Érase una vez en las alcantarillas de Hollywood

MaXXXine | Crítica

Una imagen de 'MaXXXine'.
'MaXXXine' cierra la trilogía iniciada con 'X' y 'Pearl'.

La ficha

**** 'MaXXXine'. Terror, EE UU, 2024, 103 min. Dirección y guión: Ti West. Música: Tyler Bates. Fotografía: Eliot Rockett. Intérpretes: Mia Goth, Elizabeth Debicki, Kevin Bacon, Lily Collins, Bobby Cannavale, Michelle Monaghan.

¿Cuándo pasó el cine guarro de terror de serie Z que solo se proyectaba en salas suburbiales a las grandes pantallas de estreno? Con el precedente de Psicosis en 1960 -una obra maestra que en su estreno fue vista como una película de terror que convertía los cines en un gallinero de gritos y risas nerviosas, en esta película debidamente homenajeada mostrando sus decorados- fue La noche de los muertos vivientes en 1968 la que llevó el cine gore, splattter o slasher a los grandes cines de estreno. En España se estrenó dos años más tarde en el circuito cinéfilo de arte y ensayo en versión original subtitulada. Medio siglo después esta rama sucia del cine de terror sigue triunfando en las pantallas tras haberse disgregado en al menos una docena de variantes.

Es el camino que ha seguido Ti West desde el inicio de su carrera, apadrinado por el actor, productor, guionista y director Larry Fassenden, con El cobertizo (2005), a las que siguieron La casa del diablo (2009), Los huéspedes (2011) o The Sacrament (2013) hasta lograr su mayor éxito con X (2023), homenaje a los subgéneros porno y de terror gore de los 70 (en los que se ambienta), con explícitas referencias a La matanza de Texas, realizada con tan pocos medios como extremo cuidado en la ambientación, la fotografía y el montaje para recrear innovadoramente el estilo y la estética de aquellas películas. Le siguió ese mismo año la macabra precuela Pearl (así se la puede considerar aunque saltara a los años 10) y ahora, completando la trilogía, la secuela MaXXXine que explota, con más morbo, más horror, más homenajes al porno y al gore o slaher de los 80 -está ambientada en 1985-, con mucha inteligencia este filón.

Mezcla el cine de detectives que se mueven por las alcantarillas de Los Ángeles y Hollywood, muchos metros bajo su glamur, la recreación paródica y vitriólica del mundo del cine en la frontera que separa los subproductos -el porno y terror serie Z, siempre- de las producciones de cierto nivel y el puro cine de terror con asesino en serie incluido. Como si se metieran en una batidora L. A. Confidencial, Doble de cuerpo, Hardcore, Boogie Nights, Érase una vez en Hollywood o, saltándose el Océano, Última noche en el Soho, entre otras muchas películas, añadiéndole un puñado de inteligente desvergüenza, humor negro y admirativo vitriolo (porque West homenajea lo que destroza) sobre el propio cine y su meca.  

Maxine, una nuevamente espléndida Mia Goth, superviviente de la matanza de X y reina del porno, que quiere ser actriz en el sentido serio de la palabra (según ella lo entiende: el papel al que aspira es el The Puritan II, secuela de una película de terror), es la guía por este mundo de neón, sangre, colorines, imposturas, ambiciones, focos, decorados que parecen reales y una ciudad que parece un decorado.

Estupendos Elizabeth Debicki, Gian Carlo Esposito, Kevin Bacon, Michelle Monaghan y Bobby Cannavale, sobre todo los tres últimos como el agente y los detectives. Muy bien Tyler Bates con una banda sonora homenaje a los sintetizadores de las películas de terror ochenteras y la inclusión de muchas canciones, algunas magníficamente horrorosas como Obsession de Animotion y otras iconos sonoros de los 80 como Bette Davis Eyes de Kim Carnes.

Con más medios, más ambición -quizás por ello con más cálculo y menos descarada frescura- y una mayor autoconciencia cinéfila, MaXXXine cierra (de momento) brillante e inteligentemente uno de los ejercicios meta cinematográficos más originales del cine reciente. Mucho más interesante, y juguetón, que el fallido Érase una vez en Hollywood de Tarantino.  

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