Emilio Aragón y Antonio Banderas traen 'Godspell' a Sevilla, un musical "salpimentado" de otras disciplinas

El espectáculo, que bebe del Evangelio de San Mateo, llegará al Cartuja Center CITE del 28 de febrero al 2 de marzo

'Chicago', 'Priscilla' y Godspell' convertirán Sevilla en Broadway

Emilio Aragón presenta el musical 'Godspell' en el Cartuja Center.
Emilio Aragón presenta el musical 'Godspell' en el Cartuja Center. / Juan Carlos Vázquez

"Imagino muchas manos trabajando en el torno hasta que la arcilla coge forma". El resultado del minucioso proceso que requiere esfuerzo, dedicación y creatividad es el musical Godspell y quien pronuncia estas palabras es su director, Emilio Aragón. La obra, que coproduce junto con Antonio Banderas, bebe del Evangelio de San Mateo, pero está "salpimentada" de otras disciplinas que van del vodevil al circo pasando por el teatro de marionetas y la mímica. Una amalgama de géneros que trasciende lo puramente religioso para destilar humor y música en directo. La producción se subirá a las tablas del Cartuja Center CITE del 28 de febrero al 2 de marzo.

El vínculo entre el “músico con alma de payaso que cuenta historias” con Godspell no se ciñe a 2022, año en el que la versión que firman Aragón y Banderas se estrenó en el malagueño Teatro del Soho CaixaBank. Durante una rueda de prensa que ofreció ayer, el humorista, actor y escritor explicó que su hermana –Rita Irasema– formó parte del elenco principal –como sustituta de la actriz argentina Nene Morales– cuando el musical se estrenó en el madrileño Teatro Marquina, en 1973. Dos años antes, la producción con canciones de Stephen Schwartz (Wicked) y libreto de John-Michael Tebelak pisó Broadway con fuerza.

Contestataria y reivindicativa en plena guerra de Vietnam, la nueva versión de Godspell “respeta la columna vertebral de la obra” y ese “espíritu juvenil” que habla “de esperanza”, a través de un “ejercicio complicado” en el que se “pasa del drama a la comedia en cuestión de segundos”. Todo ello aderezado con una orquesta que interpreta, en riguroso directo, "una partitura muy exigente". En cuanto al reparto, Aragón ha hecho especial hincapié en "que hace 40 años era complicado encontrar a alguien con un perfil concreto, pero ahora es difícil escoger con quién te quedas porque el nivel es muy alto".

Sobre este tema, recordó entre risas una anécdota de su amigo Manuel Summers al dirigir Ángeles Gordos (1992): "Él quería un actor que estuviera entradito en peso, que tocara el acordeón, que fuera rubio con ojos azules y que bailara claqué... en la España de esa época era complicado. Manolo me comentaba que cuando fue a Los Ángeles a hacer el casting, su problema era que no sabía a quién elegir, porque había muchos actores que tocaban en el acordeón, bailaban claqué, eran rubios y tenían los ojos azules". Una situación que, a su juicio, "sí que la tenemos ahora mismo en España". De hecho, enfatizó que "la mayoría de los actores que vemos en cine o series podrían hacer un musical, porque todos cantan y bailan".

No fue la única historia que rememoró. También tuvo palabras de recuerdo para su padre, Emilio Aragón Bermúdez, conocido mundialmente como Miliki. "Mi padre nació en Carmona y su madre en Sevilla. La primera ciudad que visité cuando llegué a España en 1973 fue Madrid, pero la segunda Sevilla", recordó el actor. "Ya vengo inmunizado, pero cierro los ojos y veo la cara de mi padre en la Puerta de la Carne. Los dos sentados allí, la primera vez que me sirvió un vaso de cerveza en su vida con un cucurucho de pescaíto frito y manifestó el actor visiblemente emocionado para continuar explicando que "casi ni hablamos, creo que mi padre simplemente estaba recordando".

El anecdotario también pasó por un episodio en el que coincidió con la artista Sara Baras en Nueva York. “Me sentía tan orgulloso de escuchar lo que decía la gente al final de la función, iba como un pavo real”, recalcó para poner en valor la importancia de ver a españoles y andaluces triunfar fuera de nuestras fronteras.

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