"Un fracaso sería que mis canciones dejaran de emocionar"

El ascenso de la gaditana Carmen Boza (La Línea de la Concepción, 1987) en la industria musical ha sido uno de los más sonados en los últimos tiempos. La base de su trayectoria reside en la estrecha relación que comparte con un público que crece a pasos agigantados. El año pasado lideró un proyecto de crowdfunding con el objetivo de publicar su primer álbum, La mansión de los espejos, que superó todas las expectativas tras recaudar 25.000 euros. Esta noche Boza cierra el ciclo El verano de Malandar y mañana sale a la venta, por primera vez en tiendas, una reedición de su último trabajo.

-¿En qué momento decidió dedicarse a la música?

-Empecé a tocar la guitarra con 14, 15 años pero decidí dedicarme a ello profesionalmente cuando me mudé a Madrid hace cuatro o cinco años. Estuve haciendo conciertos en salas pequeñas, colaborando con otros artistas y subiendo vídeos a Youtube de versiones de canciones hasta que empecé a compartir composiciones propias.

-Las redes sociales han sido su gran vía para darse a conocer...

-Hablar de ellas desde fuera es imposible porque se usan como un complemento para la vida diaria. Cuando era adolescente empezó el boom de internet, así que mi vida personal y profesional se han desarrollado en paralelo. Ha sido una manera natural de hacerlo porque mi vida real se iba solapando con mi vida virtual, ya que prácticamente el 90% de mi música ha sido lanzada a través de internet.

-¿Cómo vivió la experiencia del crowdfunding?

-La campaña funcionó increíblemente bien porque es una experiencia que aúna el proyecto de grabar un disco, de definir el repertorio, de contar a los mecenas cómo se estaba desarrollando todo, de decidir las recompensas... La experiencia ha sido la confirmación de que hay un sector de gente que me sigue desde hace años y que confía en mi proyecto. Sentir ese apoyo ha sido brutal.

-¿Qué debe tener un artista para que la gente quiera aportar dinero en sus proyectos?

-Talento, un proyecto interesante, haber tenido recorrido y capacidad para convencer y llegar a la gente. Aunque, sinceramente, no lo sé del todo porque hay un factor "x" que no controlo y eso es lo maravilloso de los artistas, porque no hay una fórmula que haga que todo encaje. En mi caso, la gente se ha involucrado en mi proyecto porque llevo años colgando canciones en internet gratis para que el público las escuche y las comparta.

-Hasta la fecha ha publicado sus trabajos en formato digital, ¿por qué ahora La mansión de los espejos sale en formato físico?

-La mansión... es una puesta de largo y siempre me ha apetecido grabar un disco físico, tener algo tangible. Editamos el disco en vinilo gracias al proyecto de micromecenazgo y ahora se va a reeditar y a vender en tiendas porque representa el fin natural de un proceso. Que la gente tenga acceso al disco en formato digital es lógico pero hay un sector del público al que para llegar hay que ofrecerle el soporte físico.

-¿Cómo ha sido el proceso de seleccionar las canciones de todo el repertorio?

-Responde a un criterio esencialmente compositivo. Al ser mi primer disco de estudio necesitaba un equilibrio armónico y lírico, no tanto de secuencia cronológica. Tenía 30 temas y elegí 15.

-Hace poco estuvo en Sevilla, ¿qué diferenciará este concierto del anterior?

-Voy a compartir el cartel con Ondina, de modo que serán dos conciertos diferentes. Pero, aparte de esto, me parece injusto para los artistas que en cada concierto tenga que haber algo diferente porque si estás constantemente cambiando no das tiempo a que algo se asiente. A pesar de ello, ahora toco con banda y la última vez fue en acústico y los temas han evolucionado totalmente. Seguro que la gente lo pasará genial, creo que eso es suficiente porque lucho y lucharé toda mi vida para dejarme la piel en el escenario.

-Si mira ahora su trayectoria, ¿cree haber alcanzado el éxito?

-Creo que sí. Para mí el éxito es hacer lo que hago, tocar mis canciones y llevarlos gira por toda España, reeditar un disco... La máxima de un músico es emocionar a la gente, cada vez más público conoce mi música, vienen a mis conciertos y salen felices porque mis temas les han llegado. Si alguna vez dejo de hacer canciones o éstas dejan de emocionar, entonces lo consideraré un fracaso.