Las dificultades económicas han influido en la decisión
La reducción de ayudas y un crédito suscrito lastraban el funcionamiento de la entidad
Varias han sido las razones que han desembocado en la decisión por parte de María Asunción Mateo y sus hijos de dar por extinguida la Fundación Rafael Alberti. En primer lugar el cansancio de la viuda del poeta, que tras haber estado 17 años en primera línea de batalla necesitaba 'jubilarse', como ella misma confesaba en unas recientes declaraciones realizadas en Sevilla. Sus hijos, Marta y David, viven fuera de El Puerto y tampoco se pueden dedicar a velar por el funcionamiento cotidiano de la Fundación. Como explicaba ayer en la rueda de prensa el secretario de la entidad, Enrique Pérez Castallo, "el modelo de fundación conlleva una participación de la familia, los fines de una fundación son más amplios que los de un museo", y entre los fines de la Fundación Rafael Alberti se encontraban los de la difusión de la obra del poeta, la difusión de su obra y la edición de libros, algo que cada vez es más difícil por las dificultades económicas.
La crisis económica no le ha sido ajena a la Fundación y las subvenciones de instituciones como el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento se han visto mermadas en los últimos años a causa de la crisis. Estas administraciones colaboraron de forma destacada en la celebración de efemérides como la del centenario del nacimiento del poeta, en el año 2002, cuando la Fundación amplió sus instalaciones y la renovada sede se inauguró por todo lo alto con la presencia de la Infanta Cristina y la entonces ministra de Cultura Pilar del Castillo. En aquel momento las administraciones colaboradores financiaron la obra de ampliación, pero faltaban medios para el equipamiento y las actividades previstas, así que la Corporación municipal de entonces aprobó la suscripción de un préstamo con la entidad Cajasol por una cantidad muy importante, de la que aún quedan por pagar, según los datos consultados por este periódico, unos 200.000 euros. La Fundación también tiene que hacer frente a la indemnización pactada con el anterior secretario de la Fundación Rafael Alberti, Manuel Martínez Cordero, que tras una serie de desavenencias con María Asunción Mateo dejó el cargo a cambio de una compensación económica. Una vez emitido el informe jurídico municipal necesario, y materializada la extinción de la Fundación, el Protectorado de Fundaciones tendría que determinar cómo se hace frente a estos gastos.
Precisamente la situación económica poco boyante de la Fundación fue la que obligó a terminar con actividades tan importantes como los 'Encuentros con la Poesía', por los que pasó durante diez años la flor y nata de la literatura actual, o las jornadas de 'Poesía Última'.
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