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El Ayuntamiento de Sevilla da marcha atrás en su decisión de celebrar el Festival de Cine en primavera y programará "una edición especial" a final de noviembre. Así lo anunció el alcalde José Luis Sanz tras una reunión con el sector audiovisual andaluz, en la que desveló que desde el Consistorio ceden a la demanda popular que pedía conservar el festival en sus fechas habituales.
"Este año, en noviembre, habrá una edición especial del Festival de Cine de Sevilla, y en 2024, en noviembre, celebraremos como siempre el festival", apuntó Sanz, que añadió que seguirán "trabajando" en el modelo futuro del SEFF junto a la Academia de Cine de Andalucía y otras instituciones del sector como la Asociación de Empresas de Distribución Audiovisual de Andalucía (Aedava), la Asociación Andaluza de Productoras de Cine (Ancine) o la Asociación Andaluza de Mujeres en los Medios Audiovisuales (AAMMA), presentes en esta reunión, a la que también acudió el director de la muestra Tito Rodríguez.
"Lo que queremos para el festival", insistió el alcalde, "es implicar más a la ciudad de Sevilla y recuperar cierta relevancia internacional que creemos se ha perdido", defendió, aunque el anuncio se conocía horas después de que una carta de la Academia de Cine Europeo mostrara su apoyo al SEFF. La misiva de la EFA, firmada por el presidente Mike Downey, el director Matthijs Wouter Knol y el miembro de la junta Antonio Saura, destacaba la importancia de fijar en el calendario la fecha de noviembre para mantener así la "relevante contribución al cine español y al cine europeo" de la cita, con la que, aseguran, la colaboración "durante años" ha sido "exitosa y cordial".
Preguntado por si su equipo no se había precipitado al aplazar el Festival a la primavera, dada la polémica y el gran número de quejas que había generado esta medida, Sanz fue tajante. "No, es que celebrar a principios de noviembre una edición normal no habría sido posible, porque ya nos ha pillado el toro. Hay miles de pliegos de licitación que era imposible abordar. Haremos una edición especial ahora y ya perfilaremos el modelo que queremos en 2024", explicó el alcalde, que no quiso pronunciar la palabra "reducida" ni ahondar en la complicada burocracia del ICAS, uno de los motivos que se atribuyeron, más allá de la versión oficial, para el aplazamiento. "¿Yo cuánto llevo aquí? Ni sesenta días", dijo, insinuando que no ha habido margen de maniobra para actuar frente a la herencia recibida. "No quiero entrar en la polémica. La noticia de hoy es que tendremos Festival de Cine en 2023", apostilló.
"En estos días he dicho tres cosas: que este equipo de Gobierno no iba a acabar con el Festival de Cine de Sevilla", afirmó el primer edil en declaraciones a la prensa tras la reunión. "Lo segundo, que por circunstancias técnicas decidimos aplazarlo. Y la tercera, que el Festival de Sevilla tenía que recuperar la relevancia internacional que ha perdido e implicar más a la ciudad", subrayó.
Tito Rodríguez, que debuta este año como director del Festival, fue más preciso al aclarar qué era una edición especial: "Bien comisariada, intentando traer una buena selección del cine europeo que siempre se ha visto aquí. Los espectadores del festival van a tener la oportunidad de seguir disfrutando del mejor cine de autor europeo. Y español y andaluz, porque hay muchas producciones que están pendientes de salida y que en Sevilla tendrán su escaparate", comentó el especialista. "A veces el tamaño sí importa", bromeó ante el volumen más reducido por el que se opta en 2023. "Necesitas menos gente, las partidas se adecúan a las características de los contratos...", explicó.
Hay, prosigue Rodríguez, "unos mimbres" sobre "el formato en sí, cómo se define el proyecto", un punto de partida por el que cree que "vamos a poder hacer una bonita edición. Para mí, que el festival del año que viene se mantenga en noviembre es una cuestión que se ha demandado y que debe ser así. El sector lo ha pedido, y el Festival de 2024 volverá a su sitio", dijo, antes de confesar que se sentía arropado por los profesionales del gremio. "Si hay algo interesante del día de hoy es que las academias y asociaciones han tendido una mano para trabajar de forma conjunta con nosotros, y eso para mí es muy importante".
"El festival", concretó Rodríguez, "mantiene su carácter europeo, que es su valor diferencial". Lo que no quiere decir que sea un repaso a la cosecha continental hasta la extenuación. "Ser más internacional y ser mejor no siempre quiere decir tener más. Este año la Berlinale decidió limitar su oferta a 200 películas, lo que fue bien recibido por unos y criticado por otros. Pero los programadores y directores de festivales nos estamos dando cuenta de que la sostenibilidad de un proyecto, su visibilidad y relevancia, no tienen que ir vinculadas a 500 películas. Este año, en Sevilla, la selección va a ser más cuidada, lo suficiente para presentar una programación atractiva. Aunque la idea es que el festival siga creciendo, y si no lo dijera no debería estar aquí. Todo director", concluyó, "debe querer que su festival crezca".
La portavoz adjunta del Grupo Municipal Socialista, Sonia Gaya, acogió como "una buena noticia" que el Gobierno municipal "haya rectificado después de escuchar al sector del cine. ¿Qué habría sido lo ideal? Pues que se hubieran hecho las cosas justo al revés: que primero se hubieran reunido con quienes conocen de verdad este mundo, que les hubiesen escuchado y que después se tomasen las decisiones oportunas, sin improvisaciones de ningún tipo", argumentaron desde la oposición.
"También así", sostuvo Gaya, "nos habríamos ahorrado el bochorno nacional e internacional que ha supuesto para la ciudad que después de veinte años de esfuerzo, para consolidar un festival de cine que cuenta con gran prestigio y con solvencia, se hubiese aplazado la edición del Festival de Cine Europeo al año que viene, sabiendo todos lo que eso supone. Sevilla no puede seguir haciendo el ridículo en materia cultural".
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