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Estévez y Paños, la creación inagotable

Flamenco

El tándem presenta este domingo en el XXV Festival de Jerez 'Silencios', una pieza íntima, "autobiográfica y especial porque por primera vez estamos los dos solos en un escenario"

Rafael Estévez y Valeriano Paños, fotografiados recientemente en la Plaza de San Lorenzo de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Fue en 2007 cuando Estévez y Paños se presentaron por primera vez con su espectáculo Muñecas en el Festival de Jerez. Desde entonces, la muestra jerezana de flamenco y danza española se convertiría en el escaparate ideal para estos creadores siempre inquietos y llenos de talento.

Por el escenario del jerezano Teatro Villamarta pasaron luego creaciones tan aplaudidas como Flamenco XXI: ópera, café y puro, Sonata, La Consagración (Giraldillo a la Mejor Coreografía en la XVII Bienal), Bailables, ...Aquel Silverio (con el Ballet Flamenco de Andalucía, en la etapa en que Estévez asumió la dirección del mismo) hasta llegar, el año pasado, con un flamante y merecido Premio Nacional de Danza en la modalidad de creación, a El sombrero, un hermoso y complejo espectáculo que gira en torno a la creación de El tricornio o El sombrero de tres picos de Falla por parte de los Ballets Rusos de Diaghilev, y a las relaciones de este y de Léonid Massine con el bailaor sevillano Félix Fernández, más conocido como Félix El Loco.

Recién llegados de Alburquerque (EE UU), donde el grupo suele actuar y colaborar con algunos artistas locales, Estévez y Paños aparecen también este año en el programa del Festival de Jerez porque, como ambos afirman casi al unísono, "no podíamos dejar de acudir a celebrar el XXV aniversario de este festival al que le debemos tanto por el cariño y el respeto con el que nos ha tratado siempre".

En esta ocasión, sin embargo, se presentarán en un espacio pequeño –los Museos de la Atalaya– con una pieza muy íntima titulada Silencios. En palabras de Valeriano, "una pieza muy especial porque estamos Rafael y yo solos por primera vez en un escenario, incluso sin músicos y sin técnicos, y porque, en cierto modo, es también una pieza autobiográfica ya que en su callado diálogo emergen todas nuestras debilidades, nuestra fragilidad".

En la pieza, aseguran sus autores, "surgen nuestras debilidades, nuestra fragilidad"

Una fragilidad a la que no es ajeno el hecho de que naciera, en 2016, tras una larga estancia de Estévez en el hospital por un grave problema cardiovascular y una lesión (rotura de la quinta vértebra) de Paños, aunque la inspiración, según cuentan, les llegó a través de un texto de John Cage.

El compositor, tan amante como ellos de la experimentación, se había introducido en 1951 en una cámara anecoica para experimentar el silencio absoluto y, al parecer, experimentó dos sonidos: uno agudo que procedía de su sistema nervioso y otro grave que no era otro que el de la circulación de su propia sangre.

En su puesta en escena, llevada a cabo entre Berlín, Madrid y Alburquerque, intervino Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola, con quien la compañía ya había trabajado en otras ocasiones, incluido el espectáculo Romances (Giraldillo a la mejor dirección de escena en la XVIIª Bienal de Sevilla).

Paños y Estévez. / Juan Carlos Vázquez

Está claro, sin embargo, que esta pequeña pieza, que se ha podido ver únicamente en unos pocos espacios singulares como el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (México), es solo una faceta del genio creador de estos artistas que siguen apostando por trabajar en compañía. En realidad, dice Estévez, "nos encanta trabajar con mucha gente, por eso dirigimos y coreografiamos a menudo a otras compañías. Trabajar con el ser humano es nuestra pasión porque aprendemos muchísimo siempre. Ojalá pudiéramos tener a doscientos bailarines en nuestra compañía".

Silencios se podrá ver en Jerez este domingo a las 13:00. Después, los creadores volverán a Madrid para retomar el montaje de La confluencia, un trabajo que verá la luz el próximo otoño en el ciclo Canal Baila de los madrileños teatros del Canal –donde han llevado a cabo un par de residencias– y que ellos definen como "un viaje a los orígenes del arte flamenco para reinterpretarlos desde el siglo XXI".

Para este espectáculo, producido por la compañía con GNP producciones y con el apoyo del Instituto del Flamenco de la Junta de Andalucía, ambos afirman que "por primera vez no hemos elaborado un guion previo ni hemos definido personajes; hemos ido a las diferentes etapas del flamenco y hemos buscado paralelismos en el folklore, entre la jota aragonesa y el fandango parado de El Alosno por ejemplo. Y le hemos dado ese nombre porque en el proceso está saliendo de todo: folklore, flamenco, movimientos contemporáneos…".

En realidad, esa confluencia es la marca de la casa de la compañía que el cordobés Valeriano Paños y el onubense Rafael Estévez fundaron en 2001, primero con el nombre de Dospormedio & Cía y luego como Estévez & Paños Cía. Un nombre que, año tras año, ha ido convirtiéndose en una identidad creativa en la que se conjugan, efectivamente, la danza española, el flamenco, el folklore y la escuela bolera con formas de expresión más contemporáneas.

En sus veinte años de historia, los coreógrafos no han parado de crear, trabajando siempre como les gusta y con quien les gusta, a pesar de contar con pocos apoyos económicos, y han logrado ocupar un lugar de privilegio en esa parcela aún tan desértica como es la de la coreografía flamenca.

El cerebro de este dúo anda siempre en ebullición: son varios los proyectos que preparan

La confluencia contará con un elenco exclusivamente masculino, compuesto por tres músicos, entre ellos el personal cantaor El Falo y el percusionista Iván Mellén, y cinco bailaores: Alberto Sellés, Jesús Perona, Jorge Morera y ellos mismos.

Pero el cerebro de este tándem se encuentra siempre en ebullición y son ya varios los proyectos que han decidido emprender, por no hablar de los que, por su envergadura, tendrán que dejar para mejores tiempos.

Entre los ya programados se encuentra Flamenca 391, una pieza prevista para 2022 y llamada así en honor al dibujo y a la revista de Francis Picabia de 1917. Su elenco, en esta ocasión, estará compuesto exclusivamente por cuatro mujeres: Rosana Romero, Raquel La Madrid, Nadia González Tingherian y Concha Jareño.

Paralelamente, Estévez y Paños continúan empeñados en apoyar y formar a las generaciones más jóvenes. Lo hicieron desde el Ballet Flamenco de Andalucía y lo siguen haciendo ahora, con el apoyo del Ministerio de Cultura, en un nuevo proyecto Cantera que ha atraído a un gran número de jóvenes procedentes de distintas ciudades. Los coreógrafos, mediante vídeos, han tenido que seleccionar a los participantes más idóneos para que la rueda del flamenco no deje nunca de girar.

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