Existencialismo zombi

Descansa en paz | Crítica de cine

Renate Reinsve en una imagen del filme.
Renate Reinsve en una imagen del filme. / Avalon

La ficha

** 'Descansa en paz'. Drama zombi, Noruega-Suecia, 2024, 97 min. Dirección: Thea Hvistendahl. Guion: T. Hvistendahl, John Ajvide Lindqvist. Fotografía: Pål Ulvik Rokseth. Música: Peter Raeburn. Intérpretes: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Bahar Pars, Bjørn Sundquist, Bente Børsum. 

Desde Noruega, con guion del también novelista John Ajvide Lindqvist, conocido por títulos como Déjame entrar y Border, Descansa en paz busca reescribir el relato zombi con una pátina de trascendencia existencial y ciertas marcas de autor en una fusión que no termina de beneficiar ni a un modelo ni a otro.

Hasta su primera mitad, de largo la mejor, la debutante Thea Hvistendahl va cocinando a fuego lento el ambiente premonitorio de un cataclismo que saca (literalmente) de sus tumbas a tres miembros de otras tantas familias, sin relación unas con otras, recientemente fallecidos en circunstancias desconocidas. Así, un niño, una mujer adulta, esposa y madre, y una anciana regresan del mundo de los muertos en aparente calma, marcados inevitablemente por el tránsito y en un estado semi-inconsciente que no anuncia precisamente un feliz renacimiento.

Es entonces cuando la obviedad y el látex se imponen al misterio silencioso y cuando Descansa en paz enseña ya sin ambigüedades las cartas del género y la escalada hacia un terror que se quiere metafísico pero que a la postre se acaba convirtiendo en explícito e incluso obsceno. Para entonces la cinta ha abandonado ya los posibles interrogantes sobre las prórrogas vitales, el duelo o la culpa para transitar en tres desiguales escenarios por el universo zombi y las emociones amplificadas a través de una de esas puestas en escenas que aspiran a lo sublime y se quedan en colección de tics. El concurso bastante desdibujado y desaprovechado de las dos estrellas del último cine noruego, Anders Danielsen Lie y Renate Reinsve, a los que vimos juntos en mejores prestaciones en La peor persona del mundo, también se nos antoja un gancho más que una necesidad.     

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