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Doble belleza

Double Q | crítica

Segundo concierto de Quique Bonal y Quique Gómez, bajo el nombre de Double Q, en el ciclo de Noches en los Jardines del Real Alcázar

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Double Q: Quique Bonal y Quique Gómez / Actidea

La ficha

***** Double Q. 'The American Crooners'. Guitarra y Coros: Quique Bonal. Voz y armónica: Quique Gómez. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Martes, 13 de agosto. Aforo: Lleno.

Cuando me enfrento a puntuar la crítica de un concierto poniéndole de uno a cinco asteriscos nunca estoy muy seguro de cuántos ponerles, porque todos los que me gustan mucho me parecen merecedores del máximo número de ellos, pero siempre pienso en el qué dirán de la gente si me muestro como un crítico tan inapropiado y blandengue. Pero hoy lo tengo claro, el concierto que dieron anoche Quique Bonal y Quique Gómez, bajo el nombre de Double Q, en el ciclo de las Noches en los Jardines del Real Alcázar, más allá del tiempo real que duró, me pareció tan lleno de calidad musical y vocal, ameno y divertido que se me pasó volando, como si hubiese durado cinco minutos, así que me parece también de justicia ponerles un asterisco por cada uno de esos minutos.

El espectáculo que ofrecieron llevaba por título The American Crooners y estaba publicitado como centrado en el jazz y blues de entreguerras, lo que a ojos de los espectadores más generalistas podría haber parecido a priori un ladrillo gordísimo; pero aunque tuviesen reticencias, hicieron bien en llenar totalmente el recinto, porque los dos Quiques estos abrieron el repertorio mucho más allá de los límites marcados y, aunque casi toda la música procedía del blues y el jazz y tenían al crooner y a la guitarra como protagonistas, pero nos ofrecieron canciones de una gran variedad de estilos.

Quizás antes que nada haya que explicar qué es un crooner. Digamos que es un cantante melódico, saltándonos definiciones engorrosas y yendo mejor a los ejemplos conocidos, como Nino Bravo o -para los rockeros locales más entendidos- Freddie Dilevi. Siendo el crooner una figura masculina, Double Q se tomó la libertad de incluir entre las trece canciones del repertorio tres popularizadas inicialmente por mujeres. Y siendo canciones de entreguerras, el abanico temporal lo abrieron también lo suficiente como para incluir otras tres posteriores a 1945, siendo incluso una de ellas de un país diferente a USA, como fue Desafinado, el gran clásico del bossa nova de Jobim.

Double Q / Actidea

Comenzaron con It don´t mean a thing, mostrando ya Gómez sus grandes facultades como crooner, poniendo su voz de barítono a la interpretación que originalmente era más bluesy cuando la cantaba Ivie Anderson respaldada por la orquesta de Duke Ellington. Totalmente blues, del más clásico, fue el recuerdo de Left me with a broken heart, de Jimmy Rodgers, en la que comenzamos ya a escuchar pinceladas de armónica. El Cheek to Cheek que siguió nos mostró la maestría de Bonal al fingerpicking, la técnica de tocar la guitarra con el pulgar marcando el bajo de la armonía y con el resto de los dedos tocando la melodía. El concierto estaba siendo una delicia, pero todavía fue a más. Tuvimos una divertidísima I wan´na be like you, en la que Gómez se convirtió en el Rey Louie de El libro de la Selva, para posteriormente volver al recurso del cine y los animales. ¿Recuerdan ustedes cuando en la película La fiera de mi niña le cantaban al leopardo aquello de tooodo te lo puedo dar menos el amor, beiiibi? Pues esa canción es I can´t give you anything but love y ellos nos obligaron a corearla antes de terminarla con el famoso estribillo de Always Look on the Bright Side of Life que cantaban los crucificados al final de La vida de Brian. En medio de las dos se produjo el momento más ¿peculiar? de la noche, cuando los músicos pidieron que se silenciara el sonido de PA y escuchamos a Bonal solamente a través de su amplificador en el escenario y a Gómez paseando su voz y su armónica entre el público sin amplificación eléctrica alguna. El efecto del sonido cercano, alejándose, volviendo, fue tan magnífico como el solo de guitarra y los acordes que condujeron este I'm Gonna Move To The Outskirts of Town de Louis Jordan, que siempre recordaremos ya por encima de las versiones que volvamos a escuchar de nuevo por parte de Ray Charles, Rod Stewart, los Allman Brothers, B.B. King, Willie Nelson o cualquier otro gran artista.

Grandes fueron los Quiques; que terminaron la velada con las piezas más conocidas: Just a Gigolo, Mack the Knife, Sheik of Araby, intercalando una del propio Gómez, Remembering Babs, construida con frases de otras canciones míticas, que además de buena resultó muy entretenida y te mantenía la atención fijada, porque si tardabas un instante de más en pensar si eso que acababas de oír era de Blue Moon, te perdías la parte del Dinah de Bing Crosby, y cuando empezabas a reconocer el Let’s fall in love, Ella Fitzgerald ya se había convertido en el Les Paul de How high the moon.

Fue un concierto rico en matices, sin que se desvaneciese en ningún momento la elegancia del jazz ni la crudeza del blues. Doble belleza; Bonal es uno de los mejores maestros a la guitarra de toda Andalucía y el madrileño Gómez mantiene la esencia clásica de los crooners, abriendo los horizontes del género para los neófitos que van a estos conciertos del Alcázar. Y además hizo hasta fresquito en esta noche estival. Todavía tienen ustedes dos oportunidades más de verlos aquí, el próximo día 27 y el 10 de septiembre; yo estaría atento a las entradas, que vuelan.

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