"La edad de oro del rejoneo fue 'Los jinetes del Apoteosis"
El torero de La Puebla del Río, que ha cumplido 50 años de alternativa, hace un recorrido por su trayectoria y compara su época con nuestros días
Rafael Peralta, más que un rejoneador, todo un personaje, ha cumplido medio siglo de toreo. Por supuesto, no podía hacerlo de otra manera que entre caballos y en la romería del Rocío, donde le localizamos.
-¿Qué le aportó el toreo?
-Grandes amigos. A través del caballo he adquirido experiencia para andar por el mundo y sé distinguir si la gente te quiere de verdad o viene por el triunfo del momento.
-¿Cómo vivió la actuación de su alternativa?
-Si le digo la verdad tengo que hacer memoria. Fue el 30 de mayo de 1959 en Las Ventas. Alternaba, como era habitual por entonces, con toreros de a pie. Yo toreé un toro de Cobaleda y tuve una buena tarde. Fue mi presentación en Madrid. El triunfo me sirvió para seguir adelante.
-Hasta ese momento, ¿cómo fueron los comienzos?
-Debuté el 4 de junio del 57 en Constantina. En el 58 me anunciaban como Rafael, el hermano de Ángel Peralta. Ese año le dije a Vito, mi apoderado, que me retiraba. Me convenció para que no dejara en la estacada al empresario del siguiente contrato, una corrida en Murcia. Toreé y corté dos orejas y rabo. Al verme en el centro del ruedo con esos trofeos tras ese triunfo, decidí continuar. Al año siguiente, debido a un gran éxito en Barcelona, un crítico, creo que Ferragut, escribió "Rafael Peralta, único por ser diferente" y a partir de ahí me anunciaron así.
-Y de las dudas por abandonar en los comienzos hasta... 44 temporadas ininterrumpidas.
-Sí. Con 6 ó 7 años en los que quedé en cabeza. Uno de ellos toreé 112 corridas, en las que corté 363 orejas y un centenar de rabos.
-¿Cómo fue la etapa de Los cuatro jinetes del Apoteosis?
-Para mí ha sido la edad de oro del rejoneo. Había tres muy buenos -Ángel Peralta, Lupi y Álvaro Domecq Romero- y uno más endeblillo, que era yo. Eramos amigos, pero rivales en el ruedo. Yo tenía un grave problema y es que mi hermano toreaba por delante mía y lo pasaba mal, pensando en su seguridad. Lo vivía con una gran inquietud y sustos hasta que me tocaba a mi torear.
-Todo parece como un camino de rosas ¿No vivió contratiempos?
-Muchos. Empezando por las cornadas y las caídas. Estuve en una ocasión a punto de perder la pierna izquierda. El peroné me lo rompí cuatro veces. En la lucha diaria pasaba de todo. Me acuerdo de una corrida en Madrid, que salí cojo, escayolado. El empresario Calleja me tenía apalabradas 20 corridas. Para cobrar, me mandaba de un lado a otro. Un día exigí los honorarios a las doce de la mañana, antes de torear. Debido a ello, dijo que no torearía el resto de corridas pendientes. Entonces corté dos orejas en Madrid y vino a decirme que no había problema, que torease las corridas que me quedaban y le respondí que lo haría con un 10 por ciento más de incremento de honorarios y pagándome por adelantado, a las doce de la mañana.
-Durante su carrera preparó decenas y decenas de caballos toreros ¿Cual de ellos le dejó más huella?
-Indiano. Fue un caballo de mis comienzos, que me hizo aprender. Era un fuera de serie. Murió un día de un infarto, en la cuadra. También fueron muy buenos Gallareto II, que hacía un quiebro espectacular en tiempos en los que esa suerte no era tan habitual, y Chivito.
-Rafael, ¿qué cualidades debe tener un caballo de rejoneo?
-Agilidad, flexibilidad, intuición torera y valor.
-¿Qué diferencias hay entre el rejoneo actual y el de su época?
-Se rige por los mismos cánones. Hoy hay muy buenos rejoneadores, a los que admiro mucho ¿Diferencias? Ninguna. Antes se hacían prácticamente las mismas cosas; salvo lo de correr al toro de costado, que lo sacó Moura. La gran diferencia está en que entonces los toros tenían más ímpetu.
-Se dice que a pie se torea ahora mejor ¿En el rejoneo sucede lo mismo?
-Las figuras de otras épocas, ya sea a caballo, caso de Cañero, como a pie, Joselito el Gallo, también serían hoy máximas figuras. Lo que si tengo claro es que el rejoneo ha tenido un antes y un después de mi hermano Ángel.
-Junto con su hermano, ha dedicado la vida a su otra pasión, el toro.
-Es el animal más bonito de la naturaleza. Nosotros apostamos por el encaste Contreras, aunque también tenemos una punta de Jandilla. Yo siempre he estado enamorado del encaste Contreras. Es un toro que embiste claramente, repite y transmite mucho.
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