Las claves
Pilar Cernuda
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La situación es "grave", pero mucho, "para echarse a temblar". Éste es al menos el mensaje que lanzó ayer la Federación de Gremios de Editores de España. En declaraciones recogidas por Europa Press, el director ejecutivo de esta entidad, Antonio María Ávila, advirtió a sus asociados de que los efectos de la crisis obligan a "replantear tácticas y estrategias", sobre todo a la vista de un comienzo de año, dijo, "catastrófico". Según Ávila, ha habido un descenso medio de las ventas de en torno al 6% (aunque no precisó, por ejemplo, en qué periodo). Enero y febrero, además, fueron "meses muy malos", con bajadas de casi un 40% provocadas por "devoluciones masivas" desde las librerías, señaló.
Ante tanta desazón -"somos el patito feo de la economía", se quejó, antes de culpar de casi todo a un "problema institucional"-, ante tanto pesimismo, Ávila intentó también mandar a sus colegas un poco de optimismo durante la presentación de los datos oficiales del comercio de los libros en 2008. Optimismo, pero discreto. Admitió que a medida que pasan los meses las ventas se recuperan "poquito a poquito". Ha aumentado, por ejemplo, la venta de ediciones de bolsillo (un 3,4%), aunque las ventas de 2008 bajaron un 2,6% respecto a las de 2007. ¿Significa esto que los editores hicieron menos dinero en 2008? Pues no: el año pasado los editores facturaron 3.185,50 millones de euros, lo que supone un 2% más que en el ejercicio anterior.
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