Salud sin fronteras
La IA y la humanización
Teatro
A mediados de la década de los noventa del pasado siglo, un joven Martin McDonagh daba a conocer la que sería su ópera prima: La reina de la belleza de Leenane, donde se relata la historia –durísima, áspera, compleja- de una madre y de una hija. El dramaturgo se estrenó en los teatros con una obra con la que logró un considerable éxito; una historia con la que obtuvo el premio del Círculo de la Crítica Teatral británica, en la categoría de dramaturgo promesa en el año 1996. Aquella primera propuesta, además de determinar la trayectoria de McDonagh, supuso el inicio de una carrera exitosa, que ha merecido el elogio de la crítica y premios relevantes -un Oscar, entre otras distinciones reseñables-.
Casi treinta años después de su estreno, los espectadores españoles tendrán la oportunidad de conocer La reina de la belleza de Leenane, con la dirección del actor Juan Echanove y con la interpretación de María Galiana, Lucía Quintana, Javier Mora y Alberto Fraga. La adaptación queda al cuidado de Bernardo Sánchez Salas. Del 14 al 17 de marzo –los tres primeros días a las 20:00h y el último a las 19:00h- el teatro Cartuja Center de Sevilla acoge esta función de una "fuerza dramática impresionante", en palabras de María Galiana.
La trama de La reina de la belleza de Leenane se desarrolla en la región de Connemara, situada al noroeste de Irlanda. Un lugar que bien conoce el dramaturgo anglo-irlandés Martin McDonagh. En aquel inhóspito lugar lluvioso, apartado, triste y solitario, viven Mag Folan –interpretada por María Galiana- y su hija Maureen –Lucía Quintana- desde hace más de veinte años. Las hermanas de Maureen se marcharon y ella se quedó al cuidado de su madre. Una madre opresora y egoísta –también podríamos decir manipuladora- que jamás aceptó que Maureen hiciese su vida y se independizara. Esta situación determina una relación viciada, que se construye sobre los rencores mutuos, el resentimiento y el dolor. También la dependencia emocional.
En esta historia también son cruciales los personajes de Pato Dooley, con quien Maureen mantiene una relación sentimental –que por supuesto provoca los celos de su madre-, y de Ray Dooley, hermano de Pato. La aparición de estos dos hombres, sobre todo el primero, desencadenará una serie de hechos sustanciales para la trama y para la relación entre Mag y Maureen. Hasta el punto de que la narración se resuelve en una carta que Pato Dooley le envía a Maureen. La carta es ocultada por Mag, y el resto de esta historia queda igualmente oculto hasta que se acuda a la función el próximo mes de marzo.
En La reina de la belleza de Leenane es tan importante el retrato de la relación familiar como su contexto; es decir, el lugar en el que esta se produce: una Irlanda inquietante, con un paisaje sombrío, que es magistralmente descrito por el dramaturgo Martin McDonagh. "Lo que refleja la función no es solamente la relación entre la madre e hija -esa madre totalmente ajena a lo que debe ser una madre-. Tenemos que pensar que esta es una obra que trata de un ambiente inhóspito, el noroeste de Irlanda, donde se ha perdido el sentido de la colectividad, en un paisaje que siempre llueve, donde siempre hace frío…", reflexiona la actriz María Galiana.
El paisaje, por tanto, es un elemento relevante en la proyección de la obra. Un recurso que potencia el dramatismo de la historia y que nos podría explicar la psicología y el contexto que conciernen a los personajes. Ese ambiente tóxico, cerrado, cruel. "El concepto del paisaje es muy importante", recalca María Galiana. "Es un pueblo donde no se tiene más desahogo que el de ir a un pub y beber y nada más. Los protagonistas de esta obra son personas que están supeditadas a las situaciones terribles que están viviendo. No tienen escapatoria", añade.
Para la actriz, el personaje de Mag le ha supuesto "un reto extraordinario". La caracterización de un papel tan opuesto al de Herminia, abuela y madre en la popular serie de televisión Cuéntame, es "una oportunidad única". "Juan Echanove me dio esta oportunidad de hacer teatro. Me apetecía mucho, y más con este cambio de registro, enfocado hacia el drama. Con una madre que en nada se parece a Herminia", confiesa Galiana, quien aprovecha para aplaudir el trabajo de todo el equipo, también de Lucía Quintana, quien hace de hija en La reina de la belleza de Leenane.
A Quintana esta obra de McDonagh le recuerda a las lorquianas La Casa de Bernarda Alba o Doña Rosita la soltera. "Es una trama muy clara, con dos o tres puntos de giros muy claros. Muy potentes. Tiene mucho de tragedia. Y una violencia psicológica que impera durante toda la función", adelanta la actriz, quien define a su personaje, Maureen, de "profundo, poético y trágico", "una mujer a la que suceden por dentro muchísimas cosas", subraya.
Lucía Quintana también apunta el enfoque sociológico, o social, de esta obra de teatro. "El autor describe muy bien los comportamientos humanos en zonas de despoblación. Retrata muy bien a la gente con falta de expectativas, en un contexto de pobreza y de paro", comenta. Esta historia, resume la actriz, es "el drama de las personas jóvenes que no tienen capacidad de formar su vida porque tienen que cuidar de una persona. Un tema universal y que está a la orden del día". Además de otros asuntos de actualidad, como "el desarraigo" o el conflicto "entre aquellos que quieren quedarse en casa pero no les queda más remedio que marcharse de su tierra, si quieren prosperar", concluye Lucía Quintana sobre este drama que representa lo difíciles que en ocasiones son las relaciones entre padres e hijos. Una obra de una profunda carga psicológica y de un estremecedor contenido emocional.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios