¿Pueden parar la guerra un momento?

¿Es el enemigo? La película de Gila | Crítica

Una imagen de '¿Es el enemigo? La película de Gila', de Alexis Morante.
Una imagen de '¿Es el enemigo? La película de Gila', de Alexis Morante.

La ficha

*** '¿Es el enemigo? La película de Gila'. Comedia dramática, España, 2024, 100 min. Dirección: Alexis Morante. Guion: A. Morante, Raúl Santos. Fotografía: Carlos García de Dios. Música: Miguel Santos. Intérpretes: Óscar Lasarte, Carlos Cuevas, Natalia de Molina, Salva Reina, Antonio Bachiller. 

No podemos sino saludar que se haga una película sobre Gila con la que está cayendo (en el país y en nuestro cine). Una película-homenaje extemporánea y fuera de modas que aspira a infiltrar su inimitable identidad cómica, quintaesencia del mejor humor (negro) español del siglo XX, entre los pliegues de, sí, en efecto, otra-cinta-más-sobre-la-Guerra-Civil.

Y lo hacemos aun a pesar de su única idea de base, que no es otra que la de recuperar sus mejores chistes, el espíritu de sus viñetas y sus memorables llamadas telefónicas al enemigo para ponerlos en boca y actitud de un joven Miguel Gila que aún estaba por hacerse como cómico cuando tuvo que ir de poca gana al frente tras la sublevación militar franquista. Allí lo encontramos, cobarde, tímido y asustadizo entre el silbido de las balas, huérfano fugado de la cálida riña de una abuela protectora y cinéfila y adoctrinado por un amigo que fue siempre por delante de su impreciso compromiso político por las libertades y contra el fascismo.

Un deslumbrante y apenas debutante Óscar Lasarte le presta la percha tragicómica, el acento y el deje singulares y esos ojos siempre perplejos y melancólicos a través de los que vemos esta historia de camaradería y miedo espantados por el humor y una actitud ética ante la vida que libraban su particular batalla de dignidad entre escopetas, banderas y mandos.

De factura correcta, diseño de producción impecable, con una estupenda banda sonora e incluso unos logrados efectos especiales llegado el (¿inevitable?) momento de los desastres de la guerra, ¿Es el enemigo? estira y desarrolla esa idea única con elementos y situaciones prestadas del Berlanga de La vaquilla o el Saura de ¡Ay, Carmela! y un trasfondo amargo que se sostiene siempre en la mirada y el tono de Lasarte, alma errante y rayo de luz y humanidad en los días más oscuros de una España fratricida y goyesca.    

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