CUARTETO ISBILYA | CRÍTICA
Hacerse Joaquín Turina
Las exposiciones del CAAC de 2019
A principio de esta década, en 2010, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) se inspiró en una exposición del Centro Pompidou de París, Ellas, para Nosotras, una cita que mostró a los visitantes las obras de las artistas que se habían ido integrando a los fondos del espacio. Ya entonces -ese año se había incorporado a la dirección del centro Juan Antonio Álvarez Reyes- se anunció que el tratamiento de "cuestiones relacionadas con los géneros" sería "una de las líneas prioritarias", y que se buscaría "una equiparación real entre ellos, tanto en la colección como en las exposiciones temporales".
El CAAC, que en este tiempo ha cumplido su promesa y ha optado por una política paritaria en su programación, albergará durante 2019 nueve muestras, seis de las cuales estarán protagonizadas por mujeres. Además, se revisará cómo se ha reforzado la presencia femenina en la colección con Nosotras, de nuevo, una propuesta que se inaugurará en abril en el claustrón norte del Monasterio de la Cartuja.
La programación, presentada este martes por Álvarez Reyes y el consejero de Cultura en funciones, Miguel Ángel Vázquez, ahonda en varias de las dinámicas que han caracterizado al centro: la convivencia de veteranos (Soledad Sevilla, Juan Suárez) con creadores emergentes (Ana Barriga) o la mirada a artistas que renovaron la escena local (Richard Channin Foundation) tanto a referentes de América Latina (las venezolanas Yeni y Nan) o a autoras vinculadas a Oriente Medio (Rosalind Nashashibi).
El próximo año se abrirá con la primera gran retrospectiva que se le dedica a Jennifer Hackshaw y María Luisa González (Caracas, 1948 y 1956), Yeni y Nan. Integrando la performance, la fotografía y el vídeo, estas artistas desplegaron entre los 70 y los 80 un discurso en el que concebían el cuerpo como una metáfora de la naturaleza, que "ostenta la memoria de los ciclos naturales y el origen de la vida", señala Alicia Murría, comisaria de esta muestra que se verá en Sevilla desde febrero hasta junio. De acuerdo con su filosofía, estas destacadas representantes del arte de acción elegían enclaves como el mar, las salinas o el desierto, "componiendo unos vídeos que no son solamente documento de las performances sino además el núcleo a partir del cual generan extensas series fotográficas", prosigue la especialista.
Nacida en Valencia pero estrechamente vinculada a Andalucía, Soledad Sevilla será una de las protagonistas de los próximos meses en el CAAC gracias a un proyecto que recrea algunas de las grandes instalaciones que la autora planteó inspirándose en los paisajes del sur. La artista recordó ayer la impresión que le causó una almadraba abandonada de El Rompido, donde dos grietas alteraban la fisonomía de las naves. "Una de las grietas había roto la pared del todo y por allí entraba la luz", rememora Sevilla, que en su obra El Rompido (2000) contrapone ese muro a otro donde aún no ha entrado la claridad y juega así con conceptos opuestos como positivo/negativo o transparencia/opacidad. En su exposición, la artista reconstruirá también otras instalaciones que ideó a partir de su visita a la Torre de los Guzmanes en La Algaba o el Castillo de Vélez-Blanco, en Almería.
El CAAC se detendrá asimismo en el intenso cromatismo de la jerezana Ana Barriga, quien realizará un proyecto específico para el centro en el que esta creadora, uno de los valores indiscutibles de la última pintura andaluza, tendrá en cuenta el pasado fabril del Monasterio de la Cartuja y escogerá la cerámica como tema. Un asunto que abordará desde lo lúdico, "ese lugar compartido por artistas y niños donde se abandonan los prejuicios y aflora la parte más inesperada de nosotros", reivindica la andaluza (Jerez, 1984), quien sostiene que "el humor, el juego o la ironía son modos de posicionarnos ante la realidad de una manera distinta e inesperada, de romper patrones comunes".
Como Soledad Sevilla, la producción de José Miguel de Prada Poole (Valladolid, 1938) mantiene fuertes conexiones con Andalucía, donde firmó hitos de su trayectoria como el añorado Hielotrón, una mítica pista de patinaje sobre hielo que se erigiría en un icono de la arquitectura neumática, o el Palenque de la Expo 92, cuyo origen "se remonta a la época de las primeras experiencias de diseño asistido por ordenador CAD, cuando Prada Poole fue profesor invitado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), entre los años 1980 y 1983", observa el comisario de la muestra, Antonio Cobo. La exposición explorará algunos de "los grandes temas" sobre los que giró el trabajo de Prada Poole, como el optimismo tecnológico, la revolución social o la crisis energética.
A finales de abril abrirá sus puertas Nosotras, de nuevo. "Nosotras", argumentan desde el CAAC, sobre la exposición que precedió a ésta, "fue un punto de partida, un estado de la situación a partir del cual empezar a trabajar. Desde entonces, y a pesar de la crisis económica que redujo sustancialmente el presupuesto del CAAC para nuevos ingresos, la colección no ha dejado de crecer en este sentido y ha llegado el momento de ver reunido, en una amplia exposición, qué hemos hecho en la última década", dicen desde el centro, donde consideran esta pausa en el camino como "un testar la situación para tomar nuevo impulso".
Tras la muestra que dedicó a Agustín Parejo School, el CAAC vuelve la vista a otro de los colectivos más estimulantes del arte andaluz, el que conformaban Juan del Junco (Jerez de la Frontera, 1972), Miki Leal (Sevilla, 1974) y Fernando Clemente (Jerez de la Frontera, 1975), The Richard Channin Foundation, en un estudio "abierto, donde no había una habitación para cada uno", recuerda Clemente sobre una etapa en la que estos creadores aportaron, apunta Sema D’Acosta, comisario de esta cita, "trasgresión y novedad. Lograron hacerse un sitio en la escena del arte contemporáneo de Sevilla apostando por una autenticidad desbordada que traducía el gamberrismo, el descaro y el desenfado de los veintitantos años en una especie de energía creativa trascendente".
Tras poner de manifiesto la relevancia de José Ramón Sierra y Gerardo Delgado, el CAAC reivindicará, a partir de octubre, a Juan Suárez, compañero de una generación que inició su andadura en la galería La Pasarela y que renovó los planteamientos artísticos de una ciudad con miedo a desvincularse de los códigos de la tradición. La muestra, que Suárez (El Puerto de Santa María, 1946) no se atreve a definir como retrospectiva -"no sé si lo es o no"-, profundiza desde una "lectura no lineal" en las distintas etapas que han articulado la trayectoria del creador pero también "repensará el espacio expositivo".
Las primeras individuales que se celebran en España de la británico-palestina Rosalind Nashashibi, presente en encuentros de la talla de Documenta o la Bienal de Venecia y candidata al Turner, o la argentina Amalia Pica, que reflexiona sobre el lenguaje, la comunicación y la participación cívica, serán otros atractivos del próximo otoño en el CAAC.
El centro propondrá asimismo nuevas ediciones del encuentro A Secas o del curso Transformaciones y entre otras líneas continuará con su programa educativo. La oferta musical, que ha contribuido a que este año se superen de nuevo las 200.000 visitas, volverá a exhibir músculo gracias a iniciativas como el Interestelar, el Electronic Lunch o el Pop CAAC. Además, y según destacó Álvarez Reyes, este año que termina el centro incrementós sus fondos en 96 obras, entre adquisiciones, donaciones y depósitos, de autores como María Cañas, Chto Delat o los MP & MP Rosado.
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