Elena Romero, un eslabón perdido
Mapa de Músicas | Elena Romero por Alberto Portugheis
El pianista argentino Alberto Portugheis reivindica a la compositora madrileña Elena Romero, cuya integral pianística registró en 2010
Fue Alberto Portugheis (La Plata, 1941) quien me habló de ella. Portugheis es un pianista de la generación de Martha Argerich, con quien compartió profesores y ha compartido a menudo escenarios. Un hombre que reside en Londres, pero continúa viajando con regularidad por medio mundo, pues a sus más de ochenta años se conserva activo y con envidiable lucidez. Apasionado del buen yantar (ha sido jefe de cocina en varios restaurantes internacionales) y candidato recurrente al Nóbel de la Paz por sus trabajos y su fundación contra el militarismo, Portugheis habla con admiración de Elena Romero (Madrid, 1908-1996), compositora a la que conoció de manera singular: “Fue en casa de mi amigo Enrique Ferro, en Bruselas. Enrique trabajaba de traductor en la Unión Europea. Una noche fui a cenar a su casa y vi en un piano vertical un manuscrito. Me senté a leerlo y me gustó mucho. Pregunté a Enrique: ‘Quién es Elena Romero?’ ‘Mi madre’, fue su respuesta. ‘¿Tienes más manuscritos?’, ‘Están en Madrid, en casa de mi hermano’. Contacté con el hermano (taxista) y en uno de mis viajes a Madrid fui a su casa. Me mostró los cajones y estantes en que se encontraba la biblioteca musical de su madre”.
Así comienza esta historia de amor a primera vista que acabó con la integral de la música para piano de Elena Romero, completamente inédita (como el resto de su producción), en un doble álbum del sello Anima Records. “Su historia es triste, a causa de la política y de algunas tragedias personales”, me comenta Alberto. La tragedia política tiene que ver, claro, con la Guerra Civil, que ella, afecta a la República, pasó en Valencia y Barcelona, donde en 1938 se casó con un revolucionario del que engendró dos hijos. Concluido el conflicto no tuvo problemas vitales de consideración, pero tampoco acceso a puestos de relieve. La tragedia personal la alcanzó con la muerte de dos niñas recién nacidas, antes del nacimiento de su primer hijo, y el fallecimiento del esposo, que ejercía también labores de representante artístico, en 1957.
Elena Romero venía de familia bien, hija de un Diputado en Cortes y periodista prestigioso, Evaristo Romero. Estudió piano en el Conservatorio de Madrid con José Balsa, quien rápidamente se dio cuenta de su enorme talento, el que le permitió ofrecer su primer concierto en el Círculo de Bellas Artes con sólo 12 años. Entró luego en contacto con Salvador Bacarisse, quien la aconsejó y de quien conservó su amistad de por vida. Estudió también en la escuela de Frank Marshall en Barcelona, donde igualmente inició estudios serios de composición con Ricardo Lamote de Grignon. En 1944 volvió a Madrid y entró en contacto con Joaquín Turina, de quien fue su gran discípula. A la muerte de Turina en 1949, continúa formándose con Julio Gómez y se orienta hacia la dirección de orquesta de la mano de Ataúlfo Argenta. En la primera mitad de los 50 trabaja como directora con las mejores orquestas españolas, ejerce de concertista de piano y compone algunas de sus mejores obras, como el ballet Títeres, con el que logra el Premio Pedrell. Tras la muerte del esposo, con dos hijos pequeños a su cuidado, y después de rechazar una invitación de Bacarisse para establecerse en París, su actividad se centra en la enseñanza, aunque en los años 70 volvió a componer con cierta regularidad.
Su obra para piano registrada en este doble CD abarca toda su carrera de compositora, de 1942 a 1992, y traza un dibujo de extraordinario valor didáctico sobre la música en la España del siglo XX, ya que en los Dos preludios de invierno (en el título aparecen Tres, pero sólo dejó terminados dos) se aprecia el influjo que la música francesa tuvo sobre algunos compositores de la Generación de la República –Bacarisse, muy especialmente–, un peso que se afianzará desde 1947 con la escritura de su Sonata en re, pero dando un giro del impresionismo al neoclasicismo, tendencia dominante entre esos maestros, hermanos de la Generación poética del 27. Son en cualquier caso aquellos los años en que Elena Romero estudia con Turina y el estilo del gran compositor sevillano le deja una huella que se aprecia muy especialmente en el Canto a Turina que escribe a la muerte del maestro en 1949, primero para orquesta, luego para cuerdas y finalmente (1952) para el piano solo. Hasta la Canción y danza sobre tres notas de 1960 su obra se inflama del nacionalismo turiniano. Llega luego la fase de su repliegue artístico, pero cuando vuelva a la composición con las Tres piezas breves para piano (1970) se acogerá ya a la modernidad atonal, que aprehendió de forma autodidacta y siempre desde un punto de vista muy personal, con algunas reminiscencias aún nacionalistas (por ejemplo, en la Fantasía temática).
Le pregunté a Alberto Portugheis qué fue lo que le interesó de esta música: “Me capturó su originalidad, seriedad, honestidad e imaginación, mezcla de nacionalismo y universalidad”, me respondió. Impresionismo, neoclasicismo, nacionalismo, atonalismo... Elena Romero es un eslabón que permite entender la evolución de la música española en la segunda mitad del siglo pasado. Pese a que esta grabación en un sello francés ha cumplido ya catorce años, un eslabón que sigue tristemente en el olvido.
La ficha
ELENA ROMERO
INTÉGRALE POUR PIANO
Elena Romero (1908-1996): Dos preludios de invierno / Danza del Clown / Sonata en re mayor / Fuga sobre una falseta para guitarra / Sonata en sol menor / Canto a Turina / De noche en el Albaicín / Danza rústica / Anochece y el niño duerme / Cancioncillas para piano / Dos movimientos temáticos (Guitarrerías para piano) / Canción y danza sobre tres notas / Tres piezas breves para piano / Fantasía temática / Tres movimientos para piano u órgano / Idilio (nocturno) / Sugerencias
Alberto Portugheis, piano
Anima Records [2010]
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