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La Feria del Libro de Sevilla cerrará mañana sus puertas gracias a la ampliación de tres días que el Ayuntamiento de la ciudad negoció con los libreros y las editoriales que ocupan los expositores, una prórroga concebida para enderezar las cifras de ventas que se vieron afectadas por un temporal que obligó al cierre y a la cancelación de las actividades. El nuevo emplazamiento en los Jardines de Murillo ha concentrado en poco más de una semana, desde la ya lejana inauguración a cargo de Andrés Trapiello el 24 de octubre, la gama de emociones que puede sentir la naturaleza humana: el júbilo y la esperanza de las mañanas de sol se ha alternado con la tristeza y el desánimo provocados por las intensas lluvias.
“El cambio de ubicación, en general, ha sido bueno. Ha habido más afluencia y más movimiento, eso es indudable, y en general la sensación es positiva”, señalan desde la editorial El Paseo. “El único inconveniente ha sido el suelo. Para años posteriores, si se sigue haciendo aquí, es algo que tendrá que valorarse, porque es cierto que si llueve se encharca, y si se encharca la Feria es inviable. Pero si hace buen tiempo, el sitio es idóneo”, aseguran desde un sello que ha congregado a un público entusiasta en torno a sus publicaciones: El libro de mal amor, de Fernando Iwasaki, Ángela, de Gervasio Iglesias, y El mundo es nuestro, de Alfonso Sánchez y Alberto López, Los compadres. “Los actos han sido verdaderos éxitos y toda una alegría”, dicen desde El Paseo.
En el expositor de Casa Tomada, por su parte, cuentan que “el feedback que hemos tenido de los lectores es que es un sitio muy agradable, que les ha gustado este cambio a los Jardines de Murillo. Ha sido también más accesible para el reparto, para los mensajeros, una cuestión que en Plaza Nueva causaba más problemas”. Desde la librería consideran “que era fácil predecir que iba a llover en una fecha como el otoño, y también que iba a ser impracticable el andar por la zona si hacía mal tiempo, aunque no se nos pasó por la cabeza que hubiera que cerrar. El cierre [el miércoles y el jueves] ha sido una pena, porque ha coincidido con días de actividades que aunque ahora abramos más días ya no se pueden retomar. No sabemos si compensa el abrir de lunes a miércoles, porque no hay programadas visitas de colegios, no hay mucho movimiento, ni firmas, ni presentaciones programadas”, analizaban ayer desde el stand que el comercio de Muro de los Navarros ha abierto en los Jardines de Murillo. Entre las novedades que más interés han suscitado, destacan los libreros, “se ha notado el impacto del Nobel a la coreana Han Kang, la autora de La vegetariana y La clase de griego. Sara Torres no pudo venir a la Feria porque se canceló su acto, pero nos han pedido igualmente su libro. Y, con el tirón de la película de Almodóvar que adapta una novela suya, también nos han preguntado mucho por Sigrid Nunez”.
Desde Rayuela Infancia comparten la impresión “de que la clientela está muy contenta con el sitio. Han sido unas lluvias muy fuera de lo normal las de estos días, y el recinto no estaba habilitado para algo así”, comentan desde este espacio que accedió a prolongar su estancia en los Jardines de Murillo. “No todo el mundo ha podido hacerlo, porque estar aquí no deja de ser un esfuerzo, te exige tener contratado más personal, mantienes abierta la tienda y estás aquí al mismo tiempo... Y digamos que de lunes a miércoles no son los mejores días de venta”, concluyen, antes de indicar la obra que más atención ha acaparado en su expositor: ¿Así es la muerte? publicada por la editorial Wonder Ponder, y en la que Ellen Duthie explica a personas de todas las edades, con sensibilidad e imaginación poderosas, el misterio de la mortalidad. Un asunto que nos interpela a todos, en vista de los resultados: “Ha funcionado muy bien. Ellen participó en un acto de la Feria [que respondía al título de Libros que provocan preguntas], y nosotros agotamos todos los libros”.
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