones creativas se tomaron en común.
-¿Cómo se vive el flamenco desde Barcelona?
-Hay mucha profesionalización, los carteles son muy buenos. Veo mucha actividad flamenca en Barcelona, muchos escenarios y figuras de primer nivel. He trabajado mucho en tablaos, como el de Carmen en el Poble Espanyol; el Dorado no para de llevar a artistas andaluces... Si eres aficionado puedes ver y vivir mucho buen flamenco.
-Suele trabajar con el guitarrista jerezano Alfredo Lagos. ¿Qué se gana y qué se pierde cuando el tocaor es un intérprete ajeno al mundo jondo como Refree?
-Para mí es una experiencia igual de intensa cantar junto a Alfredo Lagos y Chicuelo que con la guitarra de Raül, tan visceral. Tras diez años en los escenarios con un repertorio de cante clásico y guitarra flamenca, mi sorpresa fue ver que lo que hacemos en Los Ángeles me arrastra a un nivel expresivo tan brutal.
-Esos niveles sonoros están muy equilibrados en este disco, cuya energía bascula entre la furia y la introspección.
-Sí, por un lado, hay temas que ofrecen una emoción más contenida, como Nos quedamos solitos, que contrasta con De plata, una canción muy expansiva y que tiene una visceralidad muy extrema. Entre medias estaría Si tú supieras compañero, que es el tema que abre el disco y el que propondría a todo el mundo que escuchara primero.
-Su actuación ante el Guernica de Picasso, reproducida miles de veces en Youtube, popularizó su rostro y su voz ante un público que nada tiene que ver con los seguidores del trap y las músicas urbanas que comparte con C. Tangana. ¿Se siente responsable de acercar el flamenco a nuevos (e insospechados) públicos?
-Cuando cantamos ante el Guernica temas como Catalina, Día 14 de abril o Si tú supieras compañero... fue una experiencia muy fuerte, había en el ambiente una energía casi punk. Yo diría que internet lo ha trastocado todo, más allá de las referencias de cada uno. Las mías, desde luego, tienen mucho que ver con el mainstream americano, he nacido ya muy influida por la música electrónica y por eso creo que mis referencias no tienen nada que ver con el imaginario de otras cantaoras que han grabado con Refree, como Rocío Márquez, a la que admiro muchísimo, por otro lado, pero somos de generaciones muy distintas. La mía tiene pocos prejuicios a la hora de abordar varios géneros.
-¿Es más cómodo actuar en el Monkey que en un tablao?
-El escenario siempre es el escenario y mi actitud es siempre la misma: ponerme al servicio del acto escénico. Ésa es mi premisa y mi predisposición, haya 20 personas o 20.000, sea una peña o un festival.
-¿Por dónde quiere Rosalía que evolucione su carrera?
-Quiero seguir creciendo como cantaora y como artista. De momento estoy centrada en este disco porque quiero darle vida y lo considero un trabajo de largo recorrido. Tenemos por delante una gira por España pero además nos acaban de llamar para actuar el 5 de julio en el Festival de Jazz de Montreal, donde compartiremos cartel con Bob Dylan, algo que me parece muy exagerado. Más adelante, por ejemplo, me ilusionaría mucho hacer un tercer o cuarto disco purista con el guitarrista Pepe Habichuela.
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