El fuego de Aurora Vargas enciende el Flamenco On Fire
La artista desata la euforia en la cita navarra que celebra hasta este domingo su XI edición
La gira de despedida de Manuela Carrasco será el broche de oro de la cita
'Alzapúa II', hermanados por la guitarra
Sobre el tablao del Hotel Tres Reyes de Pamplona los flecos del vestido rojo pasión que luce Aurora Vargas aparecen como llamas chispeantes que pudieran arrasar con todo. Su sola presencia, la belleza de su estampa, la palma seca, contundente y compacta con la que se remata e impone, y un cante que con los años y las penurias se ha hecho aún más sólido y firme convierten a la sevillana en una artista cada vez más imprescindible. “Aurora nos recuerda a un amanecer”, decía en su presentación el periodista Juan Garrido aventurando que íbamos a ver salir el sol en esta madrugada lluviosa del Flamenco On Fire que celebra hasta este domingo su XI edición presumiendo de gitanería.
Así, tras su paso por Viana y Tudela, la cita navarra llegaba a la capital con un cartel protagonizado por artistas de raza que acuden Al encuentro de lo salvaje, como rezaba el título del concierto que ofreció este mismo viernes por la tarde el guitarrista Raimundo Amador, acompañado por Emilio Caracafé y La Kaíta en una abarrotada Sala Zentral, el espacio reservado para la oferta más alternativa que ha acogido también a las bandas andaluzas Derby Motoreta’s Burrito Cachimba y Califato ¾. “¡Vamos allá Pamplona!” animaba la extremeña en un despiporre de tangos y rumbas capitaneados por los sugerentes acordes de flamenco underground que marcaba Raimundo desde su guitarra eléctrica.
Los tres (Raimundo, Caracafé y Kaíta), junto a muchos de los artistas que congrega estos días el On Fire, como Pepe Habichuela y su mujer Amparo La Bengala -que acabó coronando a Aurora con el pañuelo pamplonica-, Josemi Carmona, Soleá Morente, Lela Soto, Rycardo Moreno, o Diego del Morao e Israel Fernández, que acababan de ofrecer su Pura sangre en los Grandes conciertos del Baluarte entre oles y aplausos, acudieron a la cita con la sevillana noqueados ante la fuerza, la frescura y el temperamento que desparramó por el escenario. Porque, si bien la Vargas lleva décadas explicando eso que decía Mario Maya de que “lo difícil del arte es hacer que parezca fácil, inexplicable e indefinible”, ahora se muestra aún más todopoderosa si cabe, con un peso y un poso que la hacen imbatible.
Apenas le bastaron seis cantes y sendas pataítas por tangos y bulerías para prender el fuego ofreciendo uno de sus mejores recitales de todos los tiempos. “¡Como nunca!”, le jaleaba entusiasmada la catedrática Cristina Cruces, una de las galardonadas de la edición, compartiendo los nervios con el resto de asistentes e invitados que no podían dejar de vitorear y rendir pleitesía a esta apoteósica “señora”. Porque no es ya el genio que atesora y la sabiduría con la que lo maneja sino que, acompañada generosa y sensiblemente por un soberbio Miguel Salado, cantó poseída por los duendes, en un trance en el que su eco resquebrajado e indómito iba buscando lugares insólitos sin miedo a llenarse de arañazos.
“Ahora qué”, decían algunos a la salida del recital conscientes de la dificultad de superar esta mágica noche que abría un intenso fin de semana de propuestas jondas como las del espectáculo producido por el festival, Alzapúa II, que protagoniza este sábado Diego del Morao, Josemi Carmona, Dani de Morón y Rycardo Moreno con Farruquito como estrella invitada y el cante de Lela Soto y Delia Membrive, o la gira de despedida de Manuela Carrasco, que estará acompañada de la también sevillana Remedios Amaya en la clausura del On Fire. Además de los conciertos de El Extremeño con Pedro Sierra o los hermanos Pañero, que acoge el Palacio Ezpeleta, o los recitales de Gema Moneo y Remache de Málaga, Paqui Ríos, Delia Membrive y Rubén Lara que pasarán también por este ciclo Nocturno.
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