España, un país colonizado en el siglo XX

Colonización | Crítica

La Caja Books publica 'Colonización. Historias de los pueblos sin historia', de Marta Armingol y Laureano Debat, un espléndido reportaje que nos adentra en los planes y las consecuencias de la reforma agraria del régimen franquista

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Marta Armingol y Laureano Debat
Marta Armingol y Laureano Debat / Pedro Armañac

La ficha

Colonización. Historias de los pueblos sin historia. Marta Armingol y Laureano Debat. La Caja Books. 288 páginas. 22,50 euros.

Una España devastada por la contienda. Cartillas de racionamiento. La fractura social. La miseria. Es otoño de 1939. En estos primeros meses de la posguerra, el nuevo régimen trata de construir su Estado. La dictadura aplica sus primeras medidas. En el ámbito de la economía, la cuestión es parchear un panorama desolador.

Entre las diferentes medidas que se aplicaron, destinadas a revitalizar la pobre economía de posguerra, estuvo el Instituto Nacional de Colonización, un plan promovido por el franquismo, aunque sus bases tienen precedentes desde finales del siglo XIX. El Instituto Nacional de Colonización fue una iniciativa con la que la dictadura buscó una remodelación de la economía agraria –retomando la famosa reforma de la Segunda República-.

Esta iniciativa de la dictadura consistió en la creación de numerosos pueblos. Desde cero: casas, iglesia, calles. Estos nuevos pueblos o municipios, dispersos por España, acogieron a aquellos que lo perdieron todo en la guerra. Familias que se encontraban en una situación de absoluto desamparo, y que dadas las circunstancias aceptaron el papel de colonos. Muchos de estos nuevos pueblos incorporaron la coletilla del Caudillo, como Guadalcacín del Caudillo, pedanía de Jerez de la Frontera. En otros municipios, la injerencia del régimen la observamos en la arquitectura, cuya estética se inspira en los principios rectores del franquismo. El régimen franquista, a través de este plan del Instituto Nacional de Colonización, tomó la justicia social como método de promoción de la dictadura, lo que supone un ejercicio sutil de represión –te doy vivienda y trabajo a cambio de obediencia-. La finalidad fue inyectar la política franquista en cada ámbito de la vida pública.

Cubierta del libro
Cubierta del libro

Toda esta trama de nuestra historia reciente la cuentan la escritora Marta Armingol y el periodista Laureano Debat en Colonización. Historias de los pueblos sin historia, editado por La Caja Books. Este reportaje –con finas dosis de ensayo- recibió el I Premio de No Ficción de la editorial valenciana. El libro, además de los breves apuntes que hemos adelantado, ofrece un itinerario por aquellos pueblos diseñados y construidos durante el franquismo. También describe perfiles de sus ejecutores –arquitectos, por ejemplo-, en los que medimos la dimensión de las complejas relaciones sociales de la dictadura, con personajes interesantes, por los matices que sugieren.

Entre estos protagonistas destacamos a Gonzalo Argüeso Piñar, bisnieto del ganadero Eduardo Miura, que cuenta cómo en su finca se instaló el primer aire acondicionado de Sevilla. Argüeso Piñar también relata cómo un militante del Partido Comunista, en los años de la dictadura, termina de hombre de confianza de su abuelo. En otros capítulos, subrayamos los datos que conciernen a la construcción del canal de los Presos –en referencia, claro, a los presos políticos de la dictadura-.

Colonización. Historias de los pueblos sin historia nos trae un episodio, quizá no demasiado conocido, de la dictadura. Contado con la depurada narrativa de los buenos reportajes. Y barnizado con una delicada capa de ensayo. Testimonios, información, curiosidades, historia. No hace falta más

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