"Quiero seguir creciendo, sin pensar en lo que se espera de mí o no"
PAULA COMITRE I BAILAORA
Tras triunfar en el Festival de Jerez y la Bienal de Sevilla como artista revelación, la sevillana da el salto internacional con ‘Alegorías’, la nueva propuesta coproducida por el Teatro Chaillot de París que presenta el 19 de septiembre en el Central junto a la bailarina de contemporáneo Lorena Nogal
Sevilla/A Paula Comitre las ansias por bailar se le salen por la boca y por las pestañas. Después de convertirse en 2020 en la artista revelación del Festival de Jerez con su ópera prima Cámara abierta y luego de la Bienal de Sevilla por su actuación en la multi-premiada Fandango, -“un impulso y una motivación que me han dado un respaldo fundamental”-, sabe que tiene que aprovechar el momento y disfrutar de las oportunidades que se le presentan, sin dejar que el cuerpo pare.
Así, a pesar de ser consciente de la expectación que genera en la afición y sentir el calor del público cada vez que pisa un escenario, como ha ocurrido estos días en Londres durante la presentación en el Flamenco Festival de su recital Cuerpo nombrado con el que dejó noqueados a los británicos por la “fantastic” y “amazing” propuesta, la sevillana sigue concentrada en seguir aprendiendo porque sabe que una bailaora necesita ponerse a prueba para crecer.
Por eso, para el nuevo proyecto que acaba de estrenar tres días en el Teatro Chaillot de París y que presentará el 19 de septiembre en el Teatro Central durante la Bienal de Sevilla, junto al cantaor Tomás de Perrate, el guitarrista Juan Campallo, el percusionista Rafael Heredia y la dirección musical de Jesús Torres, ha preferido “salir de mi zona de confort” y afrontar un desafío que “me permita avanzar y descubrir otra faceta de mí, sin pensar en si es lo que se espera o no”, explica a este diario a la salida de su aplaudida actuación en el Rich Mix londinense.
En este sentido, en Alegorías. El límite y los mapas, Paula Comitre dialoga con la bailarina de contemporáneo Lorena Nogal, de La Veronal, “una compañía de referencia y una artista a la que seguido y admirado desde siempre”, pero a quien “no conocía personalmente” antes de sumergirse en esta aventura. Sin embargo, según confiesa, en cuanto supo que contaría en el proyecto con la coproducción del Chaillot Teatro Nacional de Danza tuvo claro que tenía que llamarla.
De hecho, Comitre asegura que pasaron mucho tiempo de retiro juntas, jugando e improvisando, hasta que ambas fueron encajando y comprendiendo sus respectivos lenguajes corporales. Incluso, dice, “llegué a pensar que no avanzábamos porque salían cosas muy interesantes pero no terminaba de ver cómo se materializaría eso en un espectáculo”. Sin embargo, los experimentos fueron dando sus frutos y hoy día Comitre está segura de que, “independientemente de lo que pase y de que guste más o menos, para mí ha sido una experiencia brutal y salgo de aquí siendo una bailaora distinta”.
Entre otras cosas, porque en este intercambio ella ha aprendido “a tomar conciencia del cuerpo, permitiendo disociar cada movimiento”, al igual que Nogal, que ha trabajado junto a bailarines como Ohad Naharin, Alexander Ekman, Jirí Kilyán, Stijn Celis o Nacho Duato, resalta la fuerza del baile flamenco en cuanto “al diálogo que mantiene con la música en directo y la transmisión de emociones que producen las propias letras de los palos”. Claro que en este intercambio ambas encontraron un nexo común en esa manera de entender la danza “como algo eléctrico, conectado con la tierra”.
En concreto, la temática parte del mito de la caverna de Platón, “una planteamiento filosófico que me ha interesado desde muy joven y que nos ha llevado a ahondar en las dualidades y reflexionar sobre esos límites”, cuenta la protagonista. Alegorías, por tanto, no es un espectáculo narrativo, sino una fantasía que, como cita el dossier, “propone un viaje inmersivo que transporta el espectador al límite de las convenciones, en la intersección peligrosa de la duda y la sorpresa”.
Hay que tener en cuenta que para Comitre es necesario que el trabajo coreográfico vaya acompañado de un proceso de investigación y búsqueda y, en esta línea, durante su estancia en Londres ha realizado una residencia artística con Iván Bavcevic, coach con el que han trabajado otros artistas como Ana Morales o Olga Pericet y que les ayuda a profundizar en el baile desde otro lugar.
En cualquier caso, esto no es nuevo para la joven que ha cultivado desde el inicio una firme carrera al lado de los mejores, tanto en su etapa en el Ballet Flamenco de Andalucía con Rafaela Carrasco, como junto a David Coria, quien junto a Mercedes de Córdoba se encargaron de coreografiar –y en el caso de la cordobesa también de la dirección escénica- su primera creación en solitario. “Desde luego, si puedo seguir creciendo es gracias a ellos… De Rafaela me acuerdo cada día, no sólo por lo que me ha enseñado de baile sino por su capacidad para dirigir proyectos tan complejos con esa asertividad. Con Coria me une una relación muy especial, ha sido muy generoso conmigo y eso me ha dado mucha confianza, y de Mercedes no me voy a cansar de aprender nunca, es increíble cómo se enfrenta a los códigos coreográficamente integrando la música y la energía”, valora.
Además del buen momento profesional en el que se encuentra, situándose como una de las jóvenes más prometedoras del baile flamenco, Paula Comitre comparte la felicidad de haber sido becada en la Residencia Internacional de la Ciudad de las Artes del Instituto Francés, una plaza a la que sólo accede una bailarina cada semestre y donde están como directores del área de danza maestros como Blanca Li. “Nos lo acaban de comunicar y no me lo creo, para mí va a ser una experiencia brutal, no sólo por la relación con artistas de otras disciplinas sino también porque nunca he vivido fuera de Sevilla, y sé que me va a venir genial”, traslada con la misma sonrisa espléndida que desprende cuando pisa las tablas.
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