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Delahaye, el crítico fantasma

El cuadrado de la fortuna | Crítica

Athenaica y Serie Gong publican un curioso libro que recoge la entrevista con el crítico de 'Cahiers' y también actor Michel Delahaye, tipo peculiar cuya independencia le costó la salida de la revista tras el viraje maoísta post-mayo del 68.

Chabrol y Godard en la redacción de los 'Cahiers du cinéma' a la que también perteneció Delahaye.

La ficha

El cuadrado de la fortuna. Pascale Bodet y Emmanuel Levaufre. Athenaica-Serie Gong. 204 págs. – 20 euros.

Nuevo fruto de la alianza editorial entre Athenaica y Serie Gong, este curioso libro transcribe la entrevista mantenida por Bodet y Levaufre con quien fuera uno de los mejores (y poco reconocidos) críticos de Cahiers du cinéma durante la década de los sesenta, un Michel Delahaye (1929-2016) que combatió con claridad, erudición clásica e independencia a contracorriente el sectarismo, la deriva marxista (“mayo del 68 perturbó prodigiosamente a chavales que no eran maduros”) y su abstrusa jerga de la revista tras la defenestración de Rohmer, mítico redactor-jefe y su iniciador en el oficio después de haber pasado por el periodismo sensacionalista y otros trabajos precarios.

Una entrevista filmada para un documental (Le carré de la fortune, 2007) del que se extraen íntegramente sus preguntas y declaraciones, también abundante material gráfico, fotogramas de las numerosas películas en las que participó como actor secundario para ganarse la vida, y donde encontramos algunas claves para entender una época en la que la crítica aún importaba (“la crítica hace posible la vida intelectual de una sociedad”) y en la que los combates en torno a la política de los autores vivían sus últimos estertores a degüello.

Tipo inclasificable y errante, “funámbulo, fantasma de sí mismo y poeta maldito” (Douchet), Delahaye se reencontró con el cine a finales de los noventa, adoptado y reivindicado por una nueva familia de cineastas desplazados (Vecchiali, Treilhou, Ropert), escribió una novela e hizo de sí mismo una pequeña, caótica y excéntrica enciclopedia de lucidez e integridad de la que este libro da buena cuenta en su recorrido zigzagueante por el cine (Renoir, Dreyer, Rossellini, la nueva ola, pero sobre todo en el rescate de Pagnol, Guitry, Grémillon, Cocteau y el Dictionnaire de Lourcelles), la literatura (Flaubert, Wilde, la Biblia…) y la historia de Francia como vías de acceso a la complejidad y las contradicciones del hombre y el mundo.

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