"El dinero puede convertir a la gente en ratas miserables"
'Yucatán'
Daniel Monzón y Luis Tosar vuelven a trabajar juntos en 'Yucatán', una comedia "canalla" sobre la codicia
Madrid/A Daniel Monzón, que viene de ganar 12 premios Goya con sus dos últimas películas, las "intensas" y "claustrofóbicas" Celda 211 y El Niño, el cuerpo le pedía hacer una comedia. "Yo he recibido tantos regalos de comedias maravillosas, en días que he tenido tristes y me he puesto a ver Con faldas y a lo loco y me ha cambiado el humor, que cuando te planteas hacer una comedia sólo puedes pensar en que sea un regalo para el espectador, lo que no quiere decir que sea superficial o vacía", se apresura a puntualizar. De hecho, añade, su nueva película, Yucatán, que se estrena este viernes, es "una gran fábula moral, divertida pero también conmovedora".
Acompañado por sus colaboradores habituales, desde Jorge Guerricaechevarría en el guion a Roque Baños para la música pasando por el Malamadre de Celda 211, Luis Tosar, Monzón ha preparado un cóctel que sólo podía ocurrir en un crucero. Y eso que al director, que empezó como crítico en Fotogramas, no le llamaban la atención los barcos. "Pero de repente vi allí un mundo fellinianofelliniano donde se mezclaban seres de todas las condiciones, de todas las nacionalidades y acentos. Desde abuelos bailando boleros a jóvenes a los que les salían las hormonas por las orejas o solteros que vivían allí el idilio de sus vidas", apunta.
Era por tanto, concluyó Monzón, no sólo un buen sitio para la comedia sino que además se prestaba a "juntar a un montón de personajes dispares en una convivencia imposible". Con esos mimbres, su preocupación darle coherencia a la historia. Y le salió una comedia "canalla, de estafadores, que habla de la codicia humana y de cómo el dinero puede transformar a la gente en ratas miserables", dice.
El buque Sovereign, perteneciente a una conocida empresa de cruceros, se convirtió en el peculiar set de rodaje durante una travesía real. "Al principio convivimos con 3.000 brasileños que estaban siempre de juerga", recuerda Tosar, feliz de recuperar un registro que "hacía años" que no tocaba. Junto al gallego y a Rodrigo de la Serna, Yucatán ofrece dos "hallazgos", dice su director: la peruana Stephanie Cayo, estrella de los culebrones de Latinoamérica, y Joan Pera, muy conocido en los teatros de Cataluña y voz de Woody Allen en sus doblajes al español, que aquí "se hace con la película entera", afirma Monzón.
Joan Pera es en la película Antonio, un personaje que viene de un recorte de prensa real; un panadero que ganó 161 millones de euros en el Euromillón y que hizo pensar a Monzón y Guerricaechevarría "cómo sería para un hombre sencillo tener tal cantidad de dinero, si la felicidad o el infierno", porque también del mundo real supieron que nueve de cada diez ganadores de ese tipo de premios premios acaba asesinado, arruinado o en la cárcel.
Monzón reconoce que Yucatán es una comedia "con muchas fugas al disparate", y que se agarra a la realidad a través de los seres humanos que la protagonizan. "Hacía rato que quería hacer una comedia y me he divertido muchísimo con esa comadreja ambiciosa que es mi personaje", confiesa Rodrigo de la Serna, para quien los personajes más sensatos de la película son las mujeres. "Son las que ayudan a poner las cosas en perspectiva –asiente Stephanie Cayo–, las que ponen el equilibrio".
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